La mirada

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Nací en una familia aparentemente normal, al menos a la vista de nuestro "amigos". Mi padre sudaba su frente trabajando de conserje en una agencia de seguros. Mi madre se retraía al trabajo en el hogar, era "una inútil" según mi padre.

Hace unos años yo esperaba tener un nuevo compañero con el que compartir mis experiencias, ya que carecia de amigos. Pero esa esperanza se desvaneció, gracias a los golpes provocados por el imbécil de mi padre.

En una fria mañana de invierno el alma de mi madre decidió, por esos caprichos del destino, emprender el viaje hacia un mundo mejor que la realidad absurda que se le presentaba. A partir de entonces mi padre no sería el mismo, yo no sería el mismo. 

En algunas oportunidades no volvía de su trabajo sino hasta varias horas despues de que su turno haya terminado. Y cuando lo hacía, olía a alcohol y cigarrillos, balbuceando ordenes estúpidas y sin sentido a las que yo hacía caso omiso. Quizás sea por eso que recibía varias palizas de parte del hombre que mi madre solía amar y que yo alguna vez respeté. 

Fue una mañana de invierno, similar a la del día en que mi madre pereció, en la que mi paciencia llegó a su fin y decidí terminar la estúpida e innecesaria existencia de mi padre. Fui hasta la cocina y ahi lo ví, el objeto que terminaría con mi tortura, apoyado sobre la mesa. El típico cuchillo utilizado para cortar distintos tipos de carnes, pero que ahora cumpliría un proposito mucho más siniestro.

Fui hasta donde estaba él, recostado en su mugriento sillón con una botella colgando de su mano, lo miré mientras dormía, no podía ser más fácil. Sujete el cuchillo con fuerza y penetré en el medio de su vientre, sus ojos sorprendidos hicieron contacto con los míos, una mirada que me perseguiría por siempre. Antes de que pudiera hacer otra cosa, retire el cuchillo y lo introduje nuevamente pero esta vez en su corrompido corazón. La sangre comenzó a brotar y de repente me vi parcialmente cubierto de ella. Mis manos y mis brazos temblaban, yo no era un asesino, pero tarde o temprano tenía que hacerse.

Es por eso que estoy aquí, escribiendo esto para cualquiera que me encuentre, mientras sujeto el filo del cuchillo, cerca de mi muñeca, esperando a tener el valor suficiente para terminar con esta carga que llevo. Pero esa mirada, esa mirada atónita, nunca dejará de perseguirme.

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⏰ Última actualización: Feb 08, 2014 ⏰

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