Just one letter

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Nota 1.

¿Alguna vez, en tu corta experiencia de vida, sentiste que ya no tenía caso seguir respirando, que era inútil continuar en la mentira a la que llaman vida?

Pues, déjame decirte que esos pensamientos florecen de mi mente cada día que pasa.

Nota 2.

¿Qué es la vida? ¿Por qué la mayoría lucha incansablemente por mantenerla? ¿Por qué son tan testarudos que se aferran a ella sin descanso? ¿Qué es lo especial en ella? ¿Qué es lo que vale semejante esfuerzo?

No lo sé, Harry. No tengo ni la más remota idea.

Nota 3.

Son pasadas las doce y no hay rastros de mi padre, ¿será que Dios escuchó mis plegarias?

Nota 4.

Me hace gracia como nadie se da cuenta. Nadie se da cuenta de lo que me encuentro. Nadie nota los moretones violetas que cubren mis brazos, o las cicatrices en mis muñecas, ni siquiera en aquellas gotas saladas que se acumulan en mis ojos a cada instante.

No tienen por qué saberlo, tan sólo... me gustaría que alguien estuviera ahí para mí, apoyándome.

Así como lo estuviste tú una vez, Harry.

Nota 5.

Por las noches los segundos se convierten en horas y las horas en siglos inacabables. Transformándola en una repetitiva tortura, que aumenta terroríficamente; alimentándose del sufrimiento, la cual siempre protagonizo.

Los recuerdos vuelan y se clavan en mis ojos como dagas, imposibles de quitar, que me impiden cerrarlos. Los hacen arder y pequeñas plegarias escapan de ellos, quemándome el rostro a medida que descienden.

En el interior, pieza por pieza es arrancada. Aplastando y escupiéndole encima a cada uno de mis sentimientos. Hasta el punto de no sentir absolutamente nada más. El silencio abunda allí. Ahora, se encuentra vacío. Tan sólo queda un órgano palpitante y las cenizas, de lo que alguna vez, fue una mente.

Y así, la historia se repite una y otra vez. Cada vez que el día llega a su fin y es momento de acostarse. Ese momento en el que el sol se oculta y ese hermoso cielo negro junto a sus millones de estrellas se hace presente. Ese maravilloso momento que se distorsiona y lo único que soy capaz de ver es como la oscura cara de mi corazón comienza a tomar forma y me sonríe.

Nota 6.

¿Recuerdas aquella noche, con el pasto debajo de nuestros cuerpos y las miles de estrellas sobre nosotros? ¿recuerdas que te besé lentamente, disfrutando cada segundo, y se sintió como todo alrededor desaparecía?

Ahí fue dónde comprendí. Mi mente se dio cuenta de, que no era un simple juego de adolescentes. Algo pasajero, que pronto llegaría a su fin. No. Lo nuestro no era de unos minutos. No existía el tiempo entre nosotros. Nada de lo que conocíamos lo hacía. Todo era nuevo y extraordinario, miles de sensaciones que descubrir, y sólo estábamos al principio.

Lo entendí. Entendí que, por más que lo intentara centenares de veces, no podía estar lejos de ti. Entendí que aguantar todos los insultos y maltratos no se comparaban, en lo absoluto, a pasar un segundo contigo; besándote, abrazándote o siquiera estar en tu compañía. Lo entendí. Entendí que te amaba. Que te amaba con toda mi alma, Harry.

Nota 7.

Creo que me duelen los golpes que recibo continuamente por parte de mi padre. Creo que mi alma se desmorona con lentitud; pedazo por pedazo, al oír esos alaridos salir de la boca de mi madre. Creo que me quiebro al comprender que es imposible escapar de la sucia y vil trampa, llamada destino. Creo que ya no sirvo para batallar esta guerra, porque me hallo en el suelo, completamente expuesto y derrotado. Creo que me es imposible seguir, debido a lo harto que me encuentro de este mundo.

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