Nuestras miradas se intensificaba muchísimo más, sus labios eran tan esponjosos y se veían tan suaves, quería besarlos. Él me analizaba con sus ojos cafés, de pies de a cabeza, luego desvío la vista hacía el reloj y se alarmó, tomándome la cintura, elevándome entre sus brazos y dándome un pequeño beso.
—Ya. Es hora de ir a desayunar bella mujer —Yo me sonrojo y le indico que me deje en el suelo, el accede y me baja. Toma mi mano y la entrelaza con la suya.
Salimos de la suite, caminamos hacía el restaurante del hotel, estaba caminando algo despacio y Michael me mira algo preocupado.
—¿Te siente bien? —Su mirada era cada vez más profunda, yo lo miro y asiento satisfecha, luego me pongo de puntas y le doy un beso.
—Claro que estoy bien —Le dedico una mirada dulce y ahora le arrastro para que llegáramos rápido. Tenía mucha hambre a decir verdad.
Michael me mira con recelo, pero sabe perfectamente que tiene que confiar en mí. Ya que soy una mujer realmente fuerte, mientras caminábamos por los pasadillos, nos dedicábamos miradas cómplices, algunas sonrisas, intercambiábamos besos, era todo muy romántico. Ya estando en el restaurante, que por supuesto lo admiraba demasiado, tenía un gran candelabro colgado, el lugar era realmente hermoso, sin duda alguna. Nos dirigimos a una mesa, él jalo la silla para sentarme y luego la introdujo, después se sentó él y espero que el camarero se acercara. Pasó sus manos a través de la mesa, para buscar mis manos y tomarlas, toma mis nudillos y deposita un beso en ellos.
Luego el saludo del camarero, fue excusa para interrumpir nuestro momento especial, ambos giramos para ver al joven que nos atendería, era un tipo de altura normal, cabello castaño, ojos azules y con pecas en el rostro, tenía una sonrisa bonita, pero no más bonita que la de mi rey.
—Buenas tardes Sr y Sra ¿Qué desean comer? —Habló el camarero muy amable y nos ofreció la carta de comidas, la tomamos y seguido de esto, el camarero sacó una libreta de su delantal.
Empezamos a leer la carta, pero para ser francos, yo estaba mirando más a Michael. Quizás lo de la noche anterior, me hizo más apegada a él, no sé, creo que si. Empecé a imaginar todo ese tiempo que estaré sin él cuando esté lejos en sus giras, teniendo en cuenta que son los próximos años y faltan varios meses, pero los meses pasan muy rápido cuando se tratan de estar cerca de la persona que más amas.
—¿Qué has pedido? —Una voz suave y angelical, me saca de mis profundos pensamientos, sacudo la cabeza y lo miro fijo, él alza las cejas para que su pregunta sea respondida, yo rápidamente leo la carta de nuevo y miro, para contestarle.
—Quiero tostadas francesas con fruta —Michael abrió los ojos tan grande, que casi se le salen. Relajó su vista y asentó.
—Yo pediré lo mismo y también una ensalada para los dos —Mira el camarero, quién está apuntando la orden— También trae un vino francés, el mejor que tenga, por favor — El camarero asienta y nuevamente apunta lo pedido, guarda la libreta, recoge las cartas y se va. Michael me lanza una mirada y yo me estremezco.
—Que forma tan sutil de pedir comida —Dijo serio, pero sé que no está enojado.
—Sabes que no me gustan las cosas costosas. No te lo he dicho, aunque estoy muy alegre, enormemente alegre —Acentúe las últimas palabras — Pero me siento avergonzada por tener este anillo en mi dedo— Alzo mi mano.
Michael gruñe y suspira exasperado.
—Ya vas a empezar —En mi mente, rezo para que no me eche un buen sermón, yo me río bajito y él me pone los ojos en blanco— Sabes que no me molesta darte cosas. Es otra forma de demostrarte que eres importante y especial para mí.
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Casados a la fuerza © [TERMINADA] #Sakura2019
Romance"No podía verlo, me daba ira máxima, con sólo sentir su presencia". Lo que ella no caía en cuenta, es que del odio al amor, sólo hay un paso. María, la criada mas joven de la mansión Neverland, donde actualmente vive Michael Jackson, el famoso c...