Capítulo 6.

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Ella.

Sigo sin entenderlo, ¿Cómo es que llegó aquí?

Llevo cinco minutos moviendo mi pie de forma desesperada debajo del vestido, vestido que hizo mamá y si me viera justo ahora se alarmaría de ver lo que hago con su creación; consecuencias de tener una mamá que es diseñadora, pero como ahora no me ve, sigo moviéndome ansiosa,  tanto que papá ya me preguntó si algo pasa, ya me encargué de ello, pero no me encargué del hecho de que Vincent está aquí, ¿Me está siguiendo o algo parecido? Definitivamente voy a explotar pronto. Ni siquiera sé por qué me pongo tan nerviosa de verlo.

Volteo de nuevo al lugar en dónde lo vi hace un momento, y ahí sigue, sonríe mientras habla con algunas personas ¿Conoce a gente de aquí? Ay no, estoy perdiendo el control, ¿Por qué justamente el primer año que vengo aquí después de evitarlo tanto tiempo es cuándo él esta? ¿Por qué? ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Y si el ya había venido antes? ¿Por qué estaría aquí? Me estoy poniendo paranoica, yo sólo quería un fin de semana tranquilo con mi familia y la verdad es que no sé si su presencia repercuta en algo.

No había notado que seguía viéndolo hasta que mi mirada se topa con la suya. Él sonríe hablando con las mismas personas, y me descubre mirándolo, no borra su sonrisa pero sé que no va dirigida a mí. Mantenemos contacto visual unos segundos hasta que decidido desviar la mirada y un mesero pasa frente a mí, rodeo la silla y me pongo de pie rápidamente. Alguien tiene una bandeja con muchas copas, no sé que son pero a paso rápido tomo una sin que lo note, le doy un trago. ¿Qué acaso no tienen nada más fuerte aquí? Sostengo la copa en mi mano y me dispongo a irme a un pequeño balcón al otro lado del escenario, balcón que no había notado hasta que salí huyendo como la vil cobarde que soy. En el balcón hay un pequeño sofá, como aquellos que pondrías en tu jardín. Tomo asiento y de no ser porque un joven se acerca a mí a ofrecerme otra copa, no hubiera notado que ya me he terminado la mía. La acepto con gusto y el chico me sonríe, es lindo e incluso tiene cierta ternura, pero no quiero un problema más del cual hacerme cargo, hay uno muy grande en éste mismo lugar justo ahora. Le regreso una leve sonrisa, él parece satisfecho y se da la vuelta, casi tira las copas al encontrar a Vincent en el umbral del balcón, Vincent le da un último trago a su copa y toma otra, creo que no soy la única loca aquí, le da las gracias al chico y éste se va dejándonos a Vincent y a mi solos. No, no, esto no puede pasar.

—Disculpa —llamo al chico de nuevo en un muy patético intento de no quedarme sola con Vince —¿Esto es lo único que tienes? —le muestro mi copa.

No sé si en verdad lo digo por necesitar algo más fuerte, o por no hacer que se vaya. El chico mira rápidamente a Vince que solo me observa incrédulo.

—Me parece que no, pero esto es antes de la cena, después darán licor más fuerte —asiento con la cabeza y se hace un silencio, él parece incómodo y está por irse, lo llamo de nuevo con pánico.

—¿Y no crees poder darme uno ahora? —soy patética, en verdad patética.

El chico abre la boca empezando a balbucear un poco sin saber una respuesta.

—Ya puedes irte, gracias. La señorita sólo esta jugando —le dice Vincent mirándome, el chico asiente y se da la vuelta, yo también balbuceo pero no se me ocurre nada que decir para que se quede, el chico me escucha y vuelve a mirarme —Por favor —. Vince le señala el salón con la copa de una manera muy cortés, el chico asiente y se va.

Recargo mi espalda en el sofá y suelto un bufido. Vaya estúpida.

Vincent se sienta a mi lado con su brazo al otro extremo, maldito sofá pequeño. Muevo en círculos mi copa jugando con el liquido que tiene dentro. ¿Debería regresar al salón ahora?

SUVM (Sólo Una Vez Más) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora