Dulce Helado (parte 1-2)

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Era un día caluroso, de eso no cabía duda . Claus, un niño de 8 años de edad, lo que siempre solía hacer era llevar a su hermanito Lucas a jugar al parque con Ness, un niño de la misma edad de Lucas. Ese día mientras veía a su hermanito jugar junto al niño, se le ocurrió la brillante idea de tomarse un helado, hacia muchísima calor y un helado para Claus era un deseo refrescante. Se encamino al lugar donde vendían helados. Don Duster, el heladero, era un muy buen amigo de los niños, ellos siempre iban a comprar helados a ese lugar.
-Hola Duster, ¿ como te va? - saludo amigable Claus.
-Hola pequeño Claus, me a ido súper - respondió el mayor - ¿deseas el mismo sabor de helado?
-Si, por favor - respondió Claus
Ya cuando le entregaron el delicioso postre a Claus, una voz se escucho desde el mesón donde estaba Claus.
-Disculpe señor, ¿ usted vende los helados? - le preguntó un niño de un año menor que él - es que soy nuevo y no conozco mucho este lugar.
- No, el heladero es el sujeto de allá - apuntó a Duster - apresurate se van a acabar.
-Gracias señor - y sin decir más el pequeño se marchó.
Claus no sabia la razón de porque su corazón empezaba a latir tan rápidamente dentro de su pecho. Dejo esos pensamientos de lado y se dispuso a marchar donde había dejado a su hermanito jugando cuando escucho una voz dulce llamandolo.
-Señor, Señor - era el niño de pañoleta roja que corría muy apresuradamente con su helado en mano llegando al lado de Claus - Señor, ¿cual es su nombre?
-Mi...¿mi nombre? - Se notaba que estaba nervioso, y quien no, si tenia al pequeño a centímetros de su cara, decidió alejar esos pensamientos nuevamente de su mente y responderle al más pequeño - mi nombre es Claus, y creó que se te cayo el helado.
-¿mi helado? - el niño lo miro ladiendo su cabecita sin entender de que hablaba - mi helado esta bien.
Eso fue lo ultimo que dijo antes de que sus ojos se cristalizaran y empezará a soltar pequeñas lágrimas frente a Claus. Claus al verse en esa situación intento calmar al pequeño.
-Tras...Tranquilo te... Te comprare un helado nuevo - dijo tomando la mano del menor llevandolo devuelta a la heladería.
-¿Enserio me comprara un helado? - pregunto el pequeño con una pequeña coloración carmín en sus mejillas - Usted es el mejor señor Claus.
-No... No me digas señor - estaba comprobado, ese niño ponía muy nervioso a Claus, eso se notaba a kilómetro de distancia.
Sin decir otra palabra entraron por el umbral a la heladería.
-Hola Duster, dame otro helado para este niño que se le calló - dijo totalmente rojo al notar que aun sostenía la mano del menor y que este tenia una gigantesca sonrisa plasmada en su rostro.
-Claro como no, toma pequeño Ninten - ese nombre se repetía en la mente de Claus, era un nombre hermoso digno de un ángel como el pequeño.
-Gracias señor Duster - y con la mano que tenia libre tomo el helado y lo empezó a lamer.
•••Ya fuera de la tienda•••
-Bien niño, tienes tu helado ahora yo me voy - dijo soltando la mano del pequeño y retirándose por el camino que llevaba hacia donde estaba Lucas.
El niño corrió hasta quedar al lado de Claus y le hizo una seña para que se acercara, al hacerlo el pequeño Ninten tomo a Claus y le dio un pequeñito beso en la mejilla y salio corriendo dirección contraria de Claus.
- Adiós Claus - se despidió desde la distancia moviendo la mano.
Y así se fue dejando a un Claus totalmente rojo y confundido, corrió donde se suponía que estaba su hermanito y se quedo con él, mientras el par de niños jugaban, Claus no podía sacarse al pequeño Ninten de la cabeza y así se la paso toda la tarde.

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