Capítulo 10. -Muchas preguntas

164 24 5
                                    

Ryan frunció el ceño al oír las palabras de Sara. Ella nunca le había dicho una cosa semejante ¿Será que estaba molesta por algo?

-No entiendo de qué me hablas. -Dijo el rubio mirando a Sara preocupado.

La chica colocó unos mechones de cabello sueltos detrás de su oreja, tomó aire y se dispuso a hablar con más calma.

-Ryan, no tenemos la misma sangre. -Estas palabras salieron con tanta dificultad, que le dolía pronunciarlas.

-¿De qué hablas Sara? Si siempre hemos sido hermanos. -Ryan seguía sin retener por completo lo que Sara decía.

Miguel puso una mano en su hombro brindándole su apoyo de manera silenciosa.

-Mamá vino a decirme que te contara, porque ella no quería ver tu expresión, dijo que no era tan fuerte. -Comenzó a contar.

Ryan sólo la miraba expectante y temeroso de lo que pudiese decir.

-Hace muchos años, cuando eras muy pequeño, llegaste a la casa corriendo con un gato y sin ropa. Yo estaba jugando en la nieve, mamá dice que apenas te vi temblando, te llevé a la casa. -Seguía con la historia.

Ryan hizo memoria como pudo y sólo venían trozos de recuerdos a su memoria.

El frío más terrible que había tenido, el abrigo rosa que llevaba puesto Sara....

-La ventana. -Algo llegó a su memoria. -Estaba asomado y vi al gato, lo demás que recuerdo fue que lo seguí...

-Eras tan pequeño que lo único que sabías era decir tu nombre y responder con los dedos de tus manos cuántos años tenías. -Al parecer ella si lograba recordar un poco más.

Ryan se quedó viendo al vacío intentando digerir lo que escuchaba para luego voltear a ver a Sara y preguntarle lo que cualquiera hubiera preguntado en esa situación.

-¿Y quiénes son mi verdadera familia?

-No lo sabemos. Pensamos que tu madre sabía donde estabas y que te había dejado jugar conmigo. Pero todo perdió sentido cuando pasaban los días y nadie venía por ti. -Continuó. -Mamá fue a preguntar a la policía, pero rechazaban sus llamadas, al parecer tenían otro caso qué resolver.

-Sara no juegues con esto, no es gracioso. -No quería aceptar nada de lo que había oído.

-¿Crees que jugaría con algo así? -Sara se dirigió a él alzando la voz. -¿Crees que esto es divertido para mí? -Se sentía ofendida de siquiera pensarlo.

Ryan vio correr delante de sus ojos todo lo que había vivido y al darse cuenta de que todo fue una mentira, las lágrimas empezaron a brotar.

El rubio se levantó del sofá y dio un par de vueltas en la sala de estar, pensando, pasando ambas manos por su cabeza. Era hora de organizar sus ideas y aclarar sus dudas.

-¿Por qué no me lo dijeron? -Preguntó deteniéndose.

-Yo no sabía, también era muy pequeña y en mi memoria todo estaba borroso. -Se explicó. -Mamá no te dijo porque tenía miedo de que se te ocurriera la idea de salir y buscar a una mujer que NO SE PREOCUPÓ POR TI. -Sara se levantó también defendiendo a su madre.

Con las últimas palabras, el chico se indignó y la miró con unos ojos distintos, no era el mismo Ryan.

-¿TÚ CÓMO SABES ESO? -Preguntó gritando. -NO LO SABES Y ELLA TAMPOCO.

-Lo siento Ryan, pero no estoy de acuerdo. -Sara intentaba no alterarse por los gritos del menor, al menos hasta que intentó tomarlo de la muñeca y él la sacudió. -Hemos visto mil veces esas películas en las que pasan cosas como ésta y nunca entendiste porqué el chico se comportaba de esa manera.

-NO... -Cuando se dio cuenta de que estaba gritando intentó calmarse. -No es lo mismo en la vida real. -Sara se acercó a él intentando apoyarlo. -Claro, a ti no te parece gran cosa porque tu familia si fue real. -Esta frase empeoró las cosas. Ryan no quiso mirarla directamente.

-¿Te parece que no nos comportamos como tu familia?... ¿CREES QUE ALGUIEN QUE SE DESVELA PARA AYUDARTE CON TUS TAREAS NO ES TU FAMILIA? ¿O ALGUIEN QUE TRABAJA PARA DARTE TODO LO QUE NECESITAS? -Le gritó despidiéndose de su serenidad. -MIRAME CUANDO TE HABLO RYAN ANDERSEN. -Le exigió.

Él la miró y en ese momento ella se dio cuenta de que su rostro ya estaba rojo y empapado.

-No has comprendido todavía... -Dijo Ryan con un hilo de voz quebrada. -No entiendes lo que es sentirse fuera de lugar, Sara. -Respiró lo más hondo que pudo. -Ahora entiendo, mintió con mi cumpleaños, con la hora de mi nacimiento, con todo. -Pasó su mano limpiando las lágrimas de su cara.

-Cálmate ¿Si? -Fue lo primero que dijo Miguel en toda la conversación, en voz muy suave limpiando sus lágrimas. Ryan no tuvo problema con eso, su tacto le daba algo de paz.

-¿No entiendes? Si no te hubieras asomado, si no hubiese pasado aquél gato, no te habría conocido. -Dijo Sara y notó como sus palabras lo golpearon. -¿Te arrepientes de eso?

Ryan bajó las manos de Miguel con suavidad y se dirigió a Sara.

-Yo... Necesito pensar, a solas. -Aclaró para ambos. -Me siento muy estúpido en este momento.

-¿Estás seguro? -Preguntó Miguel con preocupación.

El de ojos verdes asintió con la cabeza y le vio con una sonrisa muy mínima por unos segundos. La cabeza había empezado a dolerle y los gritos sólo habían logrado empeorarlo.

-No me arrepiento ¿Si? Sólo que... Me hubiera gustado conocer a mi verdadera madre y quién sabe, ni sé si tengo hermanos. -Cerró con fuerza los ojos de pensar en eso.

Luego de decir esto, se dio la vuelta y se dirigió a la puerta para salir de allí.

Ese día hubo muchas preguntas, ese día dos personas se sintieron traicionadas por las personas en que más confiaban.

Continuará...

~~~~~
Ay, ya sé, fue un asco de capítulo, esperemos que el próximo sea mejor.

Por cierto ¿Qué piensan de la imagen? Eh eh

Los Gemelos DoblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora