Capítulo 1

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"Hola"
"¿Quien eres?, ¿por qué tienes mi número?"
"Soy alguien a quien conoces bien"
"¿Eres Jamie?"
"No soy ese tal Jamie"

No sabía que contestar, así que decidí ignorar aquellos mensajes.

Además, ¿que persona en pleno 2017 habla a través de mensajes?

Dejé el teléfono encima de la mesa y fui hacia mi habitación. El reloj digital de la mesita marcaba las 20:00, así que todavia tenía dos horas para ducharme y prepararme para ir a trabajar.

Agarré una de las películas que le prometí ver hoy. Tenía suerte de que mi jefe fuera tan simpático, bueno, menos cuando se cabreaba conmigo por llegar tarde o por equivocar loa botes de medicamentos que le tocaban. Solo esperaba que se durmiera pronto para asi poder descansar aunque no fuera a volver a casa hasta el día siguiente. Eso era lo malo de trabajar de noche como cuidadora de personas adultas.

Me recogí el cabello en un moño, cogí mi ropa interior y lande trabajo y fui hasta el baño. Encendí el chorro de agua para que se calentara y me quité la ropa frente al espejo. Observé las ojeras tan pronunciadas bajo mis ojos y solté un bufido.

Me metí debajo del chorro de agua de la ducha, relajando mis músculos. No se cuanto tiempo pasé ahí metida pero mi telefono comenzó a sonar.

- Mierda -dije cortando el agua y saliendo de la ducha a toda prisa enrrollándome en la toalla.

Llegué a la mesa donde estaba el móvil. No miré el número que ponía en la pantalla.

- ¿Si? -mi voz era fatigada.

Fruncí elnceño, solo se escuchaba una respiración pesada.

- ¿Quién eres?

No hubo respuesta, pero se siguió escuchando aquella respiración pesada. Colgué de inmediato. Era una broma de mal gusto.

No era la primera vez que me llamaban y yo contestaba sin recibir respuesta, básicamente, creo incluso recordar que casi siempre recibía una llamada diara a la misma hora.

Desde que comenzó el año nuevo no hizo nada mas que sonarme el móvil, siempre un desconocido. Por una parte me daba igual, por otra me molestaba.

Media hora y debía de entrar a trabajar. Corrí hacia el baño para ponerme la ropa interior y el uniforme de trabajo, que consistía en un conjunto blanco.

Movil, cartera, llaves, película, y salí disparada hacia el coche.

Al entrar al coche vi una nota pillada en el parabrisas delantero. Pensé que sería publicidad pero, para mi sorpresa  eran dos billetes de avión rumbo a Paris, la ciudad del amor.

Miré a mi alrededor algo paranoica sin entender como había llegado ahí.

"Gratis" resonó en mi cabeza puesto que por algún golpe de suerte el aire lo había hecho llegar aquí a mi parabrisas, puesto que ignoraba que me lo hubiera puesto nadie a propósito, en el barrio era nueva y no conocía a nadie.

Sin más dilación, las guardé en el bolso y me fui lo mas rápido que pude al trabajo.

*~*~*~*

Esperamos que os haya gustado el comienzo de la historia.

Si has llegado hasta aquí vota y comenta: Cuando llegué al trabajo todo era verde.

¡Nos vemos en el siguiente cap!

Mil ojos sobre ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora