Pensaba en ella como si de dormir se tratase, algo que no se hace en todo momento pero cuando pasa... se siente bien y relajante, se siente cálido y refrescante a la vez.
Al pasar los años, me he dado cuenta de que las cosas no cambian, lo que cambia es nuestra manera de ver todo lo que nos rodea. Un ejemplo:Cuando somos pequeños no tenemos preocupaciones, no más que intentar coger el columpio antes que los demás, o ser encontrado cuando jugamos al escondite. Luego poco a poco vamos creciendo y en ese momento nos empieza a importar que es lo que piensen o como nos ven, desde ese momento hay gente que actúa como si necesitaran ser el centro de atención o no tanto eso sí no que piensan como si estando solo no pueden estar bien. Pasan unos años más y es justo lo contrario, nos gusta más estar solos que con mucha gente. Poco a poco esas preocupaciones que teníamos van cambiando, "hay que aprobar todas las asignaturas, hay que caer bien a la gente, tengo que ser el mejor de clase". Después de que nuestras preocupaciones cambian nos inculcan que nada es imposible ( ojo eso es cierto ) pero justamente por eso nos centramos en "tengo que hacer eso porque se que puedo hacerlo' y no por " quiero hacer eso porque me gusta".
Esta será una historia corta y confusa, de esas que hacen falta leerlas más de una vez.
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Una historia de dos.
AléatoireNo escribo con ningún sentido, no escribo con ningún motivo ni significado. Escribo porque me gusta.