Capítulo 10

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- ¿donde viven las brujas? - la ansiedad de Raven era excesiva

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- ¿donde viven las brujas? - la ansiedad de Raven era excesiva. No podía esperar. No porque pensara que la situación en la que se veía involucrada era divertida; sino porque quería acabar lo más rápido posible.

-la tierra de las brujas está después de esas montañas - comenzó a explicar Domynic - justo en el extremo opuesto de donde estamos ahora. Será mejor que iniciemos nuestra caminata de inmediato. Tardaremos días en llegar hasta allá.

Raven asintió y mientras caminaban en dirección a la cordillera. A lo lejos, y entre los árboles, la muchacha pudo divisar algunos picos de montañas que parecían haber sido esculpidos por un artista. Tenían bordes bien definidos pero a la vez, bruscos y aterradores.

Una pregunta invadió el cerebro activo de la joven.

-¿donde estamos ahora exactamente?

La pregunta le pesó a Domynic como si una piedra de mil kilos le estuviese aplastando los hombros repentinamente. La respuesta era muy dolorosa para él: estaban en la tierra de los vampiros. La tierra donde todo su pasado oscuro se había desarrollado.

Domynic optó por esquivar la pregunta tragádose las palabras que intentaban desesperadamente salir de su boca: el mismísimo infierno. Sí, infierno era la palabra que mejor definía el significado de esa tierra para Domynic. Ahí había matado a su prima, ahí había sido desheredado, ahí había matado para sobrevivir en las calles, ahí había sido apresado, ahí había sido juzgado y encerrado. Pero lo más importante de todo, ahí había sido involucrado en la encrucijada en la que estaba metido en ese momento.

-Domynic...

-no importa. No importa donde nos encontramos ahora. Lo único que importa es el destino al que debemos llegar.

Raven no era tonta. Sabía perfectamente que el muchacho le escondía algo. Había evadido su pregunta de una manera astuta pero aún así no fue respuesta suficiente para callar a Raven. Una vaga idea se dibujó en su cabeza:

- este es tu hogar, ¿no es así? Y tiene que ver con tu pasado oscuro. Aquel que te negaste a mostrame...

-no quiero hablar de eso - insistió Domynic tratando de evitar que el nudo que se estaba formando en la garganta le inpidiera hablar con fluidez.

- no puedes enterrar tu pasado como si fuera un muerto, Domynic.

- ¡el problema no es ese! ¡No lo entiendes!

-¡entonces explícame!

- ¡no es que entierro mi pasado! - Domynic hizo una pausa para serenarse y luego añadió con voz muy baja - Es que mi pasado me entierra a mí.

Raven se quedo contemplando al muchacho. Había oído las últimas palabras de joven y comenzó a preguntarse qué era lo que había hecho que tanto lo atormentaba.
Fuera lo que fuera, estaba claro que a Domynic le dolía más que cualquier otra cosa. Solamente dos palabras de dibujaron en los labios de Raven y su voz intentó sonar firme:

-lo siento.

Domynic, que tenía la cabeza gacha, levantó la vista y la miró por primera vez desde que habían comenzado a discutir. Los ojos verdes del muchacho eran expresivos. Por primera vez, Raven los observó con tanto detenimiento como para darse cuenta que detrás de ese disfraz de vampiro despiadado, había un chico vulnerable que se arrepentía por todo lo que había hecho.

Reanudaron la marcha en silencio. El muchacho no quiso emitir ni una sola palabra. Recordar su pasado le producía una sensación desagradable. Y cuando se sentía de ese modo, prefería acurrucarse sólo en un lugar sin nadie que lo criticara o lo invitara hablar. En definitiva, prefería tragarse los recuerdos como si se pospusiera el momento de estallido de una bomba. Una bomba, que tarde o temprano, iba a explotar revelando toda la verdad; o matándolo por culpa.

Raven, por su lado, intentó armar un perfil del carácter del muchacho. Intentó formar los rasgos de su personalidad mediante sus experiencias con él. De pronto, un recuerdo la sacudió como una ventisca mueve a una hoja de papel. Se trataba del primer encuentro que tuvo con la señora Flaws cuando le había mencionado que Domynic era su mitad perfecta. Intentó cavar en un memoria en busca de la descripción de Domynic aportada por la vidente; y entonces comprendió todo.

Es uno de los asesinos más temidos en su mundo - las palabras de la mujer se dibujaron en su mente.

Esa era la respuesta al pasado del muchacho: era un asesino. También era la respuesta a porque lo habían mandado a él a matarla: él tenía experiencia en ello.

Caminaron durante dos horas entre algunos robles y cedros que conformaban un maravilloso bosque. Por entre las hojas y ramas de los árboles, penetraban unos débiles rayos de luz.

Raven estaba cansada. Sus piernas le dolían y sus párpados parecían pesar muchísimo y amenazaban con cerrarse. No había dormido durante 24 horas. Sus pasos se volvieron más lentos y se atrasó. Domynic notó que la muchacha no iba a su lado y miró hacia atrás para ver donde se encontraba. Frunció los labios al ver a la joven en ese estado de vulnerabilidad.

-¿quieres descansar? - le pregunto con un tono tan amable que él apenas pudo creer que ese sonido había salido de su propia boca.

Raven lo miró sorprendida. Acto seguido, asintió con una ligera inclinación de la cabeza.

-podemos descansar allí, pero deberíamos asegurarnos que no haya nadie, primero.

El muchacho señaló con el dedo una cabaña que parecía estar abandonada. Seguramente pertenecía a una familia de vampiros nobles que por algún motivo, no había podido tener descendencia y se había extinguido. Las casas de las familias nobles no podían ser ocupadas por otras familias ya que eso significaba una total falta de respeto. Sí, la sociedad de vampiros era muy conservadora y tenía tradiciones algo antiguas.

Domynic caminó hasta la cabaña después de decirle a Raven que lo esperara afuera. La muchacha le hizo caso y se apoyó en uno de los cedros que se encontraba a dos metros de allí. Se sentó en el duro suelo de tierra acomodándose el jean que llevaba puesto.

Mientras tanto, Domynic examinó sigilosamente la casa. Estaba vacía y aún había unos cuantos muebles adentro. Claramente pertencía a nobles porque estaba intacta. Tenía una habitación amplia con una cama con dosel en el centro, una cocina, un baño y un comedor.

Domynic salió para llamar a Raven. fue entonces cuando la vio semi acostada en ese árbol. Se había dormido. El muchacho suspiró. Raven era atractiva aún cuando dormía. La belleza de su forma de dormir era la tranquilidad y la paz que emanaba de ella mientras lo hacía.

Domynic dudó un rato. Podía dejarla dormir allí y regauardarse él solo en la cabaña. Pero entonces imaginó los peligros que podía correr la muchacha; y en consecuencia, los que corría su propia vida. Así se decidió. Caminó hasta la muchacha y la levantó en sus brazos. Sintió una corriente electrica recorrerle las extremidades superiores cuando la apoyó en su pecho. Una calor le subió al abdomen y su corazón comenzó a latir velozmente.

¿por qué me siento de esta manera? ¿es que ella me hace sentir así?

¿por qué me siento de esta manera? ¿es que ella me hace sentir así?

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Mitades Perfectas: Condena [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora