No sabía qué había hecho para merecer eso, pero allí estaba, sentado en una solitaria banca en el extremo derecho del gran salón.
Era el baile de fin de año, un gran cartel de "Clase 1959" colgaba en la entrada, habían colocado luces por todas partes y no podían faltar las fuentes con bocaditos y el ponche, la adoración de todos los estudiantes.
Mientras todos bailaban, Jimin tan solo observaba.
Su madre lo había obligado a ir para que cuide a su hermano menor. Era irónico que el pequeño de la casa sí haya podido conseguir pareja y él no.
Aunque era de esperarse, su timidez y problemas para socializar habían hecho que se excluyera solo de los demás de su clase. Casi nunca entablaba conversación con sus compañeros, todos parecían entender que le costaba hacer amigos pero nadie intentaba cambiar eso.
Llevaba puesto un traje alquilado, al igual que su hermano, era negro y elegante. Había elegido pornerse sus guantes preferidos, los grises, por tratarse de una ocasión especial.
Jimin usaba guantes sin importar el clima o la estación que fuera, le ayudaban a ocultar sus pequeñas manos, no le gustaba cómo lucían. Su madre siempre le había dicho que tenía manos de bebé y eso no le parecía apropiado para un jóven de 17 años.
Llevaba el ritmo del twist con los pies, era la única manera de entretenerse pensó. Hasta que notó que alguien se había sentado junto a él, era raro ya que sabía que todos los asistentes tenían pareja y bailaban con ellas, y los que no habían conseguido con quien ir no habían ido a dar pena, como él.
Levantó la mirada y lo reconoció desde el primer instante.
Era Kim Taehyung, el chico que siempre se sentaba al lado de la puerta.
La escena era extraña, todos los alumnos bailaban y disfrutaban de la última noche juntos antes de vacaciones, mientras dos chicos estaban sentados en la única banca del lugar.
Tenía mucha curiosidad por saber por qué uno de los chicos más populares del salón no estaba con los demás celebrando.
Como si le hubiera leído la mente, el castaño habló primero.
─ ¿Te preguntarás por qué no bailo verdad?
Jimin asintió, sin poder mirarlo directamente.
─ Iba a venir con Jennie, bueno, creo que toda la clase lo sabía.
Cada que terminaba una oración, Taehyung miraba a Jimin, como cerciorándose que aún lo estuviera escuchando.
─ Llegué a su casa a recogerla, tal y como habíamos quedado, pero su madre me dijo que está enferma, parece que la gripe la ha dejado en cama y pues, no pensaba regresarme a casa luego de arreglarme tanto, así que vine.
Jimin volvió a asentir mientras jugaba con los bordes de sus guantes.
─ ¿Y tú?
Jimin miró por primera vez al contrario. Intentó hablar pero el haber estado callado tanto rato hizo que en vez de pronunciar algo, tosiera como si se hubiera atorado con el aire.
Taehyung se puso de pie de un salto y comenzó a darle palmaditas en la espalda.
─ Hey, hey ¿estás bien? ¿quieres que vaya por algo para beber? ¿ponche?