Empezaba a subrayarse el atardecer en mis pupilas.
Era un hermoso paisaje, esos del que pocas veces se olvida.
De aquellos que viven en el recuerdo
Y más aún cuando estas con la persona que quieres, tan solo es algo perfecto..
Y pues era un día de familia en la playa.
No deseaba ir, pero un extraño motivo, de aquellos que son como presentimientos, me alentaban a seguir.
Pasaban las horas, la alegría y felicidad al estar cerca del mar, eran como gotas de arena que al juntarse con pedazos de mar, realzaban la belleza y delicadeza de aquel majestuoso lugar.
Era como una especie de calma
, de alegría interior
, que susurraba al corazón,
que aquello era lo necesitaba mi alma.
Ya eran las 7 de la noche, el ocaso se acababa,
Y mi tranquilidad, al fin su tope alcanzaba.
Después de duras batallas con el insomnio de los recuerdos
Después de aquel frustrante 16 de enero, al fin veía la luz de una tranquilidad infinita, que solo la luz de la naturaleza podían dar punto de partida.Ya era hora de marcharse
Me preparaba raudo y sigiloso
Y es que habían muchas cosas por realizarse.
Pero con una actitud por mucho más allá que los hombros.
Ya no había de que preocuparseY de pronto escuché el susurro de una voz a lo lejos del malecón
Era tan tierna, como el que se dice de una sirena.
Voz ligeramente suave con causes de sensualidad, era algo atractivo y no dejaba de pensar :
Ella es a quién esperaba? La que daría calma a mi alma?
Era una chica de aspecto juvenil, que me hacían suponer tendría la misma edad que yo, 18 años tal vez, calculaba yo.
Presuroso, exclame :¿hola?! Ha pasado algo?
Algo desorientada, pero con una voz y carácter que desmostraban, seguridad y confianza y pisca de ternura y delicadeza, se preparaba para responderme y dijo:
En verdad eres tú
Me mostré sorprendido, como es que aquella chica de hermosos relieves, sabía mi nombre
Por más que trataba de recordar, si es que la había visto en otro lugar
No había tal recuerdo
No hasta ese momento
Y es que no podía creer que podría ser ella, el primer amor que nunca se olvida.
Y es justo en ese momento, cuando ella da unos cuantos pasos hacia mí, tira un sonrisa, tan hermosa y sencilla que me hizo pensar, justo cuando me preparaba para hablar, ella se me adelante y dice con voz perspicaz : tus ojos cafés no han cambiado, siguen tal como los recuerdo la última vez.
Es ahí cuando desde lo más dentro se mi corazón, una ceñida luz de felicidad aparecía dentro de mí, eran los recuerdos de ella junto a mí, y aquella canción, aquella que nos llevaba a otra dimensión, Empezaba a tocarse otra vez.
En seguida, con los sentimientos al tope, solo atine a sonreír tan o con más emoción que ella, aquella desconocida conocida, la cual por algún motivo volví a ver.
La abracé
, tan fuerte que alcancé a sentir sus sentimientos
Aquellos que habían permanecido dormidos y quietos
Que solo ella sabía tener.
Le susurré al oído, que aún la seguía queriendo, que había perdido las esperanzas, pero por ella aún seguía luchando
Ella con lágrimas en los ojos, me dijo..Continuará..