Narra Leslie:
Al día siguiente, me levante temprano y comencé a bañarme, peine mi cabello y me puse lo mejor que tuviera aunque sé que sería un desastre como siempre. Salí de mi habitación y fui a la cocina donde mi madre preparaba el desayuno, me senté a comer un delicioso cereal hasta acabarlo.
-Hija, ve por el autobús.
-Sí, ahorita.
Puse el plato en el lavador y me despedí de mi madre, corrí rápidamente a la parada de autobuses, se estaba haciendo algo tarde pero por suerte un autobús se paró donde varias personas entraron al igual que yo. Note asientos vacíos así que me senté, adoraba ver por la ventana, como había dicho antes me encantaba ver a las personas y pensar en la buena vida que tenían.
Mire mi antiguo colegio pasar, note incluso a algunos de mis compañeros, era triste saber que ya no estaría con ellos nunca más, pero quería ver todo positivamente por mi madre, ya que ella era todo lo que tenía.
-¡Bajan! –Dije de repente al ver la maldita parada donde se suponía que me tuve que bajar- aquí tiene –Dije entregando el dinero- gracias.
Baje rápidamente y corrí viendo hacia todos lados para que no me atropellaran, corrí rápidamente por el callejón donde quedaba el maldito colegio y note como todos entraban siendo supervisados por el director, me coloque detrás de un chico, el director me miro y me saludo.
-¡Jovencita! Bienvenida nuevamente, quiero mostrarte tu aula.
-Muchas gracias director, en verdad ando algo pérdida.
-Bien, ya no más.
Caminamos por el pasillo hasta ir a un aula, la puerta estaba descolorada, la perilla no cerraba la puerta. Entre al aula y note que el suelo si estaba bien, las paredes eran blancas con algunas cartulinas pegadas por exposiciones o cosas así.
-Pasa adelante –Dijo el director- suerte.
-Gracias.
Entre tímidamente al salón, todos me miraron y rápidamente fui a sentarme, quería que todos dejaran de verme, me sentía muy incómoda.
-Buenos días a todos –Dijo una maestra de unos cuarenta años, de contextura gruesa, con sus labios mal pintados de rojo y una falda negra y una blusa que hacia resaltar su busto, amarilla- bien, ¡YA DEJEN DE ESTAR HACIENDO RUIDO!
Todos se sentaron y la miraron completamente asustados, había otro grupo de chicos que solamente se reían en voz baja, definitivamente eran el grupito de idiotas de atrás.
-Bien, saquen sus cuadernos de español y empecemos.
-¡Profesora Gladys!
-Aja –Dijo escribiendo en la pizarra la fecha-
-Tenemos una compañera nueva, ¿Podría hacer que se presente?
-¿De quién se trata? –Se dio la vuelta poniéndose sus lentes de abuelita-
-Am… yo –Dije tímidamente levantando la mano-
-Bien, ponte de pie y ya sabes que hacer –Dijo en un tono sumamente aburrido sentando su enorme trasero en la pequeña silla detrás del escritorio-
-Bien… soy Leslie Ribeiro, tengo diecisiete años, vivo aquí en Sao Paulo y estudiaba en el colegio privado.
-¡Wow! –Se quitó los lentes y los puso sobre la mesa- ¿Por qué vienes a estudiar aquí?
-Pues… am, mi madre ya no podía pagar mi colegio, tuvimos que buscar una solución para seguir estudiando y por suerte estaba este colegio cerca de donde vivo.
-¿Te gustaba administración?
-No… la verdad no.
-¡ENTONCES LARGATE DE AQUÍ RICACHONA! –Grito alguien de la parte de atrás tirándome una bola de papel en la espalda, todos empezaron a reír, realmente me sentí muy ofendida-
-Es verdad –Dijo la maestra poniéndose de pie- aquí vas a sufrir niña, tal vez querías estudiar algo como computación, es lo que la mayoría de nenitos estudian creyendo que llegaran a ser los creadores de alguna red social.
Todos siguieron riendo, eso realmente me estaba poniendo muy mal.
-Am… la verdad es que...
-Ya siéntate –Dijo de manera despectiva y siguió con su clase-
Yo no sabía cómo reaccionar, jamás me había sentido de esta manera, me senté rápidamente e intente hacer como si no me encontraba en ese lugar. Durante toda la clase sentí como mi lanzaban papeles, pedazos de borrador, papel masticado, era asqueroso, me sentía como una niña recibiendo bullying de los de sexto grado, era patético, ¿No se supone que somos compañeros? ¿Qué somos maduros? O ¿Qué? Madurar tal vez solo es de frutas.
