Lo de siempre

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El chico al igual que los compañeros y Rebeca, se quedaron de piedra a causa de su intervención. Aun así, Rebeca le dio las gracias más sinceras a través de una tímida sonrisa.

Ella estaba avergonzada por lo que acababa de hacer. Estaba aterrada por la mirada que le estaba echando el macho alfa.

* Qué dirás tú, con el pelo corto que pareces un tío. Qué eres, ¿bollera? gente como tú no merece ni vivir. te has metido en un problema, colega.- Dijo él muy enfadado.

+¡Ya está bien!- Dijo Rebeca.- Tú, ¿quién eres?

*Andrés. A sus pies, señorita.- Todos sus amigos le rieron la gracia.

+Pues Andrés, fuera de mi clase, no voy a aguantar en este aula ni en ningún sitio cualquier falta de respeto, sea del tipo que sea.

* Pero profesora, si la culpa ha sido de esa pringada de ahí- Dijo ya levantándose.

+He dicho que fuera, vete al despacho del director. Ahora mismo voy yo.- Dijo Ella con más tranquilidad.

Andrés se acercó a la mesa de Laura y le susurró: A la hora del recreo te vas a enterar.

Laura se sentía amenazada. No quería volver a vivir el mismo infierno. Parece que sólo atacan a los diferentes, a los que intentan venir a clase a hacer algo, y no a hacer el vago. Una lágrima comenzó a recorrer su tez, recordando todo aquello.

+Bueno chicos, vamos a pasar lista, no perdamos mas el tiempo.- Dijo sonriendo intentando calmar la situación. Comenzó a decir nombres y  apellidos hasta que llegó al suyo.- Laura Cavia Ferrero.

-Presente, señorita- Alzó la mano la joven intentando disimular que había derramado una que otra lágrima. Ella aún así se dio cuenta e intentó calmarla con una tierna sonrisa.

Rebeca siguió pasando lista, hasta que finalizó. 

+Bueno, tengo que ir a hablar con el director sobre su  compañero Andrés.- Se acercó a la lista de alumnos para disimular y dijo- Laura, ¿ puedes venir tú también?

- Sí profesora.- ella se preguntó qué había hecho, estaba aterrada, no quería más problemas, sólo quería que  ese día acabara.

+ Los demás, ya podéis ir al patio, tenéis educación física

Todos los alumnos comenzaron a salir y las dos se quedaron en el aula. rebeca se acercó a ella preocupada.

+Cariño, ¿qué te preocupa? ha sido muy valiente lo que has hecho.- le dijo poniendo una mano sobre la suya intentando calmarla. Estaba muy inquieta.

- No me gusta ver como un tonto intenta dejar en evidencia a otra persona sin ningún motivo, no sé. Eres nueva y tampoco te tiene por qué tratar así.- se miraron a los ojos. Laura tenía mirada triste

+Ey pequeña, sé que eso no es lo que te preocupa- Cogió su barbilla- ¿por qué llorabas? y no me digas que no lo hacías porque me estabas preocupando.

Laura no quería abrirse, sabía que si lo hacía, se rompería en mil pedazos y no dejaría de llorar.

- Nada profe, todo está bien- intentó disimular asintiendo con la cabeza y una falsa sonrisa.

+ Cariño, sé que eso es mentira... Ey mirame- había bajado la vista como un cachorrito que acaba de romper las zapatillas preferidas de su dueño.- Sabes que cualquier cosa estoy aquí, ¿no? no te preocupes por Andrés. Si tienes miedo de que te haga algo, voy a intentar que le echen del centro por abuso y acoso.

Rebeca vio como ella levantaba la cabeza con apariencia de alivio. Parecía que le aterraba la idea de que le hicieran daño.

-Muchas gracias por todo Rebeca. Eres muy buena persona, de verdad. En el momento que se dio la vuelva y le miré, me dio mucho miedo, sólo eso.

rebeca la vio tan frágil que no dudó en abrazarla. Fue un abrazo especial. De esos que se graban en el corazón a fuego.

+tranquila mi niña. Estoy aquí, me tienes aquí, para lo que sea ya lo sabes. Y venga, ahora a educación física que vas a llegar tarde y yo tengo que ir a hablar con el director.

- Gracias de corazón- Rebeca se dio cuenta en su mirada que lo decía de verdad. A cambio esta le respondió con un guiño

Laura se apresuró a ir su siguiente clase, aunque ya había empezado, los alumnos le dijeron al profesor lo que había sucedido.


Vía de escapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora