—¡¿Invitaste a McCartney?!
—¿Qué tiene de malo? El chico necesita adaptarse.
No entendía por qué me irritaba y emocionaba la idea al mismo tiempo, quiero decir, nuestras reuniones eran algo especial... algo íntimo, y el tener a Paul conviviendo entre nosotros nos impediría tener diversión de la buena. Pero por otro lado, me interesaba bastante observar la reacción del chico al ver lo que nosotros llamábamos reunión.
—¡Llegó el alcohol!
George entró con unas cajas en mano y las azotó en el piso. Todos vitoreamos y nos preparamos para poder dar comienzo al festín.
Pronto llegaron Polly, Stuart y Astrid y todos comenzamos a hablar y beber. Cuando el resto llegó, todo fue aún más divertido.
Paul llegó aproximadamente una hora después, con una expresión tímida en el rostro. Vi que se acercaba pero se detenía a varios metros de donde estábamos, me vio y yo a él, parecía que se estaba debatiendo entre acercarse o no.
Se estaba alejando cuando Ringo pasó y lo invitó a unirse y él no tuvo de otra que aceptar.
—¡Miren quién llegó!—exclamó sonriente Polly al verlo.
—Hola.—respondió él, con la mejor sonrisa fingida que vi en toda mi vida.
—Hey, McCartney ¿cerveza o vino?—preguntó Harold, sosteniendo con la mano izquierda una botella de vino mientras George tenía en la mano derecha una lata de cerveza.
—Eh... ¿No tienen agua?
Estallé en carcajadas al oír tal respuesta, al igual que Stuart, Astrid y Harold. Paul frunció el ceño.
—Sí tenemos agua.—comenté con una sonrisa ladina. Los ojos de Paul se iluminaron un poco.
—¿En verdad?
—Sí, pero en el retrete.
Mi broma hizo escupir a George lo que estaba comiendo, Ringo soltó una risotada como nunca y Stu se atragantó con la cerveza que estaba bebiendo.
Paul se puso rojo como un tomate e intuí lo que se avecinaba.
—Los acompañaré en otra ocasión.—dicho eso, dio media vuelta y comenzó a caminar rumbo a la salida. Rápidamente yo me acerqué y lo tomé del brazo.
—Es una broma, McCartney.—me excusé aún con la sonrisa plasmada en mi rostro.—No seas aguafiestas y bebe algo.
Paul quitó mi mano de su brazo con delicadeza y suspiró. El pobre trataba de ser un chico bien portado.
—Quiero vino, por favor.
Harold le sonrió a George y pronto se coordinaron para servirle la bebida.
Conversamos de distintos temas, algunos sentados en la banca que usábamos para las comidas y otros sentados en el suelo.
—¡Y por digo que todos estaríamos mejor si Hitler hubiera ganado la guerra!
—¡No seas idiota! Nos habría matado a todos.
Stuart y Ringo discutían acaloradamente, mientras el resto observaba. Yo di un sorbo a mi cerveza y paseé mi mirada por el lugar, hasta detenerme en Paul. Casi no había hablado desde su llegada, no sé si porque estaba aburrido o simplemente incómodo.
—Oye, si no te sientes cómodo, puedes irte. Les diré que te cayó mal el vino barato.—le dije en voz baja una vez que me hube acercado.
—No, está bien. Son agradables.
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The Freak Show [McLennon]
FanfictionA sus 18 años, Paul McCartney debía, como todo chico de su edad, buscar trabajo. Inútiles fueron las súplicas a su padre para que lo dejara seguir el camino de la música, pues argumentaba que no eso no le daría de comer. Así que, quedándose sin opci...