La banca del parque
- ¿Bisabuela...por qué nadie se sienta ahí? -Preguntó mi bisnieto.
- Porque una anciana murió ahí-Respondí -Pero la historia no es tan mala como suena.
- ¿Puedes contármela? -pidió él.
-Sí, sigo recordando sus últimas palabras...-dije.
"Aún lo recuerdo, ha pasado mucho tiempo desde aquel día en que lo vi por primera vez...fue el mejor que ha pasado en mi vida ..."-Suspiró antes de cerrar sus ojos, para no despertar.
Era verano en Londres de1996, donde el sol bañaba los árboles con un resplandor dorado, que se llenaban de aves cantoras, donde el viento elevaba las cometas y estas coloreaban el cielo con un tono de alegría, hacía un tiempo agradable, ¡Era perfecto!, pero no para Lauren, una chica de diez años con un hermoso cabello, de color carmesí, ojos azules ,profundos y llenos de vida, que cuando te miraban, hacían sumergirte en el océano y unos zapatos rojos que le quedaban más que hermosos que siempre los llevaba puestos. No la pasaba bien ese día, ella había reprobado una asignatura importante en la escuela, además le tuvo que decir adiós a su mejor amiga, ya que a ella la enviarían de intercambio al extranjero. Cuando paseaba por un parque cercano a la escuela donde se sentó en una banca a descansar. Llegó un perro saltándole encima. Era un husky, un cachorro muy animado, con un pelaje muy suave, de un tono grisáceo como el cielo cuando estaba a punto de llover. Cuando de pronto se escucha a lo lejos:
- ¡Max! ¡Max! ¡¿Dónde estás?!-Gritaba un chico por todo el parque.
Cuando él se acerca a Lauren, observó que ella tenía a su perro Max, entonces le pregunta:
- ¿Lo encontraste?, ¿Dónde estaba? ¿No te hizo daño?
- Él me encontró realmente, estaba aquí sentada cuando corrió hacia a mí.
-Mencionó ella acariciando al husky.
- ¡Qué modales los míos! Soy Peter, gracias por encontrar a mi amigo. -Agradece tomando al cachorro en sus brazos.
Peter era un chico de la misma edad que ella, tenía ojos grises y brillantes, casi como luceros, con cabello que se veía tan lindo cuando el viento lo movía, y usaba unas gafas demasiado anticuadas, parecidas a las que usaba mi abuelo, se veía que... era muy alegre, amable y sincero.
- ¡Soy Lauren! No me agradezcas, no es necesario. -Responde amablemente con una sonrisa.
Ellos empezaron a conversar, sentados en aquella banca mientras el sol se ocultaba, formando tonos naranjas en el cielo y transformando las nubes en algodón de azúcar. Ambos llevaron una linda conversación, pero se hacía tarde por lo que regresaron a casa, y por un momento ella olvidó su tristeza. Cada día, después de clases se veían para pasear y jugar en aquel lugar donde se conocieron, poco a poco se fue formando una fuerte amistad. Pasaba el tiempo, ellos crecieron, cuando Peter cumplió los doce años, sus padres decidieron inscribirlo en un internado para chicos. No sabía cómo confesárselo a Lauren, no quería que se sintiese mal, aunque si lo ocultaba, la haría sentir peor, así que la citó en el mismo lugar de siempre... ¡En la misma banca! Al salir de la escuela, ella iba muy alegre a verlo, como si fuese una primera cita, pero cuando llegó, ella no vio a Peter con la misma alegría que comúnmente tenía, así que le pregunta:
- ¿Estás bien amigo?
-No, no del todo. -Dice con una voz muy seria, con un nudo en la garganta, tomándole de los hombros y mirándola a los ojos. -Escucha Lauren, yo, ya no voy a estar aquí...contigo, en este lugar donde compartimos tantos recuerdos... Me enviarán a un internado a Estados Unidos.
ESTÁS LEYENDO
La banca del parque
Romance(una historia hecha para el concurso de Cuentos para Don Quijote) Una historia de amor poco usual...y con el pasar de los años se recuerda...en aquella banca...