Capítulo 5

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- ¡¿MAMÁ!?

- ¡¿TÍA!?

- ¡Chicas! Enhorabuena.

- ¿Enhorabuena?

- Y además a ti te hubiera sido muy fácil robar los papeles, no habrías hecho tanto barullo. Porque has montado tanto jaleo... ¡Ya sé! Esto es una prueba para ver si somos aptos para que nos den un nivel superior de seguridad. ¿Verdad tía?

- Vaya Maddy, ¿desde cuando lees la mente?

- Oh, no mamá, es que está escrito en letras súper grandes en esa carpeta.

- Si, es verdad. Espera, ¿ellos no son tus nuevos compañeros, Sarah?

- Sí, Iris y Jake, ¿no?

- Sí, estamos aquí porque somos ladrones profesionales de la policía, nos usan para atraer a ladrones que quieren arrestar, y vuestra madre nos ha contratado para robar los papeles y poneros a prueba.

- Y la habéis pasado con creces, ahora podéis tener el mismo nivel de seguridad que el resto.

- Espera, espera. ¿No teníamos el mismo nivel de seguridad?

- No, a ellos les hicimos este tipo de pruebas en el campamento de espías al que no quisisteis ir. Así que no os quejéis y vamos a la agencia para arreglar los papeles.

......

Después de todo el papeleo nos fuimos a casa a cenar unas pizzas. Estaba tan cansada después del día de hoy que me metía a la cama y a los dos minutos estaba dormida.

Me desperté con unos golpes en mi puerta. Me levanté de la cama y abrí. Era Jack. Quería que le ayudara a arreglar el pomo de la puerta de su habitación porque, como no, lo había roto. Cogí la caja de herramientas de mi cuarto y lo arreglé. Me fui a mi habitación y me volví a meter a la cama. Era sábado y solo quería dormir. Me volví a despertar con los gritos de mi hermana para que bajara a comer porque ya eran las 3 de la tarde. Bajé. Comí con mis hermanos. Estuvimos bromeando un rato y después fuimos a ver una peli. Sobre las seis me llamó Sam para quedar para maquillarnos en su casa para salir de fiesta esa noche. A las 7:30 fui hacia su casa son Anna y Maddy y comenzamos a maquillarnos y vestirnos.

A las 9 estábamos listas. Nos fuimos de fiesta en el coche de Sam.

Cuando llegamos a los bares nos asombramos de que la furgoneta de mis hermanos estuviera aparcada fuera porque a ellos no les gusta venir de fiesta a los bares, prefieren ir a casas.

Entramos en el bar y empezamos a bailar. Me asombró ver a tanta gente tan pronto, esto suele llenarse más tarde. Vi a mis hermanos hablando con Jake y a mi primo ligando con Iris así que fui a salvarla. Cuando llegamos con las chicas me lo agradeció. Fui a por unas bebidas con Sam y cuando volvíamos con ellas casi se me caen las que llevaba yo cuando Jake me sonrió a modo de saludo y yo como la torpe que soy me tropecé con mi propio pie. Mis hermanos se dieron cuenta y como hermanos sobre protectores que son me avisaron que no me acercara a Jake ni para pedirle la hora. Yo, como buena hermana pequeña, les ignoré. Después fueron a sermonear a Jake de que no me hiciera daño o sino se las vería con ellos. Max se limitó a observarlo todo como el primo que me apoya siempre.

La noche pasó como el resto de veces que vamos de fiesta, salvo que esta noche tuve muchas miraditas con Jake. A las 3 salimos del bar y a las 3:30 estaba en casa con Anna. Nos desmaquillamos, nos cambiamos y nos fuimos a la cama.

El domingo lo pasé básicamente en la cama. Solo me levantaba para comer y para ir al baño.

El lunes ya me encontraba mucho mejor. Fuimos a clase como de costumbre. A primera tenía historia. Esperé en la puerta a Max, pero no aparecía. Cuando sonó el timbre me llegó un mensaje suyo diciendo que se encontraba mal y que por eso no iba a ir a clase. Se lo dije a George y me senté en mi sitio. Cuando llegaron los Williams Iris me saludó y Jake se sentó al mi lado con una sonrisa que derretiría al mismísimo sol. Yo intenté no caerme de la silla y le sonreí de vuelta. Comenzó la clase y como por suerte esta semana nos tocaba atrás del todo, empezamos a hablar. Nos contamos nuestra vida y decidimos quedar un día para salir. George ya nos había llamado la atención varias veces por hablar pero nosotros le ignoramos, así que nos castigó una hora después de clase.

El resto de la mañana pasó normal. Llegada la hora del castigo fuimos al aula 10, también llamada el aula de Sarah Prescott porque soy la que está allí normalmente. Esta vez casi no le conté mi vida a George porque no estaba sola. Cuando salimos Jake me acompañó a casa y resulta que somos vecinos. Acordamos en hablar por la noche porque ahora tenía que trabajar. Esperé hasta la hora que acordamos para hablar y le mandé un mensaje, pero no lo leía. Una hora después le mande otro, pero tampoco lo leía. Fui a la parte delantera de la casa para ver si veía luz en la suya, pero no había ni un ápice de luz. Entonces me preocupé.

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