-Maestra Gladys, ¿Podría ir al baño?
-No me interesa lo que hagas, solo lárgate.
Nuevamente se volvieron a burlar de mí, ¿Qué le pasaba a esa señora? ¿Por qué se comportaba de esa manera? Jamás había tenido a una maestra tan sin ética profesional que realmente era frustrante. Salí del aula rápidamente y corrí por los pasillos con lágrimas en los ojos hasta unos asquerosos baños, me metí rápidamente a un retrete y comencé a llorar sintiéndome la persona más mierda del planeta.
Yo entendía que muchas personas sufrían por cosas importantes, por salud sobre todo, por una perdida y yo ahorita solo sufría porque todos habían sido malos conmigo pero es difícil, cada persona tiene un problema y lo convierte en grande.
-Papá –Dije secando mis lágrimas y viendo mi teléfono- te extraño –Una lágrima cayo en la pantalla-
Ya no podía seguir con esto, mi padre hubiera buscado una solución pero no, ahora ya no había ninguna solución.
-¿Señorita Leslie? –Escuche la voz del director, limpie rápidamente mis lágrimas y Salí del retrete-
-¿Si? ¿Es legal que usted entre al baño de niñas? –Dije cambiando de tema-
-Pues… cuando hay algún problema si, dígame, ¿Qué sucedió?
-¿Siempre son así? ¿Todos?
-¿Cómo?
-Malos, me han estado lanzando papeles, borradores y cosas asquerosas, mire mi cabello –Dije viéndome en el espejo quebrado de la pared- es un asco –Comencé a quitarme los papelitos de mi cabello-
-Lo lamento, hay muchos alumnos en esta institución y no podríamos expulsar a todo aquel que haga daño a una persona.
-¿Por qué no?
-Porque nos quedaríamos sin estudiantes.
-¿Y qué me dice de esa profesora? ¿La señora Gladys?
-Hay que comprenderla, ella pasa muy enferma y pues eso hace que su malhumor sea diario.
-¿Por qué no la echan? Creo que no es alguien profesional para estar en una institución, ¿Comprende?
-Comprendo, pero Sao Paulo es una de las ciudades más grandes de Brasil y hay escasez de maestros porque hay muchas instituciones ¿Entiende?
-Si… no quiero estar ahí.
-Lo lamento, pero no podre hacer nada.
-Es injusto –Una lagrima salió-
-Todos los compañeros que están con usted han tenido problemas pero luego se convierten en amigos.
-¿Quiere decir que yo me convertiré en uno de ellos? Esta loco, lo siento director pero es una tontería lo que me dice.
-Todos tenemos problemas Leslie, sé que el suyo es reciente pero no solo por eso se cambiaran las cosas, ¿Entiende?
-Como sea –Tome un pedazo de papel y limpie mi rostro- si aparezco muerta, será por culpa de usted –Salí del baño y camine nuevamente por el pasillo hasta entrar al aula-
Cuando tocaron la hora del recreo, no quería salir, tenía miedo pero mi estómago rugía y debía ir a comprar algo. Con algo de miedo fui a la cafetería, todos me veían como una extraña, y eso no me agradaba. Hice una fila hasta ver a los cocineros, esto no se miraba higiénico.
-Buenas.
-¿Qué vas a ordenar niña?
-Am… ¿Estas hamburguesas son…?
-Toma, siguiente.
-Si
Me moví hasta pedir un refresco de botella desechable y pague la comida, me di la vuelta y vi a todos sentados conversando con sus amigos, me sentí como una chica sola, sin amigos. Salí de la cafetería y me senté en el pasillo y comencé a comer, todos me veían como una borracha en un parque pidiendo limosna.
-Esto es patético –Dije mordiendo la hamburguesa, sabia horrible- que asco –Coloque la hamburguesa en la bandejita-
El refresco estaba bien, era algo sellado, sé que me podía estar quejando mucho de todo pero cuando no estas acostumbrada a esto era terrible.
-¡Hola! –Dijo una chica rubia muy bonita por cierto-
-Am… hola
-¿Quieres? –Dijo mostrando una bolsa de papas-
-Am no gracias.
