Fue un descargo de mil palabras, pero con un golpe de dedos desapareció... sólo decir que me siento totalmente sola en este camino que es de a dos, tomando responsabilidades y preocupaciones que no me pertenecen.
Sintiéndome una egoísta y una maldita molestia, una rutina o una costumbre, desechable y totalmente remplazable.
Que la importancia que existía ya hace un timpo que desapareció, y no para mi.
Que lucho sola un camino infranqueable para un viajero en singular.
Que ni siquiera quieres esto.
Los hechos dicen más que un millón de palabras y hechos son todo lo que obtengo, que reafirman mi sensación de desamparo y soledad.
No soy nadie en este momento y cada vez me vuelvo menos, me consumo de a poco, como el mechero de una vela, me undo en los restos de todo.
Esa sensación que tira la garganta y te aprieta el pecho, cuando te resulta casi imposible respirar sin que se te bañe la cara ni que tu voz flaquee... Me undo cada vez más en eso, me aprisiona y no sé como evitarlo...
Lo único que quiero es ser feliz y hacer feliz, y no logró nada de lo que me propongo.
Sólo quiero paz.