Parte única.

768 155 13
                                    

  — JiHoon, ¿qué piensas acerca de tener una relación? —  Jun no necesitaba la respuesta, ya la conocía desde hacía mucho tiempo. Luego de estar juntos por más de cinco años, él ha aprendido a leer al productor incluso si no quiere decir nada. 

 — Yo no estoy hecho para tener una pareja — masculló, mientras sus dedos seguían deslizándose sobre el teclado del piano. Nuevamente, Jun no necesitaba que explicara más de lo que había dicho. Sabía que JiHoon no lo estaba diciendo porque era un rompecorazones, lo decía porque lo único que podía amar era la música. 

El extranjero asintió y siguió ayudándolo mientras limpiaba el estudio, con sumo cuidado, no quería desordenar nada ni importunarlo. Él se mantuvo hablando acerca de como era su chica ideal, aunque JiHoon no le estaba prestando demasiada atención. Si lo hubiera hecho, como era un chico listo, seguramente se habría dado cuenta que lo estaba describiendo a él, tácitamente. Jun encontraba divertido hacer ése tipo de cosas un tanto arriesgadas. Según WonWoo él era un poco idiota haciendo esas cosas, pero era entretenido molestar a JiHoon.

Terminó de limpiar el lugar y se retiró, luego se duchó y permaneció rondando por el departamento mientras esperaba a que JiHoon llegara sano y salvo. No le gustaba cuando se quedaba a dormir en el estudio, era incómodo y no podía descansar nada. Una hora más tarde, SeungCheol asomó su cabeza en la sala y Jun sacudió la cabeza. El líder del grupo asintió, con un gesto de preocupación, volvió a su habitación. El menor se mantuvo allí, intentando distraerse mirando lo que weibo tenía para ofrecerle. 

Cuando pasó otra hora y luego de tres visitas más del mayor de todo el grupo, Jun decidió que era hora de hacer algo. Tomó un abrigo y volvió al edificio de Pledis dónde estaba el estudio del muchacho. Era extraño andar a tales horas, pero siempre había un guardia que los dejaba entrar y salir. Luego de cerciorar que según el hombre el muchacho no había salido, corrió escaleras arriba, era demasiado tarde y tenía que descansar quisiera o no. Porque conocía el carácter terco del chico de Busan, iba a arrastrarlo de ser necesario. 

Abrió la puerta del estudio con la llave que le había dado el chico para que pudiera limpiar más temprano en reemplazo de MinGyu, tenía el corazón en la garganta, pero se calmó bastante cuando lo encontró hecho un ovillo en la silla giratoria, aún tenía los auriculares puestos y en la pantalla vio como Laughter se reproducía una y otra vez. Sacudió la cabeza en un gesto de desaprobación, apagando el equipo y guardando todas las cosas. 

Cargó a JiHoon como si fuera un saco de naranjas y volvió al departamento, lo dejó en su cama. Seguramente cuando despertara, estaría un poco confundido de cómo había llegado allí, pero supondría que en algún momento había decidido volver. Jun nunca le había dicho que cada vez que aparecía en el departamento era él quien lo traía de regreso y lo arropaba para que pudiera descansar mejor las escasas horas que poseían para dormir. Porque eso sólo haría que Woozi se sintiera más y más culpable por no poder ser igual de afectuoso, no quería que su relación se truncara de aquel modo. Prefería que siguieran siendo esos amigos que se llevan como gato y perro antes que tener al menor siendo forzosamente amistoso con él. 

Como forma de pago, Jun se permitía pasar unos minutos con el durmiente JiHoon, recostarse a su lado y acariciar la piel demacrada de su rostro, hasta que sus dedos llegaban a su cabello y se mantenían ahí por otro rato. Le gustaba creer que eso le ayudaba a dormir mejor. Era una especie de premio consuelo por entrelazar su mano junto a la del productor o sentir su respiración calmada. Poder ver su rostro en la penumbra, verdaderamente tranquilo, sin esa expresión de seriedad que el chico se obligaba a poner para ocultar su cansancio. 

Jun no quería que JiHoon se enterara de cuánto lo amaba o de que siempre estaría allí para cuidarlo, incluso si todo el mundo le diera la espalda, él permanecería allí en las buenas y en las malas. Era un amor que tenía solo para él, que le hacía sonreír y tener más ganas de mejorar día a día. Así como JiHoon no podía amarlo porque primero estaría siempre su música. Jun no podía confesarse porque siempre estaría primero él. No importaba si jamás se enteraba, porque su felicidad era saber qué -de vez en cuando- era capaz de darle un poco de alivio a su rutina. 


beloved // junhoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora