Y después de habernos hecho añicos, y después de haber hecho desangrar los corazones y apostar todo por esperanzas de espejismos, me viste en alguna calle de este hueco de ciudad. Tus ojos brillaban y te delataban. ¿Para qué negarte que no me sentía nerviosa? Te conté de la nada que soñé contigo. Un presagio.
-Qué soñaste?
-Que éramos felices.-respondí
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Donde los demonios habitan.
Short StoryRecopilación de escritos hechos en noches largas de insomnio, en días sofocantes o solo tranquilos y con soledad.