Capítulo 2

195 13 7
                                    

CAPÍTULO 2:

Todo pasó tan rápidamente que ni siquiera Keylie podría haber evitado ese accidente. Su padre había cambiado y siempre era para mal. ¿ Por qué tenía que comportarse tan ruinmente? Pensó ella, y por un momento observó a su padre y después a esas personas que tanto admiraba. No podía creer lo que había hecho ese ser al que llamaba padre, no se lo podía creer. Su padre era un monstruo...

- ¿Qué piensas hacer con ellos?-preguntó con un tono autoritario que no le agradó mucho a su padre, pero de todos modos la contestó con total felicidad. A veces olvidaba de que su pequeña hija solo tenía cinco años.

-Manipularlos, volverlos especiales más de lo que eran antes. Convertirlos en seres totalmente diferentes- Dimler hizo una pausa y sonrió para sí, bajó la mirada hacia su hija y depositó un beso en su frente- No pongas esa cara enfurruñada, que sin ella estás más adorable.

Durante una milésima de segundo, Keylie se ablandó dejando que su padre volviera a ganar. Suspiró y se dejó llevar. Le abrazó con sumo cariño impresionando a su padre, incluso a sí misma.

-Keylie-susurró Dimler,mientras que se apartaba de ella cuidadosamente- ahora papá tiene que hacer un par de cosas muy importantes, quédate aquí leyendo. Volveré más tarde. Se alejó de ella dando unas grandes zancadas, sonrió y desapareció junto a aquellos cuerpos inconscientes de por arte de magia.

La pequeña niña presentía que su padre iba a hacer algo terriblemente malo.

Suspiró cansada y salió de su habitación con una sola intención en mente. Detenerlo...

Tris fue la primera en abrir los ojos, la cabeza le daba vueltas y no podía ver claramente donde se encontraba ni cómo había llegado exactamente a aquel lugar.

De repente una voz masculina le llamó la atención. Y no era la de Tobías ni la de ningún otro que ella solía reconocer. Era de aquel extraño. Dimler era su nombre si no recordaba mal.

-Vaya,vaya, por fin alguien que se levanta de su profundo sueño. Ya me estaba empezando a aburrir con tanto silencio-Tris hizo caso omiso ante ese comentario y le observó detenidamente haciendo un gran esfuerzo en no marearse, se fijó que tenía el pelo más negro que había visto en su vida, al igual que sus ojos, un color tan negro que ni si quiera podía diferenciar las pupilas con el iris, ni aún estando cerca de él a dos centímetros de su cara. Esos ojos le recordaban la oscuridad en su estado más puro.( Si es que existía) Su tez era un poco pálida haciendo destacar aún más sus rasgos físicos. Prácticamente te hacia fijarte enseguida en ellos. Y puede que por esa razón lo encontraba exótico y a decir verdad, atractivo. Pero eso era otra cosa que nunca aceptaría delante de nadie. NADIE.

-¿No quieres hablar conmigo?-preguntó indignado al ver que Tris ni siquiera abría la boca para insultarlo o al menos para mandarlo a la mierda.

Dimler se encogió de hombros y empezó a pasearse en la habitación con sumo esmero esperando a que los demás se despertaran. Sin previo aviso lanzó un grito sobresaltando a todos, incluso a Tris.

-Gracias a Dios que no tenéis la enfermedad de la bella durmiente-sonrió siniestramente-me estaba empezando a preocupar.

-Oh, gracias por tu preocupación, eres muy amable-respondió irónicamente Tobías-Y también te agradezco el dolor de cabeza que me das.

-De nada-Hizo una pausa-os tengo que tratar bien, ya que sois unas miserables marionetas- a la mayoría de las personas que estaban presentes, no les gustó para nada que les llamaran marionetas. Se temían lo peor y así era. Dimler tenía un as en la manga.

-Levantaros todos del suelo y poneros en fila mirándome.

Increíblemente todos le obedecieron como la primera vez que les mandó arrodillarse ante él, y sin ningún comentario ni objeción ni aún siquiera un poco de resistencia. Todos se quedaron extrañados.

-Así me gusta, obedientes como perros amaestrados- tiró algo al suelo mientras se sentaba en una silla mirándolos fijamente y siguió tirando cosas al suelo. Entonces Tris se dio cuenta de que eran golosinas...golosinas para perros. No se lo podía creer, ¿Quien se creía?

-Serás...-soltó ella cabreada, pero Dimler le lanzó una sonrisa de lo más encantadora al que le molestó bastante a Tobías.

-¿Encantador? ¿Maravilloso? -empezó a soltar muchos más ejemplos hasta que se cansó de jugar, se levantó de la silla muy seguro de sí mismo y totalmente serio- Os he reunido todos aquí con un sólo propósito-empezó a pasearse delante de ellos analizándolos pretenciosamente-solamente uno-Todos esperaron intrigados-quiero que matéis a los humanos, a todos de esta faz de la Tierra.

-Y por qué estás tan seguro de que haremos eso-repuso al instante el hombre con unos rasgos gatunos. Magnus, recordó Tris.

-Porque os puedo controlar, ya lo habéis visto. Y para que me creáis os hago una demostración-cerró los ojos susurrando algo que nadie pudo entenderlo bien. Y aparecieron de la nada 5 personas.

Nadie se esperó lo que iba a decir Dimler, pero los sorprendió:

-Os ordeno que matéis lentamente a estas pobres escorias, que sufran y que vosotros disfrutéis haciéndolo por mi...

Hubo un momento de silencio, nadie se movió de su sitio. Y parecía ser que Dimler se lo espera, negó con la cabeza decepcionado y chasqueó los dedos.

-Sorprenderme mis queridas marionetas. Empieza el juego.

Ese chasquido hizo click en la mente de todos. Se sumieron en una profunda oscuridad en la que perdieron el control de sus mentes y cuerpos. Y todo volvió a ser confuso...otra vez...

Por un instante Keylie pensó que estaba teniendo una horrible pesadilla y que todo lo que estaba viendo al rededor suya era todo falso. Pero no fue así, se quedó horrorizada y a la vez decepcionada consigo misma. Había llegado tarde...

Había encontrado 5 cuerpos inertes sin vida ensangrentados en el suelo.

Los había matado ellos...y lo sabía desde el momento que su padre los empezó a llamar MARIONETAS. Keylie de repente sintió miedo, no de su padre ni de su propia vida si estaba en peligro, sino lo que pudiera hacer su padre con esas personas que tanto admiraba.

Entonces sintió que el juego de su padre había comenzado...

To Destroy Or To Be Destroyed . . .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora