Capítulo 39 Aclaraciones

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Jane se encontraba estable, si bien aún no recuperaba el conocimiento, todos sus signos vitales apuntaban a que estaba bien, ya solo hacía falta que despertara para ser evaluada. Daphne se había esforzado tanto, no se había separado ni un instante de la pequeña, no había sido mucho el tiempo que la había tratado, pero le tenía un gran aprecio, ¿cómo no querer a la niña? Había heredado la belleza de su padre, lo noble de su madre, la elegancia y carisma de Draco, y la inteligencia y sabiduría de su Hermione.

Y es que Jane para ser tan pequeña ya era notoriamente única y particular, jamás le había hecho un desplante a Daphne a pesar de saber que su mamá aún amaba a su padre, si bien ella deseaba con todo su corazón vivir junto a sus padres como una familia normal aceptaba que las cosas no siempre podrían ser como ella deseara.

― Gracias, no me alcanzara la vida para agradecerte lo que has hecho por mi hija ― hacia una hora que Daphne les había permitido reingresar a la habitación. Hermione se encontraba sentada frente a su hija acariciando su rostro, Draco parado a un lado de ella tenía la mano de su hija sostenida, mientras que con la otra tenia abrazada a Hermione.

― No tienes nada que agradecerme Granger, es mi trabajo ― Daphne intentaba ignorar el sentimiento de dolor que la embargaba al ver de esa forma a Draco con Hermione.

Ha Hermione no se le había pasado por alto la tristeza que reflejaba el rostro de ella ― Draco, ¿podrías traerme una botella de agua por favor?

Él la conocía muy bien, sabía que quería un momento a solas con la rubia, con un leve asentimiento de cabeza camino hacia la salida, al pasar junto a Daphne se detuvo y se acercó a ella ― Gracias Daphne ― la envolvió en un fuerte abrazo lleno de gratitud ― Gracias ― repitió nuevamente.

La mujer había hecho más de lo debido, y saber que lo había apoyado a pesar de su reciente ruptura solo le reafirmaba lo bondadosa que era, él sabía que si jamás se hubiera enamorado de Hermione habría sido muy fácil amar a Daphne, a esa mujer que en un momento oscuro de su vida le había dado luz, pero que no lo encandilaba como su castaña. Él se sentía mal por el daño que le estaba causando, pero Merlín era testigo de que jamás había sido esa su intención. Intentaba mantener al mínimo su contacto con Hermione en presencia de ella, pero le estaba costando horrores negarse lo que hacía años añoraba. Salió de la habitación permitiéndole esa privacidad que Hermione le pedía.

― Greengrass...

― Llámame Daphne ― le pidió.

― Daphne, quiero que sepas, que nunca fue mi intención que Draco...

Con un gesto de la mano y una media sonrisa le pidió que se detuviera ― Draco es mi primer amor ― camino hacia la ventana y observo el jardín mientras le daba la espalda a Hermione ― Cuando éramos niños solíamos jugar a que él era mi príncipe azul, como el de los cuentos que mi institutriz que me leía a escondidas de mi padre. Con el pasar de los años nos fuimos distanciando, no sé si lo sepas, Draco es dos años mayor que yo. Cuando cumplí catorce años mi padre dio una fiesta en la mansión, por aquella época el señor tenebroso ya estaba hospedado en la mansión Malfoy así que como comprenderás, fue el invitado de honor. Esa noche el señor tenebroso le pidió a mis padres que me permitieran marchar con él, decía que tenía potencial para ser un gran mortifago ― Daphne tembló ante el recuerdo.

Hermione escuchaba en silencio sin perderse ninguna palabra.

―Mis padres no podían negarse, yo comencé a llorar ante la idea, sabia por boca de Pansy que el entrenamiento era duro y exigente, pero lo que más me aterraba era llevar la marca tenebrosa sobre mi brazo. Cuando mi padre tomo mi mano para entregarme, Draco salió de entre los invitados, no lo había visto en toda la noche, lucia terriblemente cansado, camino con la cabeza baja hacia el Lord y se arrodillo frente a él, le dijo que tenía deseos de desposarme cuando yo fuera mayor de edad ― se giró y encaro a Hermione que la miraba asombrada.

― Las esposas de los mortifagos no eran reclutadas por el Lord, solo podían serlo si lo pedían de forma voluntaria, el Lord descarto mi reclutamiento, pero Draco se había acercado y hablado sin permiso, si bien le concedió mi mano eso no lo libro de recibir cinco crucios por su falta de respeto.

Hermione no pude evitar derramar una lagrima, jamás habría creído eso posible, cuantas cosas no sabía del hombre que amaba.

― No creas que mi amor nació del agradecimiento, siempre lo ame, aun cuando no lo sabía, con los años mi amor fue creciendo, mas nunca intente nada, fue un amor en tiempos de guerra, y en ese momento no había tiempo para eso, el año que Snape fue director fue cuando decidí ser sanadora, ayudaba a mis compañeros que no les permitían ir a la enfermería y sanaba las heridas de Draco, Pansy y Theo cuando eran castigados por no torturar a los pequeños. Siempre estuve en las sombras, ayudándolo en la forma en que él lo necesitaba.

