Capítulo 22

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Aviso: en este capítulo hay escenas subidas de tono y de contenido sexual. Siendo realista diré que si eres menor de edad y lo lees es bajo tu propia responsabilidad. La escena está marcada entre (%%%) por si no quieres leerlo, ya que no influirá en el curso de la historia.

Cuando el resto de mis empleados se marcharon algo aturdidos a casa y los aurores aparecieron para arrestar a Hamond Severus y yo nos dirigimos hacia mi dormitorio bastante cansados.

-Creo que ha sido la fiesta más intensa a la que he acudido.-Dije con una sonrisa.

-Pienso lo mismo.

Me detuve y subí un escalón para quedar a su altura, ya que me había cambiado los tacones por unos zapatos planos.

-¿Sabe que llevamos un mes sin siquiera poder abrazarnos y que la señorita Sinistra estaría de acuerdo conmigo en que ese traje le queda espectacular?-Dije mientras pasaba mis brazos por su cuello.

-Entonces coincidirá conmigo en que los invitados a la fiesta estaban extasiados con su apariencia.-Respondió acercando sus labios a los míos pero sin terminar de unirlos

-Ciertamente no me importaba. Sólo tenía ojos para mi acompañante.-Dije mientras él aprovechaba la situación para darme un corto beso y cogerme como a una princesa.

-¿Esto no se hacía en la noche de bodas?-Dije riendo.

-Ni lo sé ni me importa.

En poco tiempo llegamos a mi dormitorio, donde Severus me depositó en la cama para besarme de forma hambrienta y con deseo. Sus manos comenzaron a acariciar mi cuerpo e involuntariamente temblé. Mis labios volvieron a buscar los de Severus, pero él se apartó y disculpándose se dirigió al baño para ponerse el pijama.

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Aproveché el momento para soltar mi cabello y quitarme el vestido con magia para depositarlo en el vestidor. Seguramente a Severus no le había dado tiempo todavía a desvestirse, por lo que me tumbé en la cama y le llamé. Él, extrañado llegó corriendo al dormitorio sólo con la camisa y los pantalones del traje.

Al verme con la ropa interior que Narcissa me había comprado abrió los ojos de forma desmesurada y se quedó inmóvil. Seguramente lo esperaba todo menos verme en esta situación. En estos momentos comencé a incomodame y sentirme insegura.

-¿Vendrás o te quedarás ahí como si hubieses visto a un basilisco a través del espejo del baño?-Dije intentando romper en hielo y no parecer enfadada.

-Si me me muevo estoy seguro de que no me podré contener. ¿Estás segura de que es lo que quieres?-Preguntó sin moverse ni un centímetro.

-¿Crees que si no lo quisiese estaría así?-Respondí con una sonrisa mientras acariciaba con mi dedo índice la colcha de la cama.

Sin decir nada más Severus con tres zancadas llegó hasta donde me encontraba para situarse encima mía.

-Eres perfecta.

No me dejó decir nada más ya que atacó mis labios con un hambre y ansias que nunca antes había sentido. Cuando nos separamos el comenzó a crear un camino de besos por mi mejilla hasta mi cuello, donde comenzó a lamer y morder de forma suave. 

Con el sentido totalmente nublado por los escalofríos que me producían los besos y caricias de Severus comencé a desabrochar su camisa. Cuando me deshice de ella acaricié su pecho, notando como su piel se erizaba.

Los besos de Severus bajaron hasta mi pecho, y quitando los tirantes del body dejó descubiertos mis senos. Extrañamente no me sentí incómoda ya que rápidamente comenzó a acariciar uno de mis pezones mientras lamía el otro, dándole suaves caricias y provocando que arqueara mi espalda. Mi respiración comenzó a agitarse para suspirar de placer. Al notarlo Severus se excitó más y sujetando mis caderas para acercarme más a su anatomía noté en mi intimidad un gran bulto. Ante esto reprimí un gemido, pero igualmente pudo escucharlo. Con una sonrisa volvió a besar mis labios y movió su pelvis contra mi intimidad, haciéndome gemir de nuevo.

¿volver a amar? (Severus Snape y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora