Capitulo 3: Anahí Vegennia.

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Anahi Vegennia.

El frió de la noche y poder oír el silencio que había me llenaba se tranquilidad. Podría contarles mi historia, de cuando escape del internado pero los aburriría. Tan solo empecé a caminar por el bosque sin saber dónde iría después, solo caminaba cuando empecé a recordar mi horrible pasado.

Mi padre es un empresario muy importante que se la pasan viajando y nunca lo veo. Cuando tenía 9, mis papas me dejaban a cargo de una institutriz mientras ellos se la pasaban de país, en país. Mi mamá no estaba de acuerdo con eso, quería llevar me con ella pero mi padre se negaron.  Mi Institutriz se llamaba Elsa, era muy mala, nunca me tomaba clases, bueno solo le gustaba hacerse la dueña de la casa y pegarme. Casi siempre se sentaba en el sofá a comer y gritarle a las empleadas, solo cuando mi tia llegaba hacia su trabajo.

-¡Ven aquí pendeja!- gritaba mientras yo corría a esconderme-te mataré, niña- dijo aun mas enojada, agarrándome el brazo derecho y levantando la mano para pegarme, yo solo gritaba.

Me dio una de sus tantas golpizas y me encerró en el sótano, era un lugar muy oscuro y sucio, lleno de telarañas y cosas antiguas. Ya estaba acostumbrada a estar ahí pues iba bastante seguido. Me senté en un sillón que había ahí y me quede dormida, desperté al oír ruidos como unas cajas cayendo, mire hacia todos lados asustada cuando veo un conejo blanco que esta adentro de una caja y había una nota al lado que decía.

"Seguí siempre al conejo blanco"

Me hizo acordar a Alicia en el país de las maravillas por eso decidí ponerle de nombre relojito ya que el conejo en la película tenía muchos reloj.

Cuando anochecía y ella me sacaba del sótano cada vez que mi tía maría venia a visitarme. Ese día tuve que esconder a relojito para que no lo viera pero me fue imposible.

- ¿que haces con este bicho acá?-dijo sacándome al animal de las manos.

-es un conejito y se llama relojito-

-vos sabes que no me gustan los animales en la casa- repitió agarrándome de las orejas- ya mismo me sacas a esta animal de acá-yo solo asentí y Salí corriendo de allí.

-hola princesa- dijo mi tía sonriendo. Yo tan solo corrí a abrazarla- ¿que traes ahí?- pregunto ella curiosa.

- es un conejo tía pero ella, no quiere que me lo quede- dije mirándola con un puchero.

- ¿pero porque Elsa?- dijo mirando a mi niñera.

-los animales son asquerosos y sus padres, señorita no quieren animales aquí- dijo mirándome con ternura.

- pero, es solo uno y tendrá una jaula así, no ensucia, dale- me miro con una sonrisa.

-¿me lo puedo quedar?- grite con entusiasmo.

-¡SII!-grito mi tía con alegría - ¿como lo vas a llamar?-Dijo mi tía maría.

-él, se llama relojito-conteste.

-bien princesa, ahora ve a dormir, dame un beso-Elsa solo me miraba de seguro quería matarte pero mientras estuviese mi tía no podía hacerme nada así que, yo le cobraba todas cuando ella estaba, algún día me hartaría y le contaría a mi tía como esa señora me maltrataba aunque la supuesta institutriz me decía que me mataría si abría la boca. A la mañana siguiente me desperté para ir a la escuela muy contenta ya que me quedaría con el conejo, mi tía vino a buscarme como todas las mañanas para llevarme al colegio. Al llegar a casa corrí a mi habitación en busca del animal, el cual no encontré.

-¿donde estas conejito?- Pregunte buscándolo debajo de mi cama-conejito, conejito ¿donde estas?- dije mientras buscaba por toda la casa.

-no lo vas a encontrar- Dijo Elsa que salió detrás mío.

-¿donde lo tienes?- dije encarándola.

- por desobediente te lo saque- dijo sonriendo- ahora vas aprender a portarte bien- dijo agarrándome del brazo.