Apenada Hermione bajo la vista, podía sentir como Daphne lo amaba sinceramente.

― Los años pasaron, perdimos el contacto, cada quien hizo una carrera y un día Morgana volvió a  cruzar nuestros caminos. Draco estaba tan herido y abatido que su vida se podía resumir en que solo respiraba para existir, jamás hablamos sobre lo que lo tenía así, pero yo mejor que nadie sabía que era por un amor mal correspondido, yo mejor que nadie conocía los síntomas, porque los había sufrido en carne propia. Y sin saber en ese entonces quien era la mujer que lo había despreciado me sentí sumamente agradecida para con ella, porque con su indiferencia me permitió curar sus heridas y hacerme un espacio en su corazón.

Hermione pudo sentir el reproche en sus palabras y le dolieron hasta el alma, sobre todo porque tenía razón.

― El tiempo paso, y sin saber cómo logre que Draco me amara, me pidió vivir con él, y estábamos planeando nuestra boda, y entonces...

― Aparecí yo ― respondió automáticamente con un nudo en la garganta, se sentía tan miserable por causarle ese daño.

― Si ― se permitió derramar unas lágrimas antes de continuar, camino hacia Hermione y se puso en cuclillas para estar a la misma altura ― y supe que nunca lo aria tan feliz como tú lo hacías con tu sola presencia. Que tú lo hacías feliz de una forma que yo solo podría soñar, que no importaba cuanto me amara, tú eras la dueña de su corazón.

― Yo lo siento tanto Daphne ― sintió un fuerte impulso por disculparse, por de alguna forma amenguar el dolor de la rubia.

― Lo sé, sé que eres una buena persona, desconozco que te orillo a salir de su vida ― se puso de pie ― pero no vuelvas hacerlo ― esta vez le hablo de forma dura ― si vuelves a herirlo Hermione ― hizo una pausa y la miro directo a los ojos, Hermione no pudo evitar estremecerse ― te iré a buscar hasta el mismo averno y te mostrare el verdadero significado de la palabra dolor.

Daphne camino lentamente hasta la puerta, giro la perilla y antes de salir volteo su rostro y le sonrió de forma dulce ― Jane no debe tardar más de unas cuatro horas en despertar, llámenme cuando lo haga. ― Y se fue.

Si en algún momento del relato Hermione se preguntó cómo la joven había ido a parar a Slytherin ahora no le quedaba ni la menor duda.

Draco regreso diez minutos después y la encontró abatida, la tomo de la mano la invito a sentarse junto a él en el sillón de dos plazas que estaba en el fondo de la habitación.

― ¿Qué pasa? ― le pregunto mientras acariciaba su rostro.

― Te amo ― No sabía porque pero tenía la enorme necesidad de decirle esas palabras y que él las creyera ― lamento haberte dejado, lastimado, negarte a tu hija...

― Tranquila ― Draco la detuvo al tiempo que secaba las lágrimas que comenzaban a correr por el rostro de ella y sentía un calor reconfortante esparcirse por todo su pecho tras escuchar las primeras dos palabras ― yo también te amo.

― Nunca deje de amarte ― le confeso ella.

― Lo sé ― Hermione levanto la vista y lo miro confusa― como hacerlo cuando se trata de mi ― Draco levanto una ceja de forma sugerente y le dio una sonrisa ladina.

Hermione rodo los ojos e intento soltarse de su agarre ― imbécil ― le contesto en forma de gruñido.

Draco no pudo evitar estallar en carcajadas y se ganó un golpe por parte de ella.

Hermione cerró en puño su mano ― ¿porque siempre lo arruinas? ― le recrimino, ella sentía ansiedad por disculparse y hacer le ver que lamentaba mucho todo el daño que le causaba y él salía con sus estupideces.

― No te enojes hermosa ― le tomo el mentón en contra de su voluntad ― siempre hemos funcionado así, esta es nuestra dinámica, yo te irrito y tú me reprendes.

Hermione no pudo evitar darle la razón, después de todo había sido así desde el inicio de los tiempos, la diferencia es que ahora en vez de terminar en insultos podían terminar en besos apasionados, como el que se estaban comenzando a dar en esos momentos.

Después de varios minutos se dejaron de besar para tomar un poco de aire, pero no separaron sus rostros ― además ¿te he dicho lo hermosa que te ves cuando te enojas? ― le beso la frente y se separó un poco para mirar sus ojos ― ya no estés triste, no hay motivo para estarlo.

― A un así yo...

― No linda, no tienes que disculparte más, sé que te equivocaste y me lastimaste, pero tuviste tus motivos, y son válidos para ti, seguramente yo en tu lugar hubiera hecho lo mismo.

Hermione sabía a qué se estaba refiriendo, pero aún no estaba lista para hablar de ese acontecimiento. Ella aún se recriminaba su actuar, no comprendía como se había dejado segar por la venganza.

