Camino

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Caminó, a través de las calles atiborradas de personas, a través del parque. A través de los matorrales de la carretera desierta.

Continuó su camino por sobre la tierra mojada a través de los árboles que simbolizaban los sueños sin cumplir de los hombres y mujeres del mundo. De los deseos perdidos de aquellos niños abandonados, malcriados o muertos.

Caminó como si de verdad su ridícula vida dependiera de ello, como si un sólo ser de luz no existiera allí para salvar de la cruda vida a los ilusos humanos perdidos y jamás encontrados. Él daría la vida por ello. Él quería salvar a la humanidad de la agonía constante que era simplemente vivir. Esperando por una muerte inequívoca, resignados a que aquello era lo único en que todos tenían en común. Esperar su llegada.

A Seungkwan le dolía. Él quería ayudar, él quería salvar.

Quería hacer muchas cosas que no están en su naturaleza.

—Hazlo.

La voz aquella que lo guiaba y aterraba habló, recordándole constantemente que él era su siervo, que debía su existencia a aquel ser que vivía en el infinito del universo, custodiando, ordenando, hablando.

—¿Qué debo hacer? —Preguntó, aunque sabía la respuesta.

Sus pies se movieron involuntariamente, adentrándose al bosque que sus recuerdos rememoran vagamente cada cierto tiempo.

Es diferente, y aunque Seungkwan no puede recordar porqué, sabe que el olor de aquel bosque no es el que debería ser. Sabe que los árboles de sueños perdidos aquí se sienten tristes y desorientados. Sabe que está mal, y una vez más, no puede hacer nada para ayudar.

Ahí está.

El pequeño levantó la vista hacia el chico frente a él. Observando como sus ojos lo enfocaron con dificultad mientras luchaba entre la vida y la muerte, pidiendo silenciosamente que por favor, acabará con su sufrimiento allí de una vez por todas.

—¿Puedo ayudar? —Cuestionó Seungkwan, demasiado asustado al ver como el suave viento mecía el cuerpo del chico suspendido en la soga, atada en lo más alto del árbol donde toda su tristeza floreció—. ¿Qué debo hacer? ¿Cómo debo actuar?

El ser en su cabeza no contestó, pero en cambio, murmuró el nombre del chico que suplicaba por ayuda silenciosamente.

—¿Vernon? —Y para sorpresa de Seungkwan, el chico sonrió. Con solo ese gesto, supo que ese era su nombre—. ¿Debo besarle?

Nuevamente, el ser no contestó. No obstante, Seungkwan asintió para sí mismo, posando delicadamente las manos a cada lado de la cabeza del muchacho y acercando sus labios a los fríos del chico en el árbol.

Juntó sus bocas suavemente, sin mover un músculo o respirar siquiera, dejando que la angustiosa vida del muchacho que besaba se reprodujera en su mente como una película antigua, desde una triste niñez hasta las crueles palabras que llevaron a Vernon hasta su árbol de agonías y decidiera quitarse la vida.

Y lo entendió, entendió por lo que pasó, también vio como hubiera sido su futuro si él no hubiera tomado aquella decisión tan nefasta. Lastimosamente, fue acertada, porque su futuro se tornaba incluso peor.

Jadeó cuando se separaron, y lloró la pérdida de otra alma en el mundo que no merecía lo que vivió. Lloró porque no habría nadie que tomara en cuenta lo que el muchacho sintió. Lloró porque sabía que no habría ni una sola alma que recordara la persona que Vernon fue, ni soñaría un futuro que ya no podría vivir.

Sin embargo, también sonrió.

Sonrió porque él había ayudado, había logrado que el chico que se ahorcó en medio del bosque pudiera liberarse de su carga e infelicidad. Y ahora, estaba en un lugar mejor.

—Es hora de continuar —La voz borró las lágrimas y recuerdos recién vividos del muchacho, dejándolo confundido y desorientado—. Vamos.

Seungkwan caminó, sin rumbo como siempre. Añorando poder ayudar a todos aquellos humanos que veía al pasar, que ignoraban su existencia hasta que llegaba a visitarlos sin quererlo.

¿A donde vamos? —Preguntó, observando a la nada, dejándose guiar como un muñeco sin vida ni razón.

—A continuar con nuestro trabajo —La voz respondió, siempre paciente, siempre constante—. No más preguntas, muerte.

Y Seungkwan asintió, siguiendo con su camino.

Árbol De Agonías [VerKwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora