Capitulo 1: "Voces"

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Seis años después.

Se levantaba dos o tres veces en la noche por constantes pesadillas, luego de saber que no se encontraba en peligro respiraba profundamente aferrando la manta mas cerca de él como si dependiera de ello.

—No sucede nada, aquí no hay nada, estoy a salvo...—Susurraba para si mismo mientras miraba el viento fuerte que agitaba los arboles por el frío. Se encontraba en los días mas fríos del año. Amaba el frío.

Escuchó pisadas en el pasillo y cerró fuertemente los ojos tratando de sacar su miedo, volvió a tomar aire y se encogió de miedo escuchando que abrían la puerta lentamente. Miró mas de cerca y suspiro mirando al gato pero detrás del gato a ella. A esa mujer de mirada fría y atuendo grisáceo. Fingió dormirse y cerro los ojos.

Cuatro años después.

Por favor no quiero que vuelvan a leerme ese cuento—dijo él negando una y otra vez.

—Tranquilízate ¿de que cuentos me hablas Ryder?—preguntó el psicólogo frunciendo el ceño.

—Esos cuentos—Susurró él mientras movía sus manos debajo de la mesa, se encontraba sentado en frente del psicólogo mientras miraba fijamente el suelo.

—Ryder...—susurró con voz pacifica mirándolo fijamente—¿que cuentos?

Entonces él dejo de mover sus manos y levantó la vista por primera vez en toda la sesión, dándole una pequeña sorpresa al hombre que tenia en frente. Los ojos de Ryder eran color violeta.

—Demonios...—Susurró el hombre bastante sorprendido y fascinado.

—Los cuentos que ella solía contarme—Susurro volviendo a bajar la mirada. El psicólogo todavía seguía sorprendido por lo que acababa de ver.

—Se termino la sesión—dijo sin responder a lo que él había dicho—Hablare con tu madre.

—Ella no es mi madre.

Dos años después.

Suspiró varias veces afuera del salón de clases, hace diez minutos había tocado la campana y él no podía entrar al salón. Siempre le habían dado clases particulares en su casa, la señora con quien vivía. Pero nunca había estado en la escuela, Ryder jamas se había acercado a una escuela. Tragó saliva armándose de valor, tocó la puerta y al instante una mujer con una sonrisa radiante abrió la puerta.

—Ooh, tu debes ser el nuevo, pasa—dijo la maestra abriendo la puerta un poco mas. Él observo todo el salón rápidamente y entró lentamente con la cabeza agachada mirando el suelo, sus compañeros lo observaron en silencio mientras la maestra cerraba la puerta. Una chica, la que se encontraba mas cerca lo miró y abrió los ojos sorprendida.

—¡Maestra! Sus ojos de él, son violetas—dijo sin quitarle la mirada de encima. Ryder volvió a bajar la mirada rápidamente mientras empezaba a mover sus dedos nerviosamente. La maestra se acerco a él tratando de ver sus ojos pero no lo consiguió.

—Bueno denle la bienvenida a... ¿Como te llamas?—preguntó ella con voz suave mirándolo con una sonrisa.

—Ryder Hills.

—Que lindo nombre, Ryder—dijo y asintió volviendo a mirar a toda la clase—No me interesa si tiene los ojos violeta, verde, amarillos o cualquier otro color, él es su nuevo compañero y amigo.

Todos los niños no dijeron nada, solo la niña de en frente aplaudió pero cuando vio que nadie la seguía dejo de hacerlo y apoyó sus manos en el pupitre.
La clase para él había transcurrido ruidosa, incomoda y detestable. Ryder no era un chico de muchas palabras así que no hizo ningún amigo. Ni siquiera dirigió la palabra con alguien, esto era algo tan nuevo para él que le aterrorizaba arruinar el momento cuando encuentre al menos a un amigo.

RyanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora