8. Atención

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Rogue PDV:

Tocan la puerta. Me dicen que me prepare, que el rey me aguarda, como todos los días...

Lo primero que hice fue tocarme el culo, me dolía. Aunque el dolor era fácilmente aguantable. Me levanté, me vestí rápidamente y subí al comedor, donde el monarca iba a desayunar.

Entré en el comedor y los mayordomos y las doncellas corrían por todos los lados. Ante mí un inmenso festín abarcaba toda la habitación, quién diría que es solo para una persona...

- ¡Ya viene el rey! - avisó una doncella.

- ¡A sus puestos!

Los empleados del rey se colocaron a los lados de la habitación, de mientras, yo me coloqué a un lado del trono donde se iba a sentar el monarca. La puerta del comedor se abrió de un portazo y el rey entró de mal carácter y se sentó.

- ¿Qué le sirvo, su majestad? - pregunté.

- Lo que te de la gana, ¡pero ya! - ordenó el monarca cruzándose de piernas y adoptando una postura regia.

Cogí la cafetera y le serví algo de café acompañado de algunos manjares que, a mi parecer, les iba a resultar deliciosos. Mientras le servía café en una taza, noté como una mano acariciaba mi nalga izquierda suavemente.

- ¿Qué tal has dormido?, ¿Te duele? - preguntó el rey con un tono pervertido.

- N-no, qué va... - le respondí algo nervioso.

- ¡Eh! ¡Oye! - sin darme cuenta llené de más la taza del rey y algunas gotas se desbordaron del plato y se escurrieron hasta la entrepierna del monarca.

- ¡Oh, no! ¡Lo siento mucho! - dejé la cafetera - Ahora se lo limpio con la...

- ¡Lo vas a limpiar con la puta lengua! - me gritó.

- Pero...

- ¡Ahora!

- Sí, señor...

Me puse de rodillas frente a la entrepierna del monarca y empecé a chupar las manchas de café de su pantalón.

- ¡Más rápido! - el monarca me cogió de la nuca y me estampó la cara contra su entrepierna. Notaba el miembro del monarca sobre mi rostro.

Lamía el pantalón del rey. Notando como su miembro se ponía cada vez más y más erecto bajo sus ropas.

- ¡Quítate la ropa, joder!

El rey volvió a arrancarme mis prendas a garrotazos hasta dejarme desnudo. Él también se desnudó. Se veía que estaba completamente excitado.

- Ven conmigo...

El monarca empezó a rodear la gran mesa donde se encontraba todo su desayuno.

- ¿Qué es lo que más te gusta?

- ¿Yo? Pues... - dije dudoso y, a la vez, temeroso.

- ¡Ya sé! Este sirope te va a quedar delicioso...

Agarró un bote largo y estrecho de color marrón. Lo destapó y me lo puso sobre el pecho.

- Hecho con el mejor cacao del mundo...

Apretó el bote y de él empezó a salir un líquido espeso de color chocolate que el monarca empezó a esparcir por todo mi pecho... Y que luego empezó a lamer.

- Mmm... Qué rico estás... - me tiró sobre la mesa y se abalanzó sobre mí sin dejar de lamer mi pecho.

Fue bajando poco a poco, los abdominales, el ombligo... Hasta llegar a mi polla. La bañó en el sirope y lo esparció con su mano hasta dejármela entera cubierta. Entonces empezó a chupármela.

Cuando acabó de limpiar todo mi miembro de sirope quiso jugar un rato con mis testículos, succionándolos y relamiéndolos.

- Aquí llega el postre... - dijo Sting.

Me subió a la mesa, subió mis piernas dejando mi entrada frente a él y esta vez agarró la mermelada de frambuesa. La untó bien y empezó a lamerla. Notaba su lengua pasar por todo mi culo y sus manos masajeando la zona. Cuando ya estaba bien lubricada el rey se levantó, metió su miembro dentro de una estocada y atacó mi cuello. Succionaba y chupaba todo mi cuello con pasión, cosa que me estaba excitando mucho.

En este momento me fijé en algo:

Sting se separó de mi cuello y me miró fijamente cara a cara. Impactante. Sus labios todavía goteaban la roja mermelada, sus colmillos brillaban como nunca antes lo habían hecho y sus marinos ojos me miraban fijamente comunicándome con el alma de Sting que me decía:

- Sálvame...

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~ Icenazuma ~

Esclavizado [Stingue]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora