Capítulo 1

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Términos, SKATER; persona que va en skate. NIÑERO: quién cuida a niños, adolescentes… RESPETO: Sentimiento que, según mamá, hay que tener a todos o una semana sin móvil. SUPERVIVENCIA: Estar 24 horas en mi casa.

Eso es lo que debes saber antes de comenzar… yo, la mayoría de cosas que te voy a cantar, las he vivido en mi propia piel. En la piel de una Maya González que es una malcriada, egoísta, consentida, repugnante y desgraciada. Desde que tenía 8 años sufro bulling porque mi padre murió, siempre quise estar sola y todos me insultaban aprovechándose de mi sufrimiento. Hace pocas semanas, mi madre me dijo que se iría un mes fuera de nuestra ciudad, Madrid, a buscar trabajo. Concretamente en Roma. Ella es de allí, y dice que nada le haría más feliz que volver a irse a vivir. La verdad es que por mi parte no hay ningún problema. Digamos que si se diera el caso de mudarse a Roma yo estaría MUY feliz, España no me ha dado muchas alegrías y cuanto antes lo deje atrás mejor. Nunca es malo cambiar de aires, y tampoco tarde para ser feliz. Una chica de 16 años NORMAL, es decide, lo que he deseado siempre y nunca pude ser.

Entre otras cosas porque mi padre fue un importante presentador de televisión y tengo las ca!aras detrás de mí a todas las malditas horas. Así que, como mis únicos abuelos están medio tarados mi madre me quiere dejar en casa. Pero claro, con lo de la prensa y toda esa basura quedarme en casa sola sería un poco arriesgado. Así que, no se le ocurre otra cosa que contratar un maldito niñero…

– Hija, no será para tanto…

– ¿Qué no? Mamá, siempre has querido lo mejor para mí, pero… no, un niñero es muy infantil. Hace unas semanas fue mi cumpleaños, y aún no me has dado ningún regalo, ¿es este? ¡Da asco!

– Jajaja, no te preocupes. En Roma te compraré algo. Por favor, pórtate bien, estará al llegar.

Entonces suena el timbre. Supe que ahí comenzaría mi suplicio, sufrimiento y cabreo. Mi madre sonrió y caminó hasta la puerta. La abrió y se quedó petrificada. En plan:

                                ¿¡CÓMO!?

Era un chico de unos 17 años con el pelo completamente teñido con mechas moradas y verdes. Tenía dos piercings, una sudadera con vaqueros y un SKATE!! ¿Ese era el niñero…? ¡Era malditamente como yo! Yo también tenía mechas, y el día que me las puse mi madre casi se desmaya. El día que me puse el piercing mi madre me dio una cachetada… ella es la típica madre “clásica”.

– Bah. – Me di la vuelta y subí a mi habitación. Me esperaba un hombre con corbata y súper estricto. Pero ese chico podría ser mi hermano. Se ve que mi madre no se lo esperaba en absoluto. Al cabo de unos minutos entró a mi habitación.

– B-Bueno Maya… me voy yendo o perderé el avión. Por favor, pórtate bien… esto… no me esperaba que fuese así… Yo contraté a un hombre bastante alto y quisquilloso…

– Pues no parece serlo. En fin, buen viaje mamá. – Me levanté a darle un abrazo.

– Gracias. Cuidate mucho, te llamaré cuando llegue.

Me terminé de despedir y una vez se fue, salí disparada a la cocina. ¡No estaba, podía comer todas las chocolatinas que me prohíbe comer! Abrí el tarro y comencé a comer como una loca.

– ¡Maya, para! – Alguien me quitó la chocolatina de un manotazo. ¿El chico de antes, de qué va? – Estoy aquí, ¿sabes?

– Pues bien por ti. ¿Quién te crees que eres?

– Tu niñero. Para algo me contrataron. Es decir, para cuidarte.

– ¿Para cuidarme? Tú a mí. Ja-Ja.

– Si lo que quieres es que esté detrás de ti, no lo vas a conseguir. No soy ese tipo de niñeros. Por cierto, esta noche salgo con mis amigos. Te quedarás sola así que ten cuidado.

– ¿Sola? ¿Salir con tus amigos? ¡Vaya mierda de niñero!

– Respétame. Mientras esté aquí vas a hacer lo que yo te diga sí o sí.

Comenzaba a cabrearme. Ese tipo era de lo más prepotente.

– Pues no me voy a quedar sola. Tu trabajo es estar conmigo y vigilarme. Pero bueno, eres un adolescente como yo, ¿qué se podría esperar? – Me quejé.

– Pues vale. No te quedes sola, ven conmigo y con mis amigos.

– Será broma… mira tío, no te conozco de nada. Y cuando digo nada, es NADA. No sé cómo te llamas, de dónde vienes, qué te gusta hacer, quiénes son tus padres… ni siquiera sé por qué estás aquí y no el hombre al que supuestamente había contratado mi madre.

– Hum… bueno, mi nombre es Rubén.

– ¿Rubén?

– Sí. Ese señor como dices tú es mi padre. Él iba a venir a cuidar de ti pero dice que paso mucho tiempo fuera y que debería de hacer algo útil. Así que me mandó a que yo te cuidara. Tengo 17 años y sí, soy de aquí. Me gustan los videojuegos y montar en skate pero si algo no me gusta es que me lleven la contraria. Bueno, ¿qué? ¿Vienes conmigo esta noche?

– No lo sé. Lo pensaré.

Mi maravilloso niñero ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora