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La preciosa ganadora es  Kookmin_es_laif 
Felicidades, bella.

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❝Hasta el amanecer❞

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Sólo dos días se encontraban marcados en el calendarios desde que habían comenzado sus vacaciones y Jungkook se estaba comenzando a preocupar ¿Acaso no estaba alimentando bien a su pequeño bebé? ¿Acaso Jimin estaba vomitando la comida cuando él no le veía? Su cabeza era un mar entre dudas y enredos en los cuales divagaba de una pregunta a otra, porque por más que se lo cuestionara, aún no podía descubrir cuál era el motivo por el que su bebé estuviese tan delgado.

Jeon notaba como Jimin bajaba más y más de peso con el pasalr del tiempo, haciendo que se desesperara al no saber qué hacer para ayudar a su hermoso bebé. Él podría jurar que su pequeño estaba comiendo bien ya que era él mismo quien se encargaba de darle la comida a la misma hora todos los días, además se preocupaba de que nada quedara en el plato y de que no se saltara ninguna de ellas. Entonces ¿Qué era lo que estaba haciendo mal?

Jeon no dejaba de dar vueltas en la cama mientras se comía la mente pensando en que hacer para que su bebé pudiese aumentar de peso. Volteó para quedar cara a cara con un Jimin de ojos muy abiertos que le miraba ensimismado, como si estuviese perdido en la inmensidad de sus pensamientos pero a la vez, diciéndole con esa mirada que todos sus pensamientos se trataban nada más y nada menos que sólo de él; de Jeon Jungkook.

Con sus cálidas manos acercó el delicado cuerpo frente a él y lo acurrucó en su pecho. Podía sentir como los huesos de su contrario se marcaban más de lo normal, incluso podría apostar que hasta sentía como si aquellos huesos se clavaran en su propia piel.

Jeon tomó el rostro de Jimin que se encontraba escondido en el hueco entre su cuello y su hombro para que así pudiese observarle a esos preciosos ojos que le devolvían la vida cada segundo que pasaba observando aquellos orbes marrones, pues su iris le cautivaba al punto de la locura, le atrapaban y hechizaban hasta su límite, hacerle perder la cordura para que su subconsciente actuara por sí solo. Y lo besó.

En contra de todos sus principios de mantener la pureza de su bebé le besó, pero no fue como las otras veces, pues todas las veces anteriores en las cuales habían compartido éste tipo de acercamientos, siempre fueron pequeños roces llenos de amor y cariño, demostrándole que no le haría daño en ningún momento. No, esta vez no fue igual. La lujuria se palpaba en el aire, sobre todo, cuando la lengua de Jeon entró traviesa y sin autorización a la pequeña cavidad bucal de Jimin, causándole una hermosa sensación de placer y alivio que les llenó el pecho de aquel sentimiento que les faltaba.

Era como si las piezas de un rompecabezas perdido volviesen a encajar; como si jamás hubiesen estado lejos una de la otra. Jungkook no tardó mucho en ponerse entre las piernas de Jimin mientras se encargaba de dejar caminos de besos algo subidos de tono -pero con el toque justo de amor- en cada uno de ellos por toda la extensión del cuello del chico bajo él. Jamás había sido tan osado y sabía que el cielo le castigaría, pues estaba destruyendo y corrompiendo a uno de sus ángeles, pero si debía sufrir una condena por poder entregarse en cuerpo y alma de manera devota al ser que más amaba en el mundo. Estaba dispuesto a sufrir las penurias del infierno sobre él.

Sus manos de fuego recorrían toda la piel que la ropa que Jimin llevaba puesta le permitía, pues aunque quería arriesgarse a todo por su pequeño, el miedo seguía ahí presente. Pero tan sólo bastó mirar en la profundidad de esos ojos para saber que él también lo deseaba, quería unir su cuerpo para toda la eternidad con él sin importar el ser juzgados y el castigo que debieran recibir por su actuar.

Cada prenda volaba para alcanzar a la otra hasta terminar en el suelo. Simplemente perfecto, pensó al ver el cuerpo desnudo de su contrario tendido sobre las blancas sábanas. El pedazo de tela era demasiado puro, pero no tanto como aquel cuerpo virginal y pulcro que descansaba delicadamente bajo el propio. ¿Cómo tanta perfección podía ser pecado? Ellos no harían nada malo, ellos solamente se amarían el uno al otro de una manera diferente a la que estaban acostumbrados.

Los huesos de Jimin sobresalían de su piel y la preocupación volvió a invadir el cuerpo de Jeon. ¿Por qué su bebé estaba así de delgado?

Sus labios se encontraron nuevamente en una ardiente guerra sinfín, disipando aquellos pensamientos tan dañinos que le nublaban la mente y le hacían perderse de la electricidad que le recorría el cuerpo por completo. Pues el sólo roce de la piel de Jimin contra la suya le hacía perder todo uso de razón provocando que su mente sólo se ocupara por las sensaciones que le llenaban en ese momento.

Sus cuerpos eran uno sólo y las embestidas eran cada vez más certeras, haciendo que sus cuerpos se retorcieran y movieran bruscamente junto a la cama que chocaba sin control contra la pared de manera incesante. Ambos eran una fuente inagotable de deseo que irradiaba por cada poro de su piel.

Los jóvenes amantes estaban envueltos en una espiral de sensaciones, para sumergirse en un sube y baja después de cada orgasmo. Pues no pararon después de sólo una primera vez, era como si ambos fuesen fuego ardiente y necesitaran del contacto del otro para poder apagar aquella llama que era encendida nuevamente por la más mínima brisa que les golpeaba a ambos con delicadeza y cariño. Sin embargo, no se trataba de sexo, era hacer el amor. Cada uno entregándose al otro para siempre en un carrusel que les hacía delirar de las emociones oscilantes en su interior.

Cada vez más y más cerca del paraíso pero a la vez tan lejos pues Dios ya no les abriría las puertas al cielo, por eso eran el uno para el otro. No necesitaban el cielo para sentirse en el paraíso, y así se les escapó la madrugada. Tal cual arena en las manos desapareció la noche, dando paso al hermoso amanecer que mostraba sus rayos a través de la cortina semi-abierta de su habitación.

Éste día nada ni nadie podría robarles el pedazo de cielo que ambos habían alcanzado hasta el punto de adueñarse de él.

Pues si estaban junto al otro, se sentían en el paraíso.

Pues si estaban junto al otro, se sentían en el paraíso

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Actualizo porque  minsflowers  me sacó una sonrisa♡

death words l ✡ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora