Reencarnación y remordimiento.

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¿De quién serán estos recuerdos? ¿Por qué sé cada detalle?

Parecía ser un día como cualquier otro en el barrio, yo estaba llegando tarde al colegio y no pasaba el colectivo. Lo que más me preocupaba de llegar tarde era que mi novio, que para colmo vamos al mismo curso, se siente con un amigo, eso era imperdonable.

Viene el bendito colectivo, me aguanto alguna que otra axila sudada, bajo y camino menos de media cuadra. Todo tan usual, tan típico.

Como era de esperarse, la vieja chota que también se conoce como jefa de preceptores, me pone el tarde por 2 minutos de demora.

Mi aula no está muy lejos de la entrada, así que simplemente golpeo, paso y digo "buenas tardes".

Al ver el fondo, mi amadísimo novio estaba sentado con nuestro amigo. Yo, desde la puerta del aula, que era donde yo me encontraba, le hice señas con la mano para que raje de mi lugar.

John, nuestro amigo, por suerte sabía que no debía hacerme discutir, así que con mala cara y todo se corrió del lugar que me correspondía a mí, a lado de mi precioso novio.

A mi novio, que no recuerdo bien el nombre, no le gustó lo que hice pero parecía contento de que nos podamos sentar juntos, obviamente reconozco que no era el modo, pero siempre quiero estar con él.

Al final de las clases, fuimos a la casa de mi novio sólo nosotros dos y Morty, otro amigo nuestro que de vez en cuando nos acompañaba hasta la casa del chico que no recuerdo el nombre, pero aún así teníamos un lazo fuerte, porque le quedaba de paso a la casa de su padre.

Subimos por el ascensor porque hacía calor y con el calor me pongo tediosa y queríamos evitar que eso pasara. Nos esperaba como siempre la mamá del chico que parecía que yo amaba y las hermanitas, una que iba al mismo colegio que nosotros pero llegaba mágicamente antes que nosotros y otra que aún no entraba a secundaria pero no le faltaba mucho. Llegamos con hambre, fuimos a la cocina y mientras esperábamos el hervor de la primer olla, hablábamos y jugábamos. Cuando empezó a hervir el agua, la cosa se puso seria.

Yo acostumbro a querer cocinar yo y que los demás me pasen las cosas, ese día no fue diferente. Lo mandaba a mi pareja a que me traiga todo lo que fuese a necesitar para que todo salga bien. A él no le gustaba eso porque me ponía a gritar, ¿Cómo no iba a gritar si siempre me pasaba las cosas mal o no escuchaba? Al terminar de cocinar me sacó todo en cara, desde lo de John, hasta los gritos de la cocina.

Al terminar eso, me fui enojada de su casa y me tiré de un puente.

O eso es lo que recuerda esa persona que no soy yo, ¿Por qué tengo recuerdos de esas cosas? En esos vagos recuerdos me llamaba Antonella, tenía un novio y amigos. Pero siento como si yo lo hubiese hecho alguna vez.

En fin, yo me llamo Isis, y hoy salgo con un chico con el que estoy enganchada hace mucho, estoy en el colectivo, le estoy mandando mensajes para que me espere, no se sabe las calles, es muy divertido.

Vamos a ir a Palermo a "buscar pokemones" porque siempre pongo esa excusa para poder salir con él sin que se note que estoy re enganchada y que me tiene loca hace mil. Ayer el me agarró de la mano, la verdad que este chico me encanta.

Dejé el celular porque se sentía mal por el viaje que tuvimos, se descompone al viajar, al parecer. Ya llegamos, estamos en Palermo, el se sentó, yo estoy parada, hace mucho frío estamos en pleno invierno y como siempre yo estoy desabrigada.

Yo lo abrazo a él porque me encanta hacerlo pero meto la excusa de que me hace frío y de que es mi amigo favorito, nuestras caras están muy juntas y nos miramos a los ojos con mucha incomodidad, creo que ya pasaron 20 minutos desde que estamos así. Mis labios están muy cerca de los suyos, no lo puedo evitar, voy a besarlo.

Sin duda alguna es el beso más lindo que tuve en todo el mundo, era cálido, algo rudo, muy sincronizado... ERA PERFECTO.

