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Una familia honrada y trabajadora es la que me ha estado cuidando desde que nací, me alimentaron, me peinaron, de trabajo también me dieron que hacer. Hoy es un día especial, mi dueño vendrá y es la primera vez que me verá, fui especialmente bañado, comí las más dulces manzanas para conocerle.

Según el abuelo, es el príncipe de este bello reino; me tratará con respeto y ternura, montará mi lomo en guardia y honor a la corona, me sentí tan orgulloso cuando el abuelo contaba tales historias de mi dueño mientras me peinaba.

- Lord Kim Taehyung, ingresando al establo real - anunció una voz desconocida. Un hombre alto y de cabello rubio apareció ante mis vistas. ¡Pero que hermoso!

- ¿Es aquel mi Corsel? - preguntó delicadamente. Caminando hasta mí para poder apreciar mi esplendor juvenil.

- Acertadamente, Su Alteza, permitame mostrarle su corsel es...- otro sonido interrumpió.

-Taehyung, no tenemos tiempo, solo llevate al caballo y ya, tenemos que visitar el imperio kang, para la fiesta en honor a su hijo menor - mi dueño entristeció por esas palabras, dándole las manos al abuelo y finanlizando con un sonriente "Muchas Gracias" de su parte.

Más tarde, me llevaron un día en ¡Carreta!... pueden creerlo un caballo ¡Joven y vigoroso! en estos momentos debería correr antes los cálidos paisajes con mi dueño; no estar encerrado en este feo lugar... Rechisté echándome con molestia, sobre el pequeño monto de pajar.

Cuando por fin se detuvo el tortuoso viaje, me sacaron de allí y me llevaron a un amplio establo, yo solo, no estaba ni la vaca Seokjin, ni el toro Namjoon, me afligí un poco. Les extrañaría, también al abuelo.

- ¡Oh! Un caballito- un pequeño niño entro viéndome con alegría, luego una señora se lo llevó quitandome la única compañia del día.

Al pasar un rato me sentí incómodo, había algo en mi pata, empecé a relinchar, gruñir y patear, me dolía, sentí un dolor en mi lomo y caí no sentía mi cuerpo, luego unos soldados llegaron hablando de mis patas y se fueron.
...

Que soledad más amena relinche a la mañana siguiente.

- Oye esta bien que le hagamos esto a ¿Lord Tae? - escuché una voz, pero ni me immute a observarle.

- Por supuesto, además el muy tonto, ni cuente se dará - esa era la misma voz mandona de aquel día.

Empecé a girar mi cuerpo paso a paso, quedando frente a los extraños. Quienes ni atención me prestaron, estaban haciendo algo raro, ya no tenian sus pieles extravagantes, parecian despellejados, estaban pegando sus aplanadas caras, luego parecía que se estaban apareando, pero que fatal, resoné las tablas y ambos brincaron, reconocí un suave olor en la lejanía y vi a mi dueño. ¡Que felicidad! Bramé.

- Jungkook ¡¿Cómo puedes hacerme ésto?! - su rostro no era amable, en este momento parecía doloso, eso no me gustaba.

- Taehyung yo... - me preocupaba que le pasase algo a mi dueño.

- Y tu Jimin... Creí que eras mi fiel súbdito! - se sobresaltó recargándose sobre mi cerquillo de madera.

- Lord Taehyung, perdóneme la  vida...- ambos despellejados, se arrojaron de rodillas, extraño ritual. Mi dueño temblaba afligido, me acerqué oliendo su relajante aroma, relinché lo más bajo que pude captando su atención, me miró expectante para terminar dándome una bella cálida sonrisa. Encerrandome en un mundo aparte de su anterior expresión.

- Váyanse, Súbdito Park Jimin, y Conde Jeon Jungkook, por favor no muestre sus desgracias frente a mí, otra vez...

El día finalizó lloviendo, y el día que siguió también, cada mañana mi dueño bajó especialmente a verme, me alimentaba y me peinaba, hablaba de sus problemas y aveces cosas que ni entendía, pero me encantaba escuchar su candida voz en las mañanas, tardes y parte de la noches, inclusive noches enteras.

Pasó un largo tiempo así, hasta que un día regresó en la noche con su lindo rostro con grandes manchones grises y negros.

- Hola Hoseok...- rompió en llanto. - Deberas de estar triste por verme así... pero hoy vi a Jungkook, y quize que regresara que no me dejara solo, sentiras verguenza de mi por esto, le rogué! Y me contestó con violencia por eso vez mi cara con hematomas...- sorbió sus liquidos y me miró con tristeza.
- Oh Hoseok, si tan solo fueras humano- otro sollozo.

Relinché triste, como quisiese ser humano para contentar a mi dueño; de repente un bombardeo me apretó el corazón fuerte, otro bomaso debilitó mis patas, todo se nubló...
...

- ¿Hoseok? - Que lindo es ser despertado por mi dueño.

- si... - oh, que fue eso.

- Oh ¡Que loco! - gritó el principe Taehyung.
- Hoseok, puedes decir mi nombre... -

- Tae...Hyung - puedo hablar, me puse de cuatro patas, pero era extraño, quiza mi lomo estaba mal herido. Mi parte posterior se levantaba más que nos patas delanteras.

Traté de enderezarme pero nada, miré mis pezuñas... que no eran pezuñas... ¡Que! Cómo es que tengo pezuñas humanas.

- Có... mo - dije mientras me miraste risueño.

- No me preguntes, tampoco sé que acontecio, lo que si sé, mi querido Hoseok, es que eres el hombre más galante que mis ojos han visto - mi dueño al decir esto, se abalanzó sobre mi.
- Gracias por cumplir mi deseo - aun con mis pesuñas humanas llenas de pajes y bruscas deslice estas por su pequeño rostro con ahora morados hematomas.

Como aun el habla no estaba dentro de mis fuertes, así como los anteriores humanos hicieron pegué nuestros rostros, fue cálido, fue silencioso, fue único... Y tan sólo había sido un cruel sueño... hermoso y sádico sueño.

Un caballo llamado Hoseok ( vhope )🐴👨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora