Vía de escape

Comienza el curso

Por fin llegó septiembre. Laura ya estaba cansada de estar todo el día sin hacer nada, su madre no le hacía caso casi nunca.Su hermana se había ido de casa con su pareja porque no aguantaba el comportamiento de su madre; al principio Laura no entendía el por qué. Pero a medida que pasaba el tiempo se daba cuenta de que tenía razón. Su comportamiento era inaguantable desde que el padre de Laura falleció. Todo cambió...
-Pero no es momento de tristezas- Pensó. Agarró el móvil, apagó las alarmas y se dispuso a ir al baño a asearse. Se duchó en su amplia bañera junto con su gel preferido. Axe de chocolate. Ese olor le recordaba a una persona muy especial para ella, su ex. De ella no tenía un recuerdo triste, al contrario. Fue la primera novia que tuvo y le enseñó muchas cosas sobre la vida

Laura salió del baño con una toalla que le llegaba por la rodilla, no le gustaba su cuerpo, cada vez que tenía que verse desnuda en el espejo o desnudarse ante alguien, le daba mucha vergüenza e intentaba taparse como pudiera.

Su madre decía que por qué no vestía con ropa más normal. Para su madre "normal" era con falda, nada de pantalones y.. ¡que decir de un chándal!
Aún así a Laura le daba igual lo que pensara de su ropa... Tenía ya 20 años y estaba harta de aguantar esas bobadas..
Cogió unos vaqueros negros de su armario, una camiseta azul de Berlín y una sudadera gris con el muro de Berlín de fondo. Le encantaba Alemania aunque nunca había estado ahí. Su madre nunca quería viajar, pero desde que cumplió los 18, todo iba a cambiar.
De tanto pensar no se dio cuenta de que ya eran las 8. Tenía que salir ya, no le dio tiempo a desayunar... Tampoco es que le importara mucho, últimamente no comía bien, y rara vez cenaba. Quería adelgazar. Ella no estaba gorda, pero los constantes insultos y golpes de sus anteriores compañeros, le metieron esa idea en la cabeza.

Comenzaba una nueva etapa, un nuevo instituto, nueva gente, nuevas experiencias.. pero sobre todo, nuevos problemas.