Me quedé callada dos minutos después de que terminara ese beso, cuando decidí romper el silencio le dije -creo que me gustas- EL CREO ERA UNA MENTIRA MÁS GRANDE QUE EL OBELISCO, ESE PIBE ME TRAÍA REALMENTE LOCA POR ÉL, pero no pensaba decírselo de una.

¿Creo? -dice él haciéndose una pausa- Isis, a mí me gustas.

El creo era por si vos no sentías los mismo, ya sabes, no quería arruinar la amistad... -le respondí muy feliz por lo que él había dicho anteriormente.

Seguimos besándonos, yo traía en mi mochila una bufanda, y hacia mucho frío.

Ponete mi bufanda que es muy abrigadita.- le dije.

No usala vos, estás muy desabrigada.- me dijo.

Yo agarré la hermosa bufanda y la puse en su cuello y el mío y así íbamos caminando, compartiendo y hablando, por mi parte tenía cara de enamorada. Y el parecía contento.

Al día siguiente me pidió para que seamos novios, yo le dije que si sin pensarlo ni un poco.

Ya íbamos dos días de novios, salí con mi mejor amigo a un boliche que era para mayores de 18, yo tenía 15 y el 17, pasamos dándole charla a los patovicas del lugar.

Habían bebidas alcohólicas por doquier, gente grande, bastante madura y nosotros dos, unos pendejos, estábamos en un sueño.

Comenzamos a beber sin moderación, cuando nos dimos cuenta que debíamos dejar de tomar, estábamos sentados en un sillón, metiéndonos los dedos en la garganta para poder vomitar porque realmente no teníamos idea de lo que hacíamos.

En esa borrachera, yo besé a una chica, más de dos veces. Yo estaba tan mal y no recordaba que eso haya pasado, hasta que me lo contó mi mejor amigo.

Ya era de noche, del mismo día, salí con mi novio, estábamos cerca de mi casa, le conté lo que había pasado y creo que jamás superé la cara de decepción que puso. Se fue, me dejó, yo me lo merecía.

Y otra vez muero, también cayendo de un puente.

Esos recuerdos son de cuando yo era una nena, y tenía como 8 años, los siento como si alguna vez hubiese sido Isis, Antonella. Mi mamá me puso de nombre Venecia. No sé porqué siento tan real todo eso.

Hoy, ya tengo 10 años, el señor que arregla el jardín, realmente me agrada, siempre parece triste, cuando me ve me regala una flor de lirio y fuerza una sonrisa.

Los lirios son mis flores favoritas.- le dije animándome a hablarle.

Lo sabía- respondió con una voz y una pausa muy familiar. -me llamó Agustín. -continuó. Mientras él hablaba de las flores, me acordaba de los sentimientos de esas chicas todo venía a mi con tanta fuerza.

¿Cómo debería llamarte?- interrumpiendo mis pensamientos dijo- ¿Venecia? ¿Isis? ¿Antonella? -dijo con unos ojos desbordantes de felicidad- Pensé que jamás te volvería a ver, no después de que fuiste Antonella.

Empecé a recordar que primero fui Isis, luego Antonella, y ahora soy una niña pequeña de nuevo.

En las tardes, que es cuando Agustín trabaja, me voy a hacerle compañía y me habla de las flores, de lo mucho que quería a esas chicas que alguna vez fui.

Hoy no vino a trabajar Agustín, probablemente porque llueve, la humedad le debe hacer mal, después de todo cuando Isis salía con él teníamos 15, luego, con Antonella tenían 22 y ahora yo, tengo 12 y el 67. Ya está viejito.

Mi mamá acaba de recibir una llamada, está lloviendo muy fuerte, yo estoy en la cocina con ella, ella atiende el teléfono, mientras yo repaso mis partituras porque dentro de poco tengo un concierto muy importante con la orquesta en la que participo, yo toco el cello.

Mi mamá tiene los ojos como platos.

¿Cómo se lo voy a decir?- repite mientras empieza a llorar. Subió las escaleras, creo que fue a buscar a papá. Los dos bajan y vienen hacia mí muy tristes.

Hija tu amigo, el jardinero, don Agustín, murió, se le reventó el corazón. -dijeron mis padres mientras mi vista se nublaba al escuchar eso.

Fin del sueño.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2017 ⏰

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