Todo se me daba fácil.
Desde el día en que nací, mi destino estuvo predestinado a ser el hijo único de un exitoso empresario y una diseñadora de exteriores reconocida, ese que cualquier pareja con exceso de dinero quisiera tener; un niño que fuese criado entre fajos de millones de dólares y tanta gente reconocida como fuese posible.
Al crecer, para la lástima de mis padres, comenzó mi época de rebeldía y descontrol, época cual se extendió hasta ahora.
No había viernes que no fuera a fiestas, no había chica que no pasara por mi departamento, como tampoco había amigos leales, y peor, no había nadie ocupando el espacio que reservaba con extremo cuidado en mi corazón.
Las responsabilidades no son lo mío, soy desorganizado y casi nunca cumplo lo que me propongo. Creo que la única vez que cumplí algo fue tomar dieciocho shots de tequila para mi cumpleaños dieciocho. Fuera de eso, lo dudo.
El compromiso es otro de mis grandes problemas. Querer que alguien ocupe un lugar en mi vida no significa que sería totalmente fiel, es aburrido, rutinario y cansador. Las relaciones abiertas y libres son las mejores.
¿Hijos? ¿Matrimonio? ¿Trabajo? Esas palabras están realmente lejos de lo que quiero, o por lo menos, no para ahora. Solo quiero vivir mi juventud, encontrar más chicas lindas, seguir viajando por el mundo a costa del bolsillo de mi padre y la chequera de mi madre, enamorarme y decepcionarme.
Y claro, el sueño de cualquier chico, poder hacer un trío.
Al fin y al cabo, no tendré veintitrés por toda la vida.
¡Les presento mi obra!
Sé que suena súper ultra cliché, o sea, un chico malo, mujeriego, mantenido, bla bla bla. Pero solamente espero que le den una oportunidad, porque puede que la trama en sí esté usada, pero todos sabemos que todos los libros son diferentes entre sí, excepto algunos que copian sin descaro.
Terrible, terrible.
Pero bueno, ¡denle una oportunidad a Zarek!
Dato: ¿Sabían que Zarek era nombre griego? (la verdad sí lo sabía, pero quería que hablaran, soy un asco comenzando conversaciones jaja)
Sophie, xx.