Capítulo 1

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Narra Leslie:
Eran las tres de la mañana cuando escuche disparos afuera de nuestra casa o en el vecindario. Desperté de golpe y me lance al suelo escondiéndome debajo de la cama, hace unos días había sucedido lo mismo y me estaba hartando un poco todo esto. Obviamente tenía miedo, ¿Quién no lo tendría? Mas cuando tenías que valer por ti misma y de nadie más.
La puerta de mi cuarto se abrió bruscamente dejando ver a mi padrastro muy enojado intentando buscarme, Salí lentamente de mi escondite y este me tomo del brazo fuertemente que me estaba lastimando.
-¡HAY QUE BUSCAR UN LUGAR SEGURO!
Intente calmarme y huir donde él me decía, mi madre estaba escondida debajo de la mesa así que mi padrastro también la agarro fuertemente y nos fuimos al sótano donde estaríamos más seguros.
-¿Qué era eso? –Pregunte confundida-
-Disparos cariño –Dijo mi madre con lágrimas en los ojos- los policías andan tras unos maleantes, ¡Dios mío! Deberíamos rezar por todos ellos.
-¿Rezar? ¡JA! –Se burló mi padrastro tomando una caja de cervezas calientes que habían en el sótano- eso no sirve de nada ahora, ¿Crees que a Dios le importa quien muere y quién no? Es patético, además –Abrió la botella- ¿Por qué crees que te escuchara? Hay miles de locos como tú.
-Por favor no meta las religiones en esto, no tiene nada de malo rezar, usted es un ateo que lo único que le interesa es molestar a las personas incluyéndonos, no entiendo como mi madre se casó con un hombre horrible y asqueroso como usted –Dije entre dientes mientras salía del sótano-
-¡LESLIE! –Grito mi madre-
-Déjala mujer, si ella quiere morir adelante, pero que no nos meta a nosotros ¿Comprendes?
-Pero…
-Ya… ya, toma –Le entrego una cerveza- esto te hará olvidar lo que está pasando en este vecindario.
No podía seguir escuchando a ese hombre y no solo eso me fastidiaba de él, sino que era grosero, golpeaba a mi madre, me maltrataba a mí y prácticamente mi madre lo mantenía ya que él siempre ponía excusa para trabajar, no entiendo como mi madre después de tener a un maravilloso hombre como lo fue mi padre, se consiguió a un hombre como este.
Regrese a mi habitación con lágrimas en los ojos, volví a esconderme debajo de la cama, por lo menos pronto entraría al colegio y olvidaría lo mierda que era mi vida. Sin darme cuenta caí rendida en un sueño muy profundo.
Escuche la alarma sonar, este día debía irme a matricular y me entusiasmaba poder salir con mi madre aunque sea unos minutos. Salí debajo de la cama y me metí al baño, rápidamente me di una ducha y me cambie arreglando mi cabello, algo que adoraba en mí, era mi hermoso cabello, todos me lo decían, creo que era lo mejor que tenía aunque muchos me decían que era muy bella pero no lo creo, jamás he tenido novio, por algo debe ser.
Salí de mi habitación y camine hacia donde mi madre que se encontraba dándole un desayuno completo a mi padrastro, consistía en huevos fritos, tocino, pan tostado y mantequilla, un batido de vainilla y si tenía hambre unos cuantos panecillos de moras algo típico de mi comunidad.
-¿Puedo tomar uno? –Pregunte penosamente-
-Claro hija, sírvete.
Sonreí y agarre una servilleta envolviendo el panecillo.
-Hay que irnos, se hace tarde.
Asentí y mordí mi panecillo, salimos de la casa y paramos un autobús. Me gustaba viajar en ellos porque podía ver a través de la enorme ventana los lugares y la gente que pasaba, alguna riendo, otra llorando, la mayoría seria solamente caminando pero disfrutaba verlo, casi siempre se me olvidaba que mi vida era una mierda.
-Mamá –La mire- ¿Por qué te casaste con ese hombre?
-No lo sé cariño, estaba tan triste por la pérdida de tu padre que busque al primer hombre que me consoló, fue una mala decisión.
-¿Y porque no te deshiciste de él?
-Porque no puedo… si es así estando casados, ¿Cómo nos tratara si lo mando a volar?
-Para eso están las autoridades ¿No?
-Disculpa si me rio pero ¿Viste ayer la masacre que hicieron esas autoridades? Jamás nos prestarían atención.
Preferí no seguir insistiendo, era la quinta vez o mas no tenía idea de que le decía lo mismo y ella me contestaba con excusas muy similares a esa.
-¡Oh! allí está mi colegio –sonreí señalando pero me sorprendí al ver que mi madre no se puso de pie para bajarnos- ¡Mamá! Mi colegio esta atrás, ¿A dónde vamos? –Pregunte viéndola confundida-
-Lo siento cariño.
-¿Qué?
-No voy a matricularte en ese colegio, es muy caro y ya no puedo pagártelo.
-¿Qué? ¿Estas bromeando cierto?
-No, lo siento de nuevo.
-Mamá me quitaras ¿Lo único que me hace feliz?
-Creí que yo te hacia feliz.
-Eso era antes de que te casaras con un imbécil, permiso –Me cambie de asiento muy molesta, no quería verla, ¿Qué maldito colegio me esperaba ahora? Tal vez no tenía muchos amigos en mi antiguo colegio pero adoraba mucho las clases y los maestros, eran muy atentos conmigo porque sabían lo que estaba viviendo y ahora todos me verían como la bicho raro por ser nueva-
-¡Bajan! –Dijo mi madre poniéndose de pie, suspire molesta y arrepentida, hubiera preferido no venir-
