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Era diferente, todo era diferente. Él me hacía sentir diferente. Todos los días deseaba ser alguien especial para él, porque para mí, él lo era todo.

Pero yo era nada, yo era nada a comparación con todas ellas, ellas que lo hacían sonreír siempre. Todas aquellas que lograban que él les abrazara, que les sonriera; yo daría todo por abrazarlo y hacerlo sonreír tan sólo una vez.

Con él  no me sentía sola como normalmente me pasaba, él me hacía sentir bien conmigo misma, con él me sentía realmente feliz.

Él lograba todo eso con tan sólo unas palabras, era increíble, todo en él era increíble.

Pienso que su sonrisa era la más hermosa que he visto; sus ojos, sus ojos eran algo perfecto, cuando te veía, te veía directamente a los ojos y era algo simplemente encantador.

Me gustaba, eso lo puedo afirmar, pero también puedo afirmar otra cosa, yo nunca le gusté. Puedo asegurar, también, que nunca se fijó en mí.

Pero las personas cambian, como yo he cambiado, y él también. Ahora alguien lo hace feliz, alguien que lo ama, y él la ama a ella.

Desde que eso pasó, no he sido la misma, como ya dije, yo también cambié. Ahora estoy sola, más que nunca. Es como si él se hubiera llevado mi felicidad, lo único que puedo hacer es verlos, ver como son felices juntos.

Sólo quiero terminar con esto, quiero irme, alejarme de todos y de todo.

Quiero intentar volver a ser alguien feliz, no por él, si no por mí.

Pero no puedo negar que aún lo quiero, aún lo extraño. Porque él era diferente, una linda y perfecta diferencia.