Voy a Poseerte|| +18 [SasuNaru]

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N/A: Antes que nada, la música que está en multimedia es para que se ambiente un poco. Yo les diré cuando tienen que ponerla.

《Sasuke》

Sorpresa.

Eso describía mis sentimientos cuando Naruko dijo le gustaba y luego cuando me besó.

Aún no me lo creía, a pesar de que ya estaba en mi casa, en mi cama y pensando en ella como todas las noches. Sentía una felicidad inmensa al recordarla y me sentía el hombre más afortunado del mundo al saber que Naruko Uzumaki sentía algo por mí.

Es un pequeño paso en su corazón, pero uno muy grande el mío.

Recibí un mensaje de Naruto.

《Espero que hayas llevado a casa a mi hermanita y no hayas hecho nada raro, teme.》

《Que sí, que la llevé sana y salva.》

《Más te vale.》

Suspiré. Este dobe no cambia. ¿Por qué no deja que su hermana sea feliz?

Otro mensaje.

Pero esta vez es de Naruko.

《Oye...He olvidado decirte algo.》

《¿Qué pasa?》

《¿Puedo ir a tu casa esta semana? Ya sabes, tenemos el concurso de deletreo y quiero...estudiar...contigo...》

《Si que puedes.》

《Bien...
Ahm...
Buenas noches.
Etto...
Te quiero.❤》

Me sonrojo enseguida y sonrío.

《Yo te quiero aún más, Naruko.❤》

Y con eso finalmente, me quedo dormido.

《...》

El día Lunes ya empezado. He llegado temprano como es de costumbre, Sakura e Ino también lo han hecho y me han saludado. Mientras me concentro en mis pensamientos, alguien más entra al salón. Naruko junto a Naruto, Shikamaru, Choūji, Shino y el molesto de Kiba entran riéndose de algo. Lo que logra captar mi atención es el peinado de Naruko.

Su cabello está suelto y no atado en dos coletas como es de costumbre, y sobre su cabeza, tiene una cinta naranja atada en forma de lazo y finalmente lleva un fleco que cubre su frente.

Naruko pasa por enfrente mío y puedo notar sus mejillas algo rojas.

-B-Buenos días, Sasuke.-dice aún sonrojada, dejando sus cosas en su lugar y volviendo con su hermano y los demás para continuar con la conversación.

Su peinado me trae recuerdos de niño.

-¡Déjenme!-gritó una niña rubia.

-¿O sino qué?-dijo uno de los abusadores jalando su cabello largo.

-¿Llamarás a tu hermano, el perdedor?-se burló otro con una cinta naranja en sus manos. Este tiró la cinta al suelo y la pisoteó.

-¡Mi hermano no es un perdedor!-grito nuevamente.

-Será mejor que la dejen en paz...-dije con tranquilidad. Los chicos me miraron y en cuanto me reconocieron, salieron corriendo como gallinas.