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Cuando JongDae llegó a su vida de la mano de aquella mujer de espeluznante sonrisa, YiFan supo que las cosas iban a cambiar radicalmente.

Todo empezó cuando tenía catorce años. Su madre había muerto hace poco y su padre llegó con aquella escalofriante mujer y el pequeño niño. La dichosa mujer lo puso todo patas arriba. Tratando a su propio hijo y a YiFan como pequeños estorbos a los que utilizar de criados.

Y su padre ni siquiera se daba cuenta, siempre fuera de casa, trabajando o en la taberna, cayendo en los encantos de aquella embaucadora y creyendo todas las mentiras que salían de su boca.

YiFan no podía creer que su padre permitiera que su propio hijo y un niño inocente fuesen maltratados y abusados por aquella bruja sin corazón.

— Esos son mis platos. —Le murmura JongDae, tiene once años y una pequeña sonrisa a pesar de todo. A YiFan le retuerce el corazón.

— Está bien, yo lo haré por ti hoy. —Termina de lavar uno de los platos y se seca las manos para dar un suave empujoncito al muchacho, que seguía de pie a su lado —. Ve a dormir, anda. —Odia que el chico tenga que lavar los platos de noche, con el agua fría y el viento entrando por los agujeros de la ventana.

— Pero, Kris... —Él intenta quejarse, pero el mayor le ataja.

— Llegaré de inmediato, ¿mh? Ahora ve a cubrirte.

JongDae le obedece con un pequeño berrinche, pero se escurre por las escaleras antes de que su madre pueda aparecer y decir algo y YiFan se da toda la prisa que puede por terminar e ir con su pequeño muchacho.

Cuando está subiendo las escaleras escucha como las puertas se abren y sabe que es su padre, así que por instinto se esconde detrás de la pared y se queda callado. La estúpida mujer se acerca a él y como siempre, empieza a quejarse sobre si no hay suficiente dinero, no hay suficiente comida, no hay bastante ganado, tu hijo me odia, siempre me replica, no podemos mantenerlo más. ¡Hay que echarle de aquí!

YiFan se erizó por completo cuando su padre aceptó, subiendo las escaleras en dos grandes zancadas. Cerró la puerta con suma delicadeza y apoyó la frente contra la gruesa madera, respirando agitado.

— ¿Hyung...?

Y entonces, el corazón se le detuvo por completo. Estaba bien si le querían mandar a volar, él podría buscarse la vida solo. ¿Pero dejar allí a JongDae? ¿Solo y con esa bruja? Tal vez ahora no era una molestia excesiva, pero cuando el pequeño chico se hiciese más mayor y pudiese replicar, YiFan estaba seguro que también le patearían fuera.

Se dio la vuelta lentamente acercándose a la cama de JongDae y sentándose en ella, sus manos apretadas como puños.

— Escucha bien lo que voy a decir ahora, Dae. —Susurró, tomando una de las pequeñas manos del chico-. Ellos quieren echarme de aquí... —Los ojos del niño se abrieron enormemente y él apretó su mano para tranquilizarme —. Pero yo no voy a dejare solo.

— Voy contigo. —Aseguró, sentándose de golpe en la cama —. ¿Verdad, hyung? Voy contigo.

— Por supuesto que vienes conmigo.

YiFan dejó que el pequeño se cobijase entre sus brazos, tratando de mantener a raya sus preocupaciones para no asustar a JongDae.

Ambos escaparon esa misma madrugada, cargados cada uno con un pequeño saco de provisiones, sus manos siempre juntas mientras corrían lejos de aquel infierno.

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— No estás haciéndolo bien. —JongDae se burló, lanzando una alta patada al pecho del mayor.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2017 ⏰

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Hansel&Gretel✨KrisDaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora