Capítulo 2

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Fuera de la casa... solo se veía un negro oscurísimo, un suelo gris; un poco polvoriento, como arena gris, y unos puntos muy pequeños irrumpiendo la oscuridad total.

-¡Ahh! ¡El frescor del aire por las mañanas! – Papel se miró el brazo, hizo un movimiento brusco con él, y una pantalla apareció.

-Calle Velarde, número 8937, piso 122, despacho del señor Papel, en la silla. –dijo Papel. ­– Y rápido, tengo prisa.

Nada más decir eso, se encontró sentado en una silla, delante de un escritorio, en una habitación llena de papeles, libros, y...

-Hmm... esta silla es... incómoda. –Se levantó para mirar la silla...

-¡Ah, que susto! –chilló Papel, al ver a su jefe, medio aplastado, en la silla.

-Je, je, je... el teletransportador... ya sabe. -Intentó con explicaciones Papel, mientras que andaba hacia atrás, hacia la puerta, mirando a su jefe. Hasta que se chocó con la puerta, se asustó un poco y con un movimiento rápido abrió la puerta, y salió corriendo.

-Nunca había pasado algo así –dijo Papel, después de haber terminado el trabajo.

-Lo llevaré al mecánico.

Cuando llegó al mecánico; el edificio; estaba destruido, solo quedaba una mesa, delante dos sillas y en una de ellas estaba el mecánico. Él se llama Espejo.

-Je je je... ¿Ves lo que hace el gobierno? ¡Ja ja ja ja ja! ¡Este era mi trabajo! ¡Todo destruido; toda mi vida! ¡Ja ja ja ja!

Entonces, Papel se fijó en varias docenas de botellas de whisky debajo de la mesa.

-Mira... -Empezó Espejo, y levantó un frasco con un líquido morado dentro -He inventado este líquido... te hace ver un mundo Perfecto. -Dijo Espejo; después, le tiró el frasco a a frente.

-Un mundo Perfecto, Papel... un mundo Perfecto-Después se hizo una oscuridad inmensa. 

Tenía hambre. Era lo único en lo que podía Papel pensar.Luego... empezó a sentir una caída.

Hasta que terminó en una silla.

-¡Oh, bienvenido seas! -dijo una voz muy alegre.

-Ho...hola... -Respondió Papel.

-¡Hace mas de veinticuatro años que no veo a algún turista!

Al decir eso, de repente se escuchó un chispeo y se encendió una luz.

-¿Veinticuatro, o veinticinco? ¡Bah, no importa! Pero tal vez tú me lo puedes explicar, ¿no es así? Papel todavía no veía por la luz tan fuerte. -¿Do...dónde estoy? -Preguntó Papel; pero el tipo no respondió.

-¡¿Dónde estoy!? -Repitió Papel.

-En casa -Respondió una voz femenina. -Empecemos el test. -¡¿Test?! ¡¿Qué test?! ¡¿Qué está pasando?!

Oyó algunas palabras, pero no entendió nada. En ese instante, se vio en una calle. Era una calle normal y corriente. Incluso le le parecía familiar. Un hombre con un "smoking" blanco se pasó delante de Papel y le hizo unas señas con la mano. El tipo olía a romero. Papel le siguió, no sabía porqué; tan solo; sabía que tenía que hacerlo. El hombre caminaba muy deprisa; obviamente tenía prisa.Papel estaba detrás suya. El hombre, al parecer, se dio cuenta de que le estaba siguiendo, y se relajó. Ya no caminaba tan deprisa. Cuando el tipo cruzó la esquina, y Papel todavía estaba detrás, escuchó unos disparos. Luego, el silencio total. Le sonaba un pitido continuo en la oreja. Echó a correr. Se acercó al hombre. Estaba tumbado en el suelo. Pero no le pasaba nada. Se tumbó por autoprotección.

-¡¡Se la han llevado!! Hemos fracasado. -Dijo el hombre.

-¿Que? ¿A quién se han llevado? ¿Qué hago aquí?

-Úsala después de mí. -Dijo el hombre enseñando una pistola. El hombre se puso la pistola en la cabeza, y... apretó el gatillo. No entendía nada, quería llorar. Tenía frío. 

 Tenía miedo.












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⏰ Última actualización: May 29, 2017 ⏰

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