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Aquella chica, abrió sus ojos, permitiendo admirar el plateado que estos contenían. Miró con curiosidad a su alrededor, algas la contenían como si fueran una prisión, estas eran de contextura gruesa y sensación babosa. La castaña intentó liberarse en vano, forcejeó pero no funcionó. Fijó su vista en una pequeña roca, pero esta no estaba lo suficientemente cerca para que ella la tomara.

De nuevo se encontraba sin salida aparente, sus manos lograron moverse y pensó en algo, tomó las algas y las usó de impulso para llegar hasta el suelo, estas se le resbalaban de las manos y por la fuerza ejercida se le estaban volviendo rojas. Sus pies lograron tocar la superficie arenosa, flexionó un poco sus rodillas y saltó, ocasionando que las algas la soltaran, gracias a su composición babosa.

La joven dio un par de vueltas en el agua y comenzó a nadar, el cabello se le venía a la cara y flotaba alrededor de ella, rió un poco al imaginar como este salía flotando hasta la superficie -me vería rara sin cabello- pensó un segundo después. Luego se percató de algo importante, no se había ahogado, estaba viva, estaba bajo el mar y podía respirar.

-Esto es ilógico- comentó para si y subió su mirada, parecía perdida en un laberinto, el mar parecía infinito, no importaba el lugar al que miraras, veías lo mismo, algas, rocas, arena, peces, algunas cuevas pero mas que todo agua, si obvio, es el mar; debe haber agua ¿por qué no abría agua? No lo se, preguntenselo ustedes mismos.

Confundida miraba a todas partes, la chica intentó pellizcarse pero su entorno no se lo permitía, pensó que era un sueño y esa fue la única explicación razonable que le dio al asunto, aunque en su mente se imaginaba un montón de razones por las cuales ella podría respirar bajo el mar, pero decidió creer la hipótesis de que era un sueño. Así que, como es un sueño, Selene puede hacer cualquier cosa y nada le hará daño, a parte en cualquier momento puede despertar ¿verdad?

De repente, todo se oscureció. La noche enmarcaba las aguas, y una tenue luz de luna se veía en lo alto, era una noche estrellada en la cual una bebe de ojos color plata era recibida, las estrellas la bendijeron, la luna la señalaba y las aguas la admiraban. Esa bebe que hacia unos momentos había nacido, irradiaba un aura de belleza y poder. Era observada por muchos y a la vez por pocos. Su destinó había sido predestinado milenios atrás, solo se contaban leyendas y nadie sabia con exactitud quien sería aquella joven de la cual la profecía hablaba.

La noche vigorosa en felicidad acompañaba el ambiente, un destello de luz invadió todo, pero a los ojos de la mayoría fue imperceptible, los ojos de la bebe siguieron ese destello que la envolvió en energía pura y noble, sin más la pequeña niña dio a conocer su primera sonrisa.

Un remolino de peces rodeó a Selene, que inmersa en una visión no se había percatado de lo que ocurría frente a ella, ¿Qué era lo que veía? ¿Por qué veía eso?, al finalizar las imágenes, los peces se alejaron antes de que ella pudiera reaccionar, dejando un camino de burbujas.
La claridad volvió a su vista y no quedó rastro de lo que ella había visto. Confundida comenzó a nadar rápidamente, siguiendo la hilera de burbujas. Era la opción mas factible que veía.

-No te deshagas aun- rogaba en silencio mientras nadaba con todas sus fuerzas, intentando alcanzar las pequeñas burbujas que se desvanecían rápidamente. Después de unos metros, los brazos, y las piernas le dolían. A veces aguantaba la respiración, como usualmente hacen las personas al nadar bajo el agua, los ojos ya no le ardían, la sal había dejado de molestarle cuando despertó.
Su ritmo iba perdiendo fuerza, y poco a poco se iba quedando atrás, hasta que no volvió a ver las burbujas, maldijo mentalmente y se sintió aun mas perdida que antes, se detuvo a observar a su alrededor mientras respiraba profundamente, intentando recuperar el aliento. Cerró sus ojos e inhaló y exhaló varias veces, relajándose.

Volvió a abrir sus ojos decidiendo que hacer, hasta que algo le deslumbró, comenzó a ir hasta allí, no podía evitarlo. Ese algo la atraía y ella no podía detenerse. Lo siguió hasta el fin, era inevitable. Su corazón comenzó a acelerarse, su respiración se tornó agitada y ella dejó de controlarse a si misma, ese brillo inmutable era tan fuerte que Selene se preguntó como no lo había visto antes.

Siguió nadando, pareciera que ese brillo estuviera cerca y a la vez lejos, ella nadaba y nadaba pero no lo alcanzaba, sin controlar sus impulsos, entró a una cueva iluminada por aquella luz, en ese momento sus ojos vislumbraron el fin de la bella luz que había estado siguiendo. Miró fijamente y la tentación de tocarlo la superó, el dedo indice de su mano derecha tocó el contorno de aquella superficie y esta demostró un espejo que le permitió verse a ella misma, un rayo de colores baño el espejo pero notó algo raro en aquellas imágenes, una cara, un joven, unas manos que la tomaron y alejaron de aquello.

El joven la observó y ella intrigada también lo miró, el pareciera que no pudiera creérselo, tomó las manos de aquella, las acarició y por ultimo, le observó los ojos a aquella hermosa joven de cabello castaño, labios rosados y piel perfecta, observó unos segundos más a los ojos de esta e inmutado por lo que observaba susurró sorprendido - La chica de los ojos de colores -.


La verdad detrás de los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora