Desde aquel día todo cambió. Nose sentía que sus manos y las mías eran perfectas, encajaban perfectamente. Sonreía cuando nos besábamos, era el mejor sinceramente. Nose yo tenía miedo de perderlo. Pero él solo me animaba a quererme más a mi y menos a él. Buah sus labios llenos de poesía y su espalda era enorme, era un mundo enorme para alguien tan pequeña como yo. Y sucedió, me enamoré. Me enamoré de las arrugas que tiene en la cara cuando sonríe. De sus ojos achinaditos, y de cómo me susurraba te quiero a cm de mi boca, eso hacía que me volviera loca. Si loca por él, por ser el perfecto de mi vida.