-¡suéltame!- dije levantando el tono.

-¿que dijiste, pendeja?  - pregunto molesta y yo Salí a correr tratando de esconderme. Me metí adentro de un armario para que no pudiera encontrarme.

En ese momento entro mi tía que por fin entro para quedarse, toda la tarde conmigo.

-¿Donde esta mi princesa?- grito feliz y esperando a que yo llegara corriendo a sus brazos.- Abrí la puerta del armario y Salí corriendo.
- Ani, déjame decirte que mañana iremos a pasear, si sales y no le dice nada a tu tía. Y también volverá conejito, solo tiene que cerrar la boca- dijo susurrando.

-¡¡AYUDA, AYUDA TIA MARIA!!-grite mientras ella me agarraba del brazo.

-cállate pendeja, deja de gritar- dijo poniéndome la mano en la boca.

-¿que pasa acá?-dijo mi tía.

-nada señora-dijo disimulando- solo jugábamos-

-ella me maltrato- grite.

-¿que amor?- pregunto.

-que...- y miré a Elsa- que me prometió que mañana iríamos a pasear al parque- disimulando.

-Es verdad eso- dijo mirando a Elsa.

-si... Por supuesto que si usted lo permite-dijo disimulando.

-cariño, ve a tu cuarto- dijo mirando a Elsa muy seria, yo tan solo asentí y me fui pero detrás de la puerta.
- no vas a llevarte la a ningún lado- respondió sería mi tía.
-pero señora, solo iremos a pasear, la nena se aburre aquí dentro.- dijo dulcemente.
- sabes, tenía la sospecha de que maltratadas a mi sobrina pero ni tenía pruebas. así que te estuve investigando por meses.
-¿Que? - contesto Elsa confundida.
- trabajas para la corporación SPB, un grupo de gente que intento llevársela hace años. Nosé que quieren con ella pero no voy a permitir que se la lleven.- respondio mientras entraba la policía y arrestaban a Elsa.

Después de esa noche no volví a ver a Elsa por suerte. Mi madre en cuanto se enteró vino a visitarme, se quedó conmigo por un mes. Ella y mi tía parecían estar obsesionadas por saber quiénes eran los de la corporación SPB. La investigación se volvió  más peligrosa cuando mi madre llegó  a casa herida junto con un hombre.
- ella... es mi hija. Tienes que cuidarla. Es peligroso que este aqui. La encontraron y la matarán si la tiene. - dijo  mi madre, muy agitada.
- hola Anahí, yo soy Rubén Cameron. - dijo sonriendo me.
- ¿Que le pasó a mí mamá? - dije llorando.
- ella estará bien, pero tú tienes que acompañarme.- contesto.
- pero... Yo quiero estar contigo mamá.- Rogue a mi madre quedarme.
- hija, ten esto - medio una caja.- pronto descubrirás la llave. Quiero que seas una niña muy valiente. ¿Puedes prometerme eso?- me dijo tomándome de la cara.
- si, te lo prometo. ¿Que hay en esta caja mami?- pregunté.
- la respuestas de todo esto, ahora vete con el. Ellos te encontraron, no puedo permitirlo jamás.-  llorando- adiós hija, te amo.-
-vamos-  dijo el señor tomando mi mano.
- no, no, mami, no permitas que me lleve.- lloraba y gritaba, mientras trataba de separarme de el.
- te cuidara, no te hará daño. Confía en el.-respondio y eso fue lo último que escuché decir de mi mamá.

El hombre, Era el director de un internado que estaba en el medio de un bosque para ser exacto. me encontraba completamente sola en este mugroso colegio, mi madre jamás la volví a ver desde esa noche, mi tía María jamás vino a verme y mucho menos mi papá, necesitaba saber quiénes eran esos tipo que querían llevarme,  por eso escape.

-¿A dónde crees que vas?- escuche decir a un hombre en la oscuridad del bosque y comencé a correr para que no me atrapara.

Internado BelmontDonde viven las historias. Descúbrelo ahora