Todas Contra el Mujeriego

38. El castigo

—¿Se puede saber que hace la chica mas responsable saliendo del despacho del director?

—¿Y se puede saber nuevamente porque tendría que darte explicaciones Dylan? —le pregunté prácticamente a gritos. —No soy de tu propiedad, no soy una de tus conquistas ni nada parecido así que por favor basta ya con lo de estar pidiendo tantas explicaciones.

—Vaya, lo siento muñeca.

—Detente también con eso de "muñeca", eres completamente desesperante y me tienes harta. —dije y me alejé rápidamente de el. Que hermosa manera de arrancar una semana.

Ya en el almuerzo fui a sentarme junto a mis amigas y estaba mucho mas calmada. Conversábamos acerca de lo divertido que sería ver a Jeremy con estrógenos en su sistema. También sobre lo ocurrido con el director y el incidente que tuve con el mujeriego. Aunque no me apetecía nada hablar de el. 

En mi camino a clase de matemáticas recordé que tendría que verle la cara nuevamente, pero no le daría el gusto de no ir. Para mi sorpresa allí estaba el justo como siempre, rodeado de tipos como el y claramente con la chica chico de todos, Megan. Dado a que luego de la detención me sentaron en la mesa que Dylan ocupaba solo, me vi forzada a dirigirle a palabra a este grupo de idiotas.

—Si me disculpan, están ocupando mi asiento y vengo a tomar una clase no a hacerme la interesante como muchos.

—Dylan se nota por que esta no ha sido una de tus tantas chicas, es indomable. —dijo uno de los muchachos que estaba cerca y yo solo me hice la sorda ante su comentario. —Nosotros ya nos vamos.

—Ellieh disculpa por lo sucedido hace un rato y por los comentarios de mi amigo. l

—Mira Dylan aclaremos algo, tu tienes tu vida con tus amigos y Megan, yo tengo la mía con mis amigas y sin necesidad de un chico. Claramente nosotros no somos amigos, solo compañeros de clase y prefiero que no me hables si no es algo necesario. —espeté

—No te desharás de mi tan fácil Ellieh Miranda. 

—Eso lo veremos, ahora si me disculpas no quiero ir nuevamente a detención.

La clase paso relativamente rápido, de lo cual estoy muy agradecida. Solo me quedaban unas cosas que realizar dentro de los diferentes grupos del colegio y verificar que todo haya terminado completamente limpio en la salsa de baile. 

Llegó la hora de mi castigo, no estaba calmada pero tampoco muy asustada; solo esperaba salir pronto de esto. Llamé a la puerta del director y me indicó que pasara.

—Bien señorita, dado a que fue muy sincera respecto a lo sucedido su castigo no sera muy severo. Durante una semana deberá pasar las tardes en la organización de escritorios de todas las aulas de clase a excepción de la sala de profesores. El lunes de la semana próxima espero tener un buen ensayo suyo describiendo las cosas que haya encontrado, pensamientos que quiera compartirme y una disculpa sobre lo ocurrido. ¿Está de acuerdo?

Me tome unos segundos para procesarlo pero sabía que de no reaccionar, podría ser peor.

-De acuerdo, iré a dejar las cosas en mi casillero y comenzaré.

Me retiré y mientras caminaba pensaba en lo largas que serían las dos horas que pasaría esta semana, en que quien sabe lo que me encuentre y que espero estar completamente sola. Porque como siempre, el castigo es para quien intenta hacer justicia ya que nadie hace caso a dramas adolescentes cuando se trata de los sentimientos de las personas.

Ya comenzada mi tarea, había alineado la primera planta del colegio y la mitad de la segunda. Cuando hiciera la segunda podría irme a casa ya que el sótano no estaba permitido. Volví nuevamente a la oficina del director a firmar mi hoja como que estuve dos horas extra allí. Saque mis cosas del casillero y finalmente salí, todo estaba desierto. Nada mejor que una caminata sola a casa. Pero como siempre algo sucede.

—Preciosa, soy tu salvación.

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Feliz #MartesDeLectura 

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Xo♥