Capítulo 6. -La entrevista.

243 28 14
                                    

Ryan estaba recostado en el sofá, notablemente aburrido y algo decepcionado de su amigo de España.

Sara lo notó y se sentó a su lado.

-¿Estás bien Ryan? -Preguntó preocupada, nunca lo había visto así. Sara se sentía responsable de su hermano ya que era la mayor, siempre intentaba cuidarlo.

-La verdad es que no estoy bien. -Le respondió sin apartar la vista de la televisión y con su mano cambiando los canales automaticamente.

-¿Qué pasa? -Preguntó ella.

-No lo sé Sara, no me responde a los mensajes... -Soltó el aire que había retenido. -¿Crees que se aburrió de hablar conmigo? -La volteó a ver.

-Hablar contigo no es aburrido, tonto. Debe ser que está ocupado en algo importante. -Intentó tranquilizarlo pasando una mano por el cabello rubio de su hermano. -Ya verás.

Ryan hizo una mueca y se convenció a sí mismo de que era muy probable que fuera por eso. Aunque igual estaba desanimado.

Oyó su celular sonar y no sin antes mirar a Sara, decidió tomarlo y ver quién llamaba.

En la pantalla aparecía el nombre y la foto de Miguel. La foto la había tomado mientras estornudaba.

-Migueloso. -Dijo Ryan al responder la llamada.

-Necesito que me acompañes a una entrevista de trabajo. Vístete ya. -Se oyó al otro lado de la línea.

-¿Entrevista de trabajo? -Preguntó Ryan extrañado.

-Sí, bueno, mi padre me está presionando para que consiga un trabajo y tengo una entrevista hoy. -Explicó. -Por favor.

Ryan amaba cuando Miguel dejaba a un lado su ego y se animaba a ser un poco más amable, le daba razones para fastidiarlo.

-¿Qué? No escucho nada. -Mintió Ryan.

-Por favor, acompañame a la entrevista. -Miguel sabía que el chico sólo quería oírlo repetir la frase, y no la hubiese repetido si no fuera porque lo necesitaba.

-Es que tengo problemas para escuchar bien... -El rubio quería averiguar hasta donde llegaba su paciencia.

-Ryan, eres un idiota. Estoy nervioso, hasta estoy temblando. Haz algo bueno por el prójimo y acompañame. -Respondió Miguel.

-Bien, bien, te acompaño. Ya mismo me voy a tu casa. -Le tranquilizó.

-Por favor no te vayas a vestir como un vagabundo Ryan, mira que te conozco. -Advirtió Miguel.

-Bien, bien... Intentaré ir decente. Confía en mí -Respondió para luego terminar la llamada.

Sara lo miraba con un signo de interrogación en su expresión.

-Miguel tiene una entrevista y me pidió que fuera con él. Tienes que ayudarme a escoger ropa, dijo que no fuera como un vagabundo y así me visto todos los días. -Explicó rapidamente.

Sara aceptó y fue al closet del rubio a ver si tenía algo que pudiera salvarse.

-¡Ryan, encontré un traje aquí! -Gritó mientras su hermano estaba tomando una ducha.

-¿Un traje? -Se preguntó el chico. -Yo no recuerdo tener un traje.

-Claro que si, lo usaste en la boda de una prima cuando eras un poco más joven y no parecías una Barbie. -Agregó Sara y Ryan logró recordar.

Se oyó la risa del menor entre las paredes del baño.

Al terminar su baño se puso el traje y Sara lo vio con el pulgar en alto.

-Me veo guapísimo, a que sí. -Alzó las cejas e hizo reír a Sara. El traje le quedaba algo ajustado porque tenía mucho tiempo sin ponerse uno.

Se despidió de ella y casi corriendo fue a la casa de Miguel. La puerta estaba entreabierta y el castaño estaba practicando lo que iba a decir frente al espejo.

Ryan lo miró sonriente y cuando Miguel se dio cuenta le dio algo de vergüenza.

-¿Desde hace cuanto estás ahí? Tenías que avisarme, vamos a llegar tarde. -Dijo Miguel y se podía sentir el nerviosismo en su voz.

-Vamos, cálmate, vas a hacerlo bien. -Lo tomó de los hombros, Miguel era ligeramente más bajo que él. -Ahora respira profundo.

Miguel le hizo caso. Inhaló lo más profundo que pudo y exhaló sintiéndose más aliviado. Entonces pasó lo que casi nunca pasaba, Miguel sonrió.

-Oh, mírate, qué mono eres. -Comentó Ryan divertido y Miguel rodó los ojos.

-Qué bien arruinas momentos.

Se dirigieron al auto que el padre de Miguel le había prestado para ir a la entrevista y por el camino Miguel le iba contando de qué se trataba la empresa.

Era una empresa publicitaria, para lo que Miguel había estudiado tantos años y para lo que su padre había hecho tantos sacrificios.

-Dios, espero no arruinarlo todo. -Comentó Miguel en voz muy baja mirando al frente mientras manejaba.

Ryan sólo lo veía. Era raro ver a Miguel tan vulnerable con algo.

-Por favor, no me mires. -Miguel ni había volteado pero sentía la mirada sobre él.

-Te ves tan extraño, no pareces tú. -Rió el chico rubio.

-Eso pasa cuando estoy en una situación en la que si fallo habré arruinado una gran oportunidad que no se consigue facilmente. -Respondió Miguel.

-Aquí viene tu pesimismo otra vez, lo harás de maravilla. -Lo calmaba su acompañante.

Miguel sabía que había sido una buena decisión llevar a Ryan con él. Aunque a veces era infantil y francamente estúpido, lo ayudaba.

Al llegar se bajaron ambos y entraron rápidamente. Miguel llevaba un maletín con algunas cosas que podría necesitar si se diera el caso.

Entraron, habían muchas personas esperando algo, había un enorme silencio. Ambos fueron dónde estaba la recepcionista.

Ella les dijo que esperaran al jefe, quién había salido a resolver unos problemas y ya volvía.

Se sentaron y Miguel no dejaba de golpear nerviosamente la silla con los dedos, repitiendo mentalmente lo que tenía que decir.

Ryan puso su mano sobre la de él transmitiéndole confianza y serenidad.

Luego de unos minutos el jefe entró por la puerta con su asistente siguiéndolo cuán perro faldero, la recepcionista le dijo algunas cosas y los señaló.

Él se encaminó hacia ellos y los miró detenidamente, algo en uno de ellos le pareció peculiar. Le estrechó la mano a ambos de manera muy educada y se decidió a presentarse.

-Mucho gusto, soy el que le hará la entrevista, mi nombre es Roger Doblas ¿Vamos?

Continuará...

~~~~~~~~
Raios, creo que me equivoqué de shipp, se supone que habría Ryangel D:

Mis dedos se mandan solos y escriben lo que quieren xD

Los Gemelos DoblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora