El cielo a mis pies (Victuuri)

El Cielo A Mis Pies

La música se detuvo, estaba exhausto, había dejado todo sobre la pista. Di lo mejor de mí pero aún así creo, no fue suficiente. A la distancia podía oír los aplausos y gritos de un público eufórico. Sentí como mi corazón comenzó a latir aún más cuando, al otro lado de la barrera vi a Viktor con sus manos sobre el rostro, ¿está enojado?, ¿llorando?... ¿Cuál es? Y de repente fue corriendo a la salida de la pista en donde abrió sus brazos de par en par, esperando por mí. En ese momento sentí como todo a mí alrededor se nublaba, mis lágrimas brotaban y a pesar de ello Viktor permanecía allí frente a mis ojos, con su silueta más clara que nunca. Solo existía él y yo, su mirada estaba fija en mí, no había razón para hacerlo esperar más.

Con mis últimas fuerzas, patine lo más rápido posible, sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas retenidas. Quedaban solo unos centímetros para llegar, cuando sin esperarlo, mi cuerpo frena de golpe ante el fuerte abrazo de Viktor.

Cuando se arrojó a mis brazos, el mundo parecía ir en cámara lenta, aún más cuando sus labios se posicionaron sobre los míos en un suave y sencillo beso para otros, pero cargado de emoción para él y para mí. Al mirar a mí alrededor, me preocupo ser visto por cientos de espectadores a lo largo del mundo y por mi familia, pero al fijar mi mirada en los ojos de Viktor mis miedos desaparecieron.

Cuando finalmente tocamos la fría pista de hielo al caer, nuestras miradas se encontraron una vez más confirmando que lo que había pasado era real y al mismo tiempo mis mejillas se encendieron a lo que él respondió con ternura.

-Esta fue la única manera que encontré para sorprenderte tanto como tú lo hiciste conmigo- acompañando esas bellas palabras con esa sonrisa tan característica suya. Me di cuenta de algo que ya sabía, pero que me negaba a aceptar, le devolví la sonrisa a falta de una mejor reacción y profundas palabras. Y allí, sobre la pista, con un fuerte abrazo, Viktor me hizo olvidar que el frío de ese lugar, existía a nuestro alrededor.

Cuando los jueces anunciaron los resultados, descubriendo que había quedado en segundo lugar sentí que mi esfuerzo no había sido suficiente, que le había fallado a Viktor y a todos los que creían en mí, sentí que no podría continuar a pesar de haber clasificado para la serie de la Grand Prix de patinaje. El miedo se estaba apoderando de mí poco a poco. Cuando tuve la medalla puesta alrededor de mi cuello, frente al público, sentí la mirada de Viktor fija en mí, él sabía que estaba asustado y nervioso por lo que me dedicó su cálida sonrisa y en un susurro que logré leer de sus labios, me dijo "Calma Yuri, concéntrate, estoy contigo". En ese preciso instante supe, que pese al resultado logrado ese día, Viktor seguía creyendo en mí, entregándome la confianza que necesitaba para ver de que soy capaz.

Mientras sepa que mi coach, Viktor Nikiforov estará ahí para levantarme cuando caiga para seguir adelante y que sin importar que, él nunca dudará de mí. Mientras él crea que puedo ganar, ser el mejor y enorgullecerse no necesito nada más, porque sin medirlo en mi corazón, este sentimiento que crece aún más fuerte al pasar los días y meses con él, se convirtió en algo innegable, no sé cómo explicar este sentimiento exactamente pero lo llamo "Amor". Sin saberlo me enamore tanto de Viktor como él lo hizo de mí.