-De acuerdo, me gustan mucho con salsa de tomate, ¿A ti no?
-Am, claro.
-Eres muy tímida, ¿Verdad?
-Pues, si
-¡Oh!, oye mira esta salsa esta algo rara ¿No? –Me la mostro más enfrente-
-¿Qué? Yo la veo…
Esta chica estrujo la bolsita de salsa y me la embarro en la cara y cabello, escuche nuevamente como todos empezaron a reírse en los pasillos, incluso como algunos bajaban de las escaleras para ver que sucedía.
-¡OYE! –Dije viéndola muy molesta-
-Lo siento, no quise hacerlo –Decía riéndose-
-¿Qué sucede con ustedes?
Me puse de pie y Salí corriendo mientras todos me señalaban y decían cosas malas de mí, nuevamente me metí al baño y limpie mi rostro y cabello.
-Detesto este lugar, ¿Algún día habrá algo bueno? Tal vez solo sea el primer día.
Narra Neymar:
-Mamá, ¿Sera publico el colegio? –Pregunto Rafaella ofendida-
-Sí, ¿Algún problema?
-¿Por qué? Tenemos mucho dinero como para que dejes a tus hijos queridos en la miseria.
-Rafaella –Dije algo molesto-
-¿Qué? Es la verdad, hay un colegio privado cerca de ese público que dices.
-Lo sé, pero tu padre y yo hablamos y decidimos que lo mejor será que tengan otro tipo de amistades y cambien de personalidad ustedes.
-¿Qué tipo de personalidad tengo?
-Ya sabes, amas las redes sociales, quieres andar a la moda, tus locuras con tatuajes y pircings ¿Entiendes?
-Pues, Neymar también es así y no veo que le digan algo.
-Es diferente, Neymar sabe comportarse, tu no.
-Genial –Se cruzó de brazos- el niño angelito me vuelve a ganar.
-Ya Rafaella, debemos acostumbrarnos, además vamos a cambiar de amistades, sea de donde sea, recuerda que ya no estamos en Rio de Janeiro, es Sao Paulo.
-Ya lo sé Neymar, pero pensé que nuestra vida no cambiaría mucho.
-Es verdad, pero puede ser emocionante, míralo como una aventura.
-Me pueden matar, hay muchos locos en esta ciudad.
-Claro que no, Rafaella –rio Nadine-
-Para mí, sí.
-Estás loca –me reí un poco- nada sucederá, recuerda que la vida es como una montaña rusa.
-¿Loca y que te da ganas de vomitar?
-No, que hay vueltas de arriba hacia abajo.
-Detesto tus frases, con permiso –Dijo poniéndose de pie-
-Yo sé que las amas –reí un poco-
-Neymar.
-Dime…
-No quería decirlo enfrente de Rafaella pero… estamos sin dinero.
-¿Qué?
-Ya lo sé, es difícil de escuchar pero no hay de otra, debemos hacer todo por sacarlos adelante.
-Pero, ¿Y esta casa? Es enorme, más grande que la que teníamos en Rio de Janeiro.
-Pues, es propiedad de tu abuelo, se la dio a tu padre, ahora tu papá está buscando empleo.
-Entiendo, pero ¿Por qué nos mintieron?
-Tu hermana hace enormes alborotos y yo no quería que ustedes cambiaran.
-Mamá eso no pasara –Me puse de pie y tome sus manos entrelazándolas con las mías- los apoyaremos siempre, ustedes son los mejores padres que existen –sonreí-
-No sé de donde saliste tan buen hijo –Dijo con lágrimas en los ojos-
-Dios me creo de esta manera, para ayudar a muchos.
-Eres un buen hijo –Me abrazo rápidamente, sentía que mi vida cada vez era mejor haciendo buenas acciones-
Hace un tiempo atrás tuve muchos problemas, nunca le dije a nadie pero hice cosas que prefiero olvidarlas, por eso prefiero ser religioso que pensar en mi pasado.
No sé qué pasara en esa escuela pero espero que tanto Rafaella como yo, podamos salir adelante, y ¿Quién sabe? Tal vez ayudemos a alguien en nuestro camino.
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El Chico del Autobús
Fiksi PenggemarUna historia romántica... con Lucy Hale como Leslie. Neymar Jr. Rafaella Beckran. Espero les guste.