Capitulo 1 Pt. 3

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—Pero hay tanto sobre ti que no conozco...

—Esta noche podrás estudiar mi dossier.

—No quiero un dossier. Quiero que hablemos. Quiero que esto sea normal.

Supo que nada más pronunciarlas, sus palabras delataban inseguridad.

—Deja de postergar lo inevitable. No voy a correr el riesgo de llevarte a Isla Orquídea sin haberte...tenido.

— ¿Por qué no? —preguntó con un susurro.

—Porque nuestras vidas dependen de lo convincentes que seamos. Nuestra relación no puede proyectarse como un viaje de exploración. Yo me presentaré allí para ofrecerle a Duarte un negocio de drogas que no podrá rechazar. He tirado de contactos y gastado mucho dinero de Boyer para conseguir una invitación a la fiesta que ofrecerá en dos días. Nos estará observando con atención con el fin de cerciorarse de que soy lo que digo ser: un delincuente asquerosamente rico que ha ido acompañado de su chica. Su servicio de seguridad y él tienen que pensar que somos amantes desde hace meses.

—Pero nuestra intimidad podría ser reciente. Quiero decir, ¿por qué tenemos que dar la imagen de que llevamos tiempo juntos?

—Nuestra relación ha de ser sólida en todos los sentidos, emocional y sexualmente. Tienes que parecer importante para mí. Duarte tiene fama de encapricharse con las mujeres a las que invita. También de ser... brusco cuando las lleva al dormitorio.

—Puedo cuidarme de un hombre así —alzó la barbilla.

—Pero entonces no interpretarías el papel de mi querida. Lo que significa que podríamos terminar los dos muertos. ________, hablo en serio. El castigo por estropearlo es la muerte.

Las palabras y el tono severo le atenazaron el pecho.

—Si he hecho que el trabajo sonara demasiado arriesgado —continuó Harry, evaluándola—, aún eres libre de dar marcha atrás. Puedo encontrar a una sustituía... una operaria que posea la experiencia sexual para llevar la misión.

—No. Puedo hacerlo —respondió de forma automática.

—Entonces continuemos con la audición. Desvísteme.

Ella cerró los ojos. Durante un momento le resultó abrumadora la tentación de cancelarlo todo. Luego, se recordó que era su culpa, por haber permitido que Caroline Boyer se le escapara.

—No quiero que cierres los ojos como una novia virgen del siglo XV a la espera de que su marido la viole. Quiero que me mires como si disfrutaras con lo que haces. Como si quisieras complacerme.

Abrió los ojos. Se centró en la camisa blanca almidonada, y luego en la línea vertical de la corbata. Se la quitó y se la dejó colgando del cuello mientras le desabrochaba los botones, con dedos tan torpes como cuando se quitó la blusa. Después le rozó el vello oscuro que le cubría el pecho. Él no se movió, pero lo oyó contener el aliento. Por primera vez sintió un rayo de esperanza de que su comportamiento no fuera tan frío como dejaba entrever.

Se sintió más atrevida. Él no era indiferente a ella. En algún momento se había involucrado en un plano muy personal.

Los dedos encontraron los pezones planos y Harry emitió un sonido que le provocó deseo de sonreír. Después de desabotonarle los puños le bajó la camisa por los hombros y sacó cada brazo por la manga.

No pensaba parar. No podía ni quería hacerlo.

Bajó la mano a la cintura de él y le desabrochó la hebilla del cinturón; luego, hizo lo mismo con la presilla de la cintura del pantalón. Antes de centrarse en la cremallera, deslizó la mano por la bragueta para sentir lo duro que se había puesto a través de la barrera de la tela.

Una vez más, él reaccionó con un sonido de placer que parecía incapaz de controlar.

Ella quiso pronunciar su nombre, decirle que sabía que esa representación había ido más allá de los límites de la fría necesidad.

Pero guardó silencio.

No podía decirle lo que sentía o lo que esperaba. Pero al mover la mano sobre su erección, notó que el calor se le acumulaba en el estómago.

Él emitió un sonido de protesta cuando ________ apartó la mano para ocuparse de la cremallera. Deslizó los dedos hacia su costado y bajó los pantalones y los calzoncillos al mismo tiempo.

Lo tuvo desnudo de pie ante ella en segundos, con el cuerpo esbelto y trabajado, la erección dura y gruesa y apuntando hacia ella. Era grande, potente y masculino.

Él maldijo en voz baja y la acercó al tiempo que bajaba la cabeza para poder capturarle la boca.________ se abrió a él, sintiendo sus labios, su lengua, sus dientes, mientras Harry le quitaba el sujetador, lo tiraba y le tomaba los pechos, para masajearlos y frotarle los pezones, haciéndoselos palpitar de placer.

Ella había imaginado eso. Había soñado con ello. Pero la realidad era más embriagadora que cualquier fantasía. Sentía el sexo húmedo e hinchado. El cerebro estaba a punto de estallarle.

Después de bajarle las braguitas, Harry le recorrió el cuerpo con la vista, desde los pezones enhiestos hasta el triángulo de vello rubio en la «V» de sus piernas.

En ese momento agradeció las largas horas pasadas en el gimnasio, que le habían compactado los músculos, aplanado el estómago y llevado a la cima de su condición física,

—Dios, eres magnífica —susurró él—. Sabía que tu cuerpo sería así: curvas femeninas, con fuerza subyacente. Pero siempre me pregunté si eras rubio natural.

— ¿Pensaste en hacer el amor conmigo?

—Los hombres piensan en hacer el amor con las mujeres —indicó con indiferencia—. Es una reacción natural.

Harry le estaba indicando claramente que no le diera más importancia a sus palabras, pero ________ quería que le contara sus fantasías sexuales con ella, saber si la intensidad había sido recíproca. Sin embargo, él no le dio la oportunidad de hablar.

Metió la mano entre sus piernas y la acarició con dedos seguros y diestros, provocándole una descarga de placer que la hizo gritar.

La arrinconó contra la cama y se situó encima de ella. Se apoyó en los codos y la miró a los ojos... ________ habría jurado que la expresión de ambos era la de dos amantes largo tiempo separados que al final se reencuentran en un momento de deslumbrante unión.


Compañeros de TrabajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora