Emily Johnson.Al amanecer, abrí las cortinas de un tirón dejando a la vista el nublado cielo de hoy.
Me sobé las sienes mirando la maleta que estaba sobre la cama aún sin terminar, y caminando hacia ella posé las manos sobre las prendas que había arrojado dentro.
Suspiré pesadamente mientras me rascaba la nuca, tratando de entender que hacía realmente, y porqué. Las dos semanas que faltaban para que los Bieber se fueran de vacaciones pasaron, y durante ellas tuve que tomar la decisión si ir o no con ellos.
Al final, acepté. Aunque no muy convencida del todo.
Aún recuerdo la cara de felicidad del señor Bieber al ver que mis padres le habían dado el sí a todo lo que él les había comentado respecto al viaje. Él se encargó personalmente de convencerme de todas las maneras, y cuando ya sabía que lo había logrado, un día se presentó en mi casa como si nada, y convenció a mi madre de que me dejara pasar unas semanas al otro lado del atlántico con su familia. Mi padre al principio se resignó ante la idea, pero mi madre hipnotizada por los intimidantes y penetrantes ojos del señor Bieber, aceptó como una tonta enamorada.
Aparentemente, Justin tenía ese efecto en todas.
Luego de una larga estadía dentro de la ducha, me vestí rápidamente para comenzar a ordenar mi maleta.
Necesitaba algo de tiempo no solo para terminar las últimas cosas que me faltaban hacer, sino también un tiempo para mí. Para pensar en que haré cuando escuche al señor Bieber follar con la tal Tamileen. Cuando los vea besarse y no pueda esconder los celos que me comen viva, o cuando vea a la rubia despelucada y desnuda con la camisa de él.
Simplemente no podría contenerme.
Giré mi cabeza estirando mi cuello más que estresada.
¿Qué podía hacer? ¿Quejarme? Ni siquiera tenía motivos lógicos para hacerlo, y si seguía poniendo a Samantha como excusa, él iba a notar que me gustaba.
Después de una hora, mi maleta estaba lista, yo estaba lista, todo estaba listo para irme, pero aun así seguía dando vueltas por toda la habitación, de un lado para otro, pensando si esta era la mejor decisión que pude tomar.
Al sentir la conocida bocina del auto de Samantha me sobresalté, y mirando por la ventana le vi saliendo de este. En ese momento mi cuerpo tembló sabiendo que ya había llegado la hora.
Cogiendo mi maleta, un bolso de mano y mi mochila, troté por el pasillo que daba con la sala de estar y la puerta principal. Una vez allí vi a mis dos padres tomando desayuno, de los que me despedí rápidamente. Ellos me siguieron hasta la puerta y se quedaron allí viéndome desde la entrada.
Caminé acelerada hasta tocar la parte trasera del porche. Sentía que en cualquier momento mis piernas flaquearían y caería gracias a los malditos nervios que sentía.
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El Padre De Mi Mejor Amiga ©®
Fiksi Penggemar"Resulta difícil poder enamorarse de un hombre adulto, en especial si es el papá de tu mejor amiga"