Ella me miraba de nuevo de esa extraña forma, tierna pero lasciva a la vez, algo que me inquietó bastante ya que la Jessica que conocía no me había dejado ver ese lado de su ser.Decidí continuar con los besos lentos y apasionados, halando de a poco esos tiernos y carnosos labios que hacía mucho tiempo había querido besar con tanta desesperación. Jessica presionaba cada vez más mi cuerpo, haciendome sentir el suyo, su bien definido busto, su plano abdomen y sus anchas caderas, ¿Y como olvidarme de sus piernas? Simplemente maravillosas.
Sonreía a mas no poder, ella completamente sonrojada mordiendo y besando con fuerza mi cuello, cosa que me hacía reír pero a la vez me hacía sentir algo extraño y que me excitaba de alguna manera, creía que ella se había tomado muy a pecho esa frase "Morderte el cuello hasta morir" y realmente, me encantaba.
- ¿Por qué haces esto? - Me pregunto entre respiraciones pesadas y uno que otro pequeño gemido.
-Yo no he hecho nada, solo respondo a tu ataque. - Me reí y simplemente me limité a morderle el cuello y pasar mis manos por debajo de su camisa, cada milimetro de su piel estaba perfectamente hecho, suave y cálido mientras ella se movía al ritmo de mis dedos explorando su dulce piel.
Ella comenzó a hacer lo mismo, se sentía tan bien que comenzara a recorrer mi cuerpo con sus gloriosos dedos, suave, como todo lo que ella me había dado, con cariño, delicadeza y pasión. Procedí a quitarle su camisa en un acto inconsciente, a lo que ella respondió ejecutando la misma acción en mí.
- Ara-Ara, ¿Qué crees que haces? - Dijo de nuevo con esa mirada, una sonrisa y su rostro completamente rojo.
- Omakase Jessica-Chan. - Le tranquilicé, había sido bastante útil el haber sugerido el curso de japonés en el instituto, Podíamos entendernos y hacer las cosas más interesantes de este modo (Traducción: Lo dejo en tus manos)
Me reí y ella simplemente comenzó a pasar sus suaves dedos por mi pecho mientras se apoyaba en mi cuerpo acostado.
- Muere. - Dijo mientras comenzaba a hacerme cosquillas y yo reía sin remedio alguno suplicando piedad, me vengué llevando mis manos a su espalda y soltando su sujetador, dejando su busto desnudo.
- ¿Dijiste algo? - Dije en tono burlón mientras veía como Jessica se sonrojaba a más no poder y apoyaba sus pechos en mi cuerpo para ocultarlos.
-Eres un puto -Dijo mientras me giraba y me quitaba el pantalón - Esto te va a costar bastante señorito - Dijo mientras sacaba unas cuerdas y yo moría sonrojado
Entre juegos, terminamos casi desnudos, ella contemplando mi abdomen, y yo, la belleza de su cabello tapando su busto mientras sus mejillas ardían y las pupilas en esos hermosos ojos café se dilataban de la emoción, pena y excitación. Al final nos fuimos a dormir así, casi desnudos y sintiendo piel con piel al dormir, nada más extraño y placentero me había pasado en la vida, estaba camino de su corazón. Y ella del mío.
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Cometas Por El Cielo
Novela JuvenilDespués de dejar un doloroso pasado, este decide perseguirla hasta Madrid, su nuevo hogar. Joshua, un chico internado en un psiquiatrico la conoce por casualidad. Y como si fuera poco, La Oreja de Van Gogh visita una de sus ciudades. Dos almas destr...