Crazy in love 「WinterIron」

Capítulo IV

❝Hablo con mis amigos en voz baja.

¿Quién se cree que es? Mira lo que me has hecho.

Uso unas zapatillas de tenis, no necesito comprar un traje nuevo.

Si tú no estás aquí no hay nadie a quien impresionar.❞

Viernes por la noche y Tony aún no llegaba.

No era la primera vez que el dueño de la torre Stark se tardaba. A James le parecía extraño, y es que últimamente el millonario parecía más ocupado de lo normal. Cuando intentaba acercarse éste se encontraba hablando por su famoso Starkphone y por más que trataba de alcanzarlo en algún momento, Tony ya se encontraba dormido, cansado después de un día agitado de reuniones.

El soldado comenzó a sospechar de Pepper, pues cada vez que le veía cerca del genio ella le dedicaba una fulminante mirada para luego llevárselo. A James no le quedaba más que quedarse quieto, en su lugar, apretando los puños por la frustración.

Sinceramente, comenzaba a cansarse de ser él quien buscase a Tony siempre, no habia alguna señal que demostrara que su amor fuese correspondido. Además de los besos, claro. Su paciencia tenía un límite y aunque no le gustara la idea estaba más que dispuesto a alejarse si es que Anthony no definía la "relación" que tenían.

— ¿Aún no estás vestido? —Le preguntaba Steve ingresando al gimnasio. Desde hace unos días atrás habia notado a su amigo bastante insoportable, ni siquiera los sacos de bóxeo resistían la furia del soldado.

— ¿De qué estás hablando? —Respondió con otra pregunta, volteando a ver al rubio, quien traía un traje de gala. ¿Se habia perdido de algo?

—Tony y Sam tuvieron razón al parecer.

James dejó a un lado la pesa con la que torturaba a uno de sus brazos para prestarle atención.

—Hoy es la fiesta de beneficencia. Tony la auspicia cada año para reunir fondos para las familias de los bomberos. De eso te estaba hablando ayer, pero parece que no me escuchaste.

— ¿Por eso Anthony ha estado tan ocupado? —Preguntó con curiosidad.

—Sí, además hablaba de una sorpresa. Pepper lo ha mantenido de cabeza en la organización para la fiesta, siempre era ella quien se encargaba antes.

La tranquilidad volvió a su cuerpo, por fin sabia la razón por la cual Tony habia estado tan distraído. Ahora sus ideas volvían a ordenarse, teniendo como prioridad a ese arrogante, pero atractivo hombre.

De un momento a otro habia notado como Steve se estaba riendo, no comprendía la razón hasta que se vio a sí mismo con unas prendas bastantes desgastadas. Anteriormente no existía la necesidad de arreglarse, pues lo encontraba innecesario, pero con la presencia de Tony en su vida habia comenzando a esmerarse en su presentación personal. Aunque con la desaparición de Stark, no existía la necesidad de arreglarse.

Al menos no hasta ahora.

—Vamos, Sam tiene listo tu traje. —Le dijo un animado rubio. Su mejor amigo lucía un traje militar, seguramente él utilizaría lo mismo.

Por supuesto no se equivocó. Ahora los tres estaban ya listos, según Sam los demás ya habían partido hace unos minutos atrás.

Los nervios comenzaron a hacer eco dentro de su cabeza, era la primera vez que estaba en un evento con tantas personas. ¿Qué si tenía miedo? Claro. Después de todo no estaba cien por ciento recuperado, pero le hacía sentir tan bien que Anthony confiara en él para ser capaz de invitarlo. No lo negaría, le habría encantado que fuese el mismo castaño quien lo invitara.