Héroes y villanos. Villanos y héroes. Las dos caras de una misma moneda. Para la existencia de uno, implica la necesidad del otro. Un mundo regido por el bien, y desafiado por el mal. Las jóvenes generaciones debían de ser las encargadas de guiar el presente hacia un futuro sano, seguro y adecuado, alejando de la senda a todas aquellas fuerzas malévolas que osaran perturbar la tranquilidad, parsimonia y confianza del momento. Unos adolescentes capaces de hacer frente a cualquier adversidad, fueran del grado de peligrosidad que fueran, ofreciendo si era necesario su vida a cambio. Entrenados al límite y al mínimo detalle, creando de esa manera, mentes educadas en el ámbito heroico, dignas de la admiración y gratitud de todos aquellos que lograran presenciarlas. Esta élite era formada en la institución de mayor prestigio de Japón: la Academia Yuuei. Pero, a pesar de todo ello, un héroe también tenía que disfrutar de su vida cotidiana de vez en cuando, la monotonía es perjudicial.
Un sonido seco y contundente pudo escucharse; eran las puertas de un armario cerrándose y golpeándose a sí mismo. El joven de cabellos claros y alborotados, sacó las primeras prendas de ropa que visualizó y, sin ningún tipo de prisa, encaminó su paso hacia el cuarto de baño con tal de dejarlas sobre el banco de este. No era tarde en exceso, pero el sol tampoco lucía con toda su fuerza en el despejado y azulado cielo. Se desvistió con lentitud, apartando y dejando tirado su pijama, para luego entrar en la ducha. Abrió el grifo y permitió que el agua, fría como el hielo, cayera sobre su cuerpo desnudo. La prefería antes que la caliente, pues podía despertar cada parte de su piel, dotándole de energía y eliminando cualquier rastro de debilidad. Mientras frotaba su rostro y apartaba el cabello de sus ojos, echándolo hacia atrás, su mente se encontraba ocupada pensando en el día en el que se encontraba. "Por qué tuve que decirle que sí al gilipollas de Kirimierdas." pensó, mosqueado con el asunto. Aún así, decidió no torturarse con ello y continuó con la fuerte e intensa agua golpeándole, volviéndose su mente en blanco y disfrutando de aquel masaje natural y sencillo. Tardó unos cuantos minutos en salir. Depositó sus pies sobre la alfombrilla, de un color morado, y se dirigió a coger una toalla con tal de envolver su cintura y parte inferior. Mas, por mucho empeño que depositara en buscar, no había ninguna. Al parecer estaban todas en la lavadora o tendiéndose en el exterior. "Me cago en la puta, ¡joder!" exclamó en sus adentros, destrozando todos los órganos vitales que se encontrara en su camino.
"¡Mamá!" gritó sin ser percibido. "¡MAMÁ! ¡¡MAMÁ, HOSTIA!!" chilló, aun sin resultados. "Jodida sorda, qué asco me da. Ahora me va a tocar salir mojado a por una puta toalla de mierda, qué asco de madre y qué asco de puto baño sin toallas." susurraba cabreado.
Tapándose sus partes más íntimas con ambas manos, salió de la estancia donde se encontraba a un paso aligerado con tal de coger una toalla con la cual poder secarse. Odiaba la sensación de estar mojado tras una ducha. Su baño se encontraba en el piso de arriba, dentro de su cuarto, de un tamaño considerable.
"¡BAKUGOOOOU! ¡TIENES VISITA!" vociferó por todo lo alto su madre.
Katsuki pudo pillar el mensaje entremedias, pues el emisor se hallaba en el piso inferior y el sonido no era del todo claro, pero pudo entender a qué se refería. "¿Visita? ¿Yo? ¿Ahora? Espero que no sea ese capullo." el cuarto de la lavandería se disponía justo al lado de su habitación, así que se daría prisa con tal de poder usar aquello que necesitaba. "¡SEA QUIEN SEA DILE QUE DEJE SU PUTO CULO ABAJO Y QUE NI SE LE OCURRA SUBIR!" respondió con todas sus fuerzas y mal humor. Se estaba poniendo nervioso, y acabaría explotando cada rincón del hogar como llegara a su límite. Cuando se dispuso a abrir la puerta de su cuarto, lo que apareció frente a sus orbes no era, ni por asomo, la solución al problema que se la había planteado; sino que, además, creó otro.
"¡Hey, Baku-...!" comentó alegre una feliz voz.
"¡¿QUÉ COÑO HACES, PEDAZO DE CAPULLO?! ¡¿SE PUEDE SABER QUIÉN TE HA DADO EL PUTO PERMISO DE SUBIR AQUÍ, TROZO DE DESGRACIADO?!" gritaba enfurecido, dejando sus ojos en blanco y mostrando sus dientes afilados, ladrando.
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Como el perro y el gato. [Bakushima]
FanfictionHistoria basada en un headcanon de Bakugou y Kirishima, donde este primero acepta la proposición que el pelirrojo le hizo de ir al karaoke, en fechas navideñas.