Me puse de pie y salimos del autobús, cruzamos la calle y caminamos por un callejón algo feo y peligroso, maldición me estaban metiendo a uno de esos colegios de mala muerte.
-¿Aquí? –Dije viendo el enorme edificio-
-¿Qué te parece?
-Pienso que me saldrá un fantasma al entrar.
-No se ve tan mal, no seas dramática –Entramos, la puerta rechinaba, maldición se miraba muy vieja-
Caminamos por el pasillo, pues… por dentro no se veía tan mal, tenía casilleros por lo menos y muchos posters de bandas y eventos del colegio.
-Mamá aquí dice que las clases comenzaron hace una semana.
-Si hija… lo sé, por eso me saldrá todavía más barato, pon un poco de tu parte ¿Si?
-Am… de acuerdo.
No podía decirle que no a mi madre, ella era lo único que tenía aunque la relación con mi padre era mejor y me lo tuvieron que arrebatar.
-Buenos días, pasen adelante.
-Muchas gracias, usted ¿Es el director Gómez?
-Sí, soy yo, un gusto.
-Gracias.
Entramos a la oficina y nos sentamos enfrente de su escritorio.
-¿Café?
-Gracias –Dijimos las dos al mismo tiempo, el director coloco dos tazas de café y se sentó delante de su escritorio-
-Muy bien, las estuve esperando un poco más temprano pero me alegra que hayan venido, díganme ¿En qué les puedo ayudar?
-Bien… voy a matricular a mi hija, su nombre es Leslie Ribeiro.
-Muy bien –Comenzó a apuntar- ¿Cuál es el motivo?
-Bueno… falta económica, estoy teniendo problemas en mi trabajo y no puedo seguir pagando el colegio donde estaba.
-¿La privada?
-Si –Dije en un susurro-
-Tranquila querida, aquí te divertirás demasiado, tal vez no tenemos una piscina pero cada día acá es un evento increíble, conseguirás muchos amigos si eres atlética, aunque muchas adoptan por ser porristas ya sabes para conseguir chicos –rio un poco, eso me asusto más bien- bien, veo que eres una señorita más aplicada ¿No?
Asentí tímidamente.
-Bien, listo ¿En carrera no?
-Si…
-Perfecto, espero que seas buena con los números.
-¿Por qué? –Pregunte sin entenderlo-
-Bueno… aquí solamente está la carrera de administración espero que entiendas.
-Am… claro, está bien.
-Puedes darle un vistazo al colegio, te veremos mañana.
-Gracias.
-Hija, me quedare un rato con el director, mira el colegio.
-Lo hare.
Salí de la oficina y comencé a caminar por el pasillo, no se veía tan mal como afuera aunque extrañaba mi colegio obviamente, este suelo se veía sucio y deteriorado, en cambio el otro podía verme, era como un espejo en el suelo, toda mi vida iba a cambiar de nuevo por falta de dinero.
-Ay papá, me haces mucha falta –susurre-
…..
-Entonces, acostumbra a estar muy triste.
-Sí, bueno… he querido llevarla a un psicólogo porque me preocupa su salud mental, extraña a su padre y tiene problemas con su padrastro así que me gustaría que siempre le estuviera echando un ojo por cualquier cosa, si tiene problemas quiero que me avise.
-Yo lo hare señora.
Ambos se pusieron de pie y se dieron la mano, mi madre salió y me sonrió.
-Es hora de irnos.
-No quiero seguir acá.
-Ya lo veras, algún día me dirás, mamá gracias por meterme en este colegio.
-Solo si muero sucederá eso.
Ambas reímos un poco y nos fuimos de allí.
Narra Neymar:
-Para bailar la bamba, para bailar la bamba se necesita una poca de gracia…
-¡NEYMAR BAJALE A ESA MÚSICA! –Grito Rafaella desde abajo-
-¡YA VOY! –Apague la radio y coloque mi último poster en mi pared- perfecto –sonreí y Salí de mi habitación hasta ir a la de Rafaella- hermanita querida, no seas amargada.
-No soy amargada, tú muy bien sabes que sigo tus locuras.
-Es verdad –reí un poco- ya termine mi habitación, ¿Necesitas ayuda?
-Claro, pega esto en el marco de espejo.
-¿Fotos?
-Sí, somos nosotros, eres el mejor.
-Y tú la mejor –sonreí y comencé a pegar las fotos como ella me lo había pedido-
-¿Extrañas Rio de Janeiro?
-Mm no, no creo que Saó Paulo sea tan malo como dicen.
-Tú siempre le ves el lado positivo a todo.
-Si… a veces desearía no ser así pero creo que Dios me guarda algo, por eso yo soy así.
-¿Cómo un ángel?
-Se podría decir que si, pienso que algún día ayudare a alguien y estaré tan feliz de hacerlo.
-Tal vez será la señorita Da Silva ¿No? –rio un poco pícaramente-
-Tal vez Rafaella, tal vez.
-Mamá dice que las personas buenas solamente consiguen a una pareja en su vida y que esa pareja será para siempre.
-¿Por qué lo dice?
-Porque son tan buenos que no se merecen que muchos estén a su alrededor.
-Es verdad –reí un poco-
-Neymar… -Bajo de la cama y se me acerco- ¿Crees que existe un felices para siempre?
-¿Si lo creo? Por supuesto… siempre hay un felices para siempre, y tú lo tendrás.
-¿En verdad?
-Claro Rafaella, así como he estado en todas tus tristezas, estaré en todos tus triunfos y al final obtendremos ese felices para siempre que anhelamos desde niños.
-¿Estas ansioso por ir a la escuela?
-Mm pues… un poco pero espero que podamos entrar muy pronto –La abrace-
-Te quiero mucho Neymar.
-Yo también te quiero Rafaella.

CONTINUARA…
Kiki-Da Silva <3

El Chico del AutobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora