La ciencia y la medicina trabajan desde hace muchos siglos en la búsqueda de un sistema adecuado para burlar la muerte del ser humano. Actualmente, en pleno siglo XXXI, existen muchos frentes abiertos en esta materia, y la mayoría, poco éticos. Hasta hace poco, creía firmemente que estos intentos de prolongar indefinidamente la vida de un ser humano eran absurdos y aberrantes. Pero ahora estoy aquí, esperando -por voluntad propia- a que se inicie el proceso de transmisión cerebral. Quiero seguir viviendo.
Mi nombre es Rodolfo Llinás, me encuentro en una habitación fría, blanca y algo aséptica, estoy aquí en una camilla atado de pies y manos, estoy a punto de aplicar en mí el experimento que podría si funciona permitirme la vida eterna; hace poco más de 60 años empecé a estudiar el cerebro humano, soy neurocirujano y en este momento sin afán de alardear eh echo mucho aportes en el campo de la neurociencia, para que logren entender como alguien como yo se encuentra en esta situación les contare un poco de mi historia.
Todo comienza cuando aún era un niño que en aquella fría Bogotá andaba de pantalones cortos y para entonces me reusaba a leer y escribir y no había poder humano que me hiciera asociar letras con dibujos y sonidos, puesto a que para mí eso en aquel entonces era algo absurdo y arbitrario, recuerdo que gracias a mi abuelo un reconocido siquiatra que se tomó la libertad de hacerme entender con diversos ejemplos que si aprendía a leer y a escribir todo podría cambiar; desde ese momento no eh dejado de buscar respuestas, no hay algo por lo que no me haya cuestionado y sienta deseo desde lo más adentro de mí y unas ansias incontrolables de saber el porqué de las cosas.
Hoy, ya han pasado muchos años desde que aquel niño que escucho a su abuelo hablar, tantos cambios que me llevan a pensar que si esto no funciona perdería todo por lo que hasta el día de hoy eh luchado; y recuerdo como esos que fueron mis colegas ponen sobre mi cabeza una corona compuesta de circuitos con la que intentaran copiar toda mi información cerebral para enviarla a una capsula, estoy algo nervioso como el creador de este experimento se de los riesgos que este mismo puede traer, me siento inquieto, tengo la garganta seca y el pulso acelerado. Mike uno de mis colegas me pregunta que si estoy listo, a lo que respondo que sí, cierro mis ojos y a lo lejos escucho "Iniciando Transmisión Cerebral".
De pronto todo oscurece y siento un ligero hormigueo en mi cuerpo y en especial en mi cabeza. Ahora me siento mareado como si flotara en el cielo, un cielo de nubes negras, cada segundo que pasa me resulta más pesado percibir mi cuerpo, aun puedo mover los dedos de las manos eso me tranquiliza, pero en ese preciso instante dejo de percibir los latidos de mi corazón y es ahí cuando toda mi vida pasa frente a mis ojos, imágenes de mi niñez, vivencias de mi infancia hacen acto de presencia sin saber porque, mis padres me saludan, mi amigos y yo jugamos en el parque, ahora pasa mi adolescencia, el recuerdo de la muerte de mi padre, siento como mi madre toma mi mano con fuerza y llora y de repente "Transmisión Cerebral Finalizada" no oigo ni veo nada, estoy sumido en la más profunda oscuridad es como si el mundo externo no existiera.
Siento una sensación de tranquilidad pero la verdad no sabría definirla, sé que en este preciso momento estoy integrado a esta capsula cerebral, en este dispositivo esta hospedada toda la información, conocimientos y emociones que mi antiguo cerebro tenia además lo maravilloso de este experimento es que aun puedo razonar, percibir y aprender, siendo esta última quizás la más importante puesto a que me permitirá desarrollar la cura para el alzhéimer por la cual eh trabajado durante años y ayudar a una sociedad donde esta enfermedad se esparce tan fácil como el virus de la gripe y ha dejado de ser una enfermedad poco común para convertirse en una enfermad tan letal como el virus del ébola el cual desapareció hace mucho y que logro matar miles de personas.
Mike me llama Rodolfo, Rodolfo abro mis ojos, veo aun un poco borrosos, mi audición es algo mala, es como si escuchar hablara a las personas a lo lejos, logro distinguir y mi nombre y a mis colegas diciendo que todo había sido un éxito, que salió mejor de lo esperado; Mike me da la mano aun un poco mareado logro ponerme de pie, en estos momentos me siento extraño algo asustado puedo controlar mi cuerpo pero no logro percibir los latidos de mi corazón, ni mi respiración, me cuestiono como muchas veces ¿hice lo correcto, en realidad si deseo vivir eternamente...?.
Ahora, hablo con Mike debemos salir antes las autoridades pertinentes y anunciar nuestro nuevo logro, miles de personas esperan apostadas sobre las escaleras del edificio que lleva mi nombre, salgo anuncio la buena nueva hemos descubierto la forma para obtener la vida eterna, es un proceso bastante sencillo y puedo explicarlo con pocas palabras los asistentes atónitos se miran entre sí por un par de segundos de repente todos aplauden están emocionados ante semejante noticia me retiro lentamente en medio de los aplausos y decido dormir, fue un día largo me siento exhausto.
Fue una larga noche debo volver a trabajar en la cura para el alzhéimer, sé que han pasado varios días desde que estoy aquí tratando de estudiar y entender cómo se propaga esta enfermedad que devasta el mundo, con tal simpleza que siento que todos mis estudios son en vano; pasan los meses, los años aun no logro encontrar nada que erradique por completo este mal, mi cuerpo ya no resiste, el tiempo se agota.
En estos últimos años la capsula se ha seguido llenado con toda la información que encontrado acerca de esta enfermedad, mi cuerpo ya no resiste más, ya no puedo caminar, aún sigo sin sentir mi respiración ni los latidos de mi corazón, se me agota el tiempo debo tomar una difícil decisión, dejo ir mi cuerpo y termino el proceso de trasmisión cerebral o dejo toda mi investigación en manos de otros, me cuesta decidir espero elegir lo mejor cierro los ojos ya está decidido.
Mi nombre es Jhoan Julio este es mi cuerpo, pero no soy yo, él vive en mí, él es Rodolfo Llinás, no sé porque siento un deseo incontrolable de saber el porqué de las cosa, tengo un gran conocimiento en el campo de la neurocirugía, funciono! así se siente vivir eternamente, fue justo con los demás, fui muy egoísta, no lo sé, lo único que sé es que sigo vivo no en mi cuerpo y él vive en mí, ahora solo me importa seguir con la investigación de Llinás, salvar al mundo del alzhéimer o como lo conocemos en la actualidad el nuevo ébola.
Continuara...
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En Busca de una Cura
Science FictionCuento de ciencia ficción donde el protagonista es el neurocirujano Rodolfo Llinás; Basado en otras historias de ciencia ficción.