Draco la atrajo hacia él y la acuno en su pecho, le acaricio el cabello y comenzó relatarle todo lo que había hecho en su vida después de que se separaran, omitió mencionar a Daphne y su depresión para no hacerla sentir culpable, la tenía ahí con él y a su hija, eso era lo único que le importaba.

Hermione no oculto lo orgullosa que estaba de lo lejos que él estaba llegando en el Ministerio, para no variar también discutieron por algunas leyes que Draco juraba que eran necesarias a las cuales ella decía que eran de barbaros. Harry, Ron y Pansy ingresaron a la habitación por separado en diferentes tiempos con el fin de mandarlos a comer, pero nadie se animó a interrumpirlos, como hacerlo si por fin después de tanto tiempo ninguno los había visto tan felices.

― Cuando todo esto termine, comenzaremos a planear la boda, hacer lo posible por darle tres hermanos a Jane...

― ¿Ha? ― Tras escuchar eso Hermione se enderezo como resorte ― ¿casarnos? ¿Hijos? ― atónita repitió sus palabras.

― Pues claro ¿no creerás que viviremos en pecado, o si? Además, tu y yo fuimos hijos únicos, no quiero que Jane viva esa soledad. ― se levantó y camino hacia la cama de la pequeña y acaricio su rostro mientras se aguantaba las ganas de reír por la expresión de Hermione.

Ella se puso de pie y camino lentamente aun en shock, cuando escucho la risita que se le escapó a él lo fulmino y le dio un puñetazo en su brazo ― idiota ― levanto el mentón y salió de la habitación en busca del baño.

Que lejos estaba de saber que las palabras de Draco eran ciertas, el solo se había reído por su expresión, pero esos eran sus deseos más profundos.


En la cafetería de San Mungo


― ¿Qué te tiene tan pensativa? ― tenía varios minutos que la observa a la distancia, jalo una silla y se sentó frente a ella.

― Los aurores no han encontrado ninguna pista ― le contesto seria.

― ¿No te deberías estar preparando para el partido de este sábado? ― Theo evito el tema deliberadamente, sabía que había algo más que la tenía así.

Ginny lo miro a los ojos detenidamente ― ¿Qué te traes con Greengrass? ― le pregunto directamente, no se le había pasado por alto las miradas cómplices y nerviosas que se daban ambos.

― ¿Estas celosa? ― inquirió Theo, si había algo que le encantaba de la pelirroja es que no se andaba con rodeos, no era como la típicas mujeres que negaban que algo les molestaba.

― Para estar celosa, que no el caso aclaro, debería estar interesada en ti ¿no?

― Y ¿estas interesadas? ― le devolvió la pregunta.

― Te lleve a mi casa ¿dímelo tú? ― esta vez no pudo ocultar su mal humor.

Tras un par de minutos en silencio, Theo supo que era lo mejor hablar con la verdad.

― Daphne vino a mi casa la tarde que termino Draco con ella, bebimos mucho y...

― ¿Le echaras la culpa al alcohol? ― Ginny no necesitaba escuchar el resto, ya intuía en que había acabado ese encuentro, no pudo evitar sentirse dolida pero lo disimulo muy bien, o al menos eso creyó.

― No, ame en silencio durante muchos años a esa mujer ― A Ginny no se le paso por alto que dijo "ame" del verbo pasado ― después de tanto tiempo la tenía ahí para mí, y creí que tal vez era lo correcto ― bajo la vista apenado.

― Pero... ― ella lo animo a continuar.

― Pero descubrí que ya no era así, en algún momento deje de amarla, otra mujer es dueña ahora de mis pensamientos. ― la miro a los ojos y ella pudo notar el remordimiento.

Ginny medito por algunos minutos, ellos aún no eran pareja, y si bien él podía haber guardado silencio le había dicho la verdad, después de lo que Harry le había hecho, si había algo que ella valoraba mucho era la honestidad. Se puso de pie y después de buscar en su bolso saco un pequeño sobre y se lo tendió.

― No llegues tarde ― le dio una última mirada y se marchó, provocando que todos los hombres en la cafetería la miraran con lujuria. Al ser jugadora profesional tenía un cuerpo de ensueño.

Theo abrió el sobre y saco dos pases VIP para el partido del siguiente sábado, lleno de euforia se levantó y miro a todos ― ¿a que esta buena mi chica verdad? Lo sé, pero como no dejen de babear me obligaran a maldecirlos ― y como si nada se levantó la manga de la camisa y dejo ver su marca tenebrosa mientras dejaba la cafetería.





Lo sé, lo sé, ni yo me la creo ¡actualice! 😅 Un pequeño regalo por su fidelidad y apoyo a esta historia. Gracias por las palabras de apoyo. Son lo máximo chicas. Pero no se acostumbren he, la siguiente actualización tardara como diez días. Nos estamos leyendo.😘

DLM OXOXO



















































"La regla es, no enamorarse Malfoy" #DramioneawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora