CAPITULO 1 DESDE QUE TU APARECISTE (ELLA)
-Bha, siempre es la misma rutina-me decía mientras aventaba el trapo a la mesa y me sentaba en una silla aterciopelada
Era mesera en una restaurante no tan fino pero se defiende en la Ciudad de México, zona Polanco.
No tenía gente y con esta vuelta llevaba 5 vueltas en limpiar puras mesas, era normal que entre semanas, pero los fines teníamos una buena propina, mientras estaba sentada y mi cara recargada en mi mano pensaba que hacer con mi vida, tenía 29 años y no tenía nada formal, recuerdo que por eso fue mi última pelea con Arturo, mi novio, él le huía al compromiso y yo ya quería sentar cabeza pero no tenía con quien
-HABER A QUE HORAS ATIENDES! -gritaron para despertarme de mis pensamientos
- ¡¿A QUIEN?! No hay nadie aquí-grite hacia mi jefe
-Y esos que van entrando caro que son, piñas- me respondió mientras giraba la cabeza hacia la puerta y vi que estaban entrando 5 personas, 3 hombres y 2 mujeres
Camine de prisa al llegar con ellos y les ofrecí mesa; para ser sincera uno de ellos me pareció atractivo.
Pidieron su orden y yo los atendí hasta el último momento, al retirarse me dieron propina en mano y el joven que era muy atractivo me entrego una tarjeta.
Al retirarse del restaurante observe el contenido de la tarjeta y decía:
*Erick Ibarra
Los Tres Tristes Tigres
Tel.81XXXXXXXX*
PERO QUE DIABLOS decía en mi mente mientras veía al joven subir a una camioneta y guardaba su tarjeta en el mandil.CAPITULO 1 DESDE QUE TU APARECISTE (EL)
-Que aburrido - decía mientras mi codo estaba recargado en el marco de la ventana y mi cara en mi mano, debería estar acostumbrado a todo esto pero hoy es muy aburrido.
Miraba hacia la ventana viendo pasar las casa y los autos; la zona de Polanco por afuera no tiene nada interesante no sé si por adentro.
De la ventana pase al teléfono y ni una llamada de Xitlali, vaya no me cae de extraño; así es esto; ella ya se aburrió de mí, y de mis "estúpidas " giras pero gracias a esas giras le regalaba lo que ella quería.
Nuestra relación era de terminar y volver pero esta vez sí terminamos definitivamente yo no la aguantaba ni ella a mí.
Me desperté de mis pensamientos ante un frenón y me empecé a quejar:
-Damara ,ten cuidado-burlándome
-Uhh, me salió delicado el muchacho-respondió
- pues me despeinas-
-jaja, ya bájate ,vamos a comer-
Al entrar al restaurante vi a una mesera muy atractiva mucho mejor que Xitlali, nos atendió en todo momento y cuando salimos Damara le entrega propina en mano y yo como buen samaritano que soy le entregue mi tarjeta y nos retiramos del restaurante al caminar pensé en Xitlali pero creo que es lo que se merece asi que no le tome importancia
Al subir a la camioneta vi a través del vidrio como guardaba la tarjeta con cara de sorprendida, veremos qué pasa.