Psycho Killer

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Tadashi sabe que está hecho una mierda. Está consciente de ello mientras se fuma un cigarro y Gia se pone su ropa interior.
Siempre tiene hambre cuando fuma. A veces es sexo, a veces es comida. En ocasiones ambas. Lo bueno es que las fiestas de Fred siempre le ofrecen todo lo necesario para saciar su hambre.

Bueno, casi todo.

Los muslos de Gia son gruesos, su senos grandes y su sexo es casi tan perfecto como su cuerpo. Ella sabe usar lo que tiene y Tadashi le gusta darle lo que tiene de forma agresiva y sin preámbulos. Hacía mucho que habían dejado de pretender que querían algo más que sexo.

Tadashi da otra fumada a su cigarro. Está recostado sobre la cama, desnudo, contemplando las luces navideñas que colgó en el techo.

—Estamos en mayo, T.— había dicho Gia la primera vez que tuvieron relaciones después de que Tadashi colgó las luces. Ella había estado acostada sobre su espalda y él la tomaba en la posición más básica.
El juego de luces y sombras se veía ajeno en sus pechos rebotantes.

—Cierra la boca, Gia. Me gustan—

—Eres un tonto romántico, T—

Después de eso, él la tomó con mayor fuerza para demostrarle que no lo era.

La verdad, es que lo era. Pero Gia no tiene derecho señalarlo.

—Cómo siempre, fue un placer. T.— dijo Gia, tomando lo último de sus cosas. —Llámame cuando no puedas follarte ese lindo trasero que tanto deseas—

Tadashi le muestra su dedo corazón y ella se marcha riendo.
Gia abre la puerta de su habitación y sale, dejando la puerta entre abierta. A través de ese espacio, se cuela el sonido de la música. Fred está dando como costumbre una de sus muchas fiestas en la casa donde viven.

Las notas de New Order se filtran a su habitación, seduciendo a Tadashi a bajar, así que se pone unos pantalones que harían a Iggy Pop sentirse orgulloso y baja. Tal vez podría preparse un sándwich o robarle alguna caja de pizza a Fred.

La fiesta está en ese punto donde morirá pronto, varias personas están comenzando a quedarse dormidas en los sillones, otros yacen en el jardín ebrios o drogados. Tadashi se termina su cigarro y se dispone a cocinarse algo.

Al entrar encuentra a Hiro, su roomie, sentado sobre la isla, comiendo ositos de goma.

—Hey, Tadashi. ¿Hambriento después de tu usual ronda de sexo?—

Tadashi se encoge de hombros. Hablar de sexo casual con Hiro no es algo que quiera hacer con él.
Teniendo especial cuenta que Tadashi Hamada estaba perdidamente enamorado de él.

Sí, está hecho una mierda.

—Sabes, Tadashi, a veces me pregunto como sería el sexo contigo. Tus compañeros sexuales suenan muy satisfechos. —

—Siempre puedes preguntarle a ellos. Sexo es sexo. ¿Son esos osos de goma con vodka?—

Intenta cambiar de tema y desviar su atención de los muslos desnudos del muchacho. Hiro está usando un short negro demasiado corto para él. Es probable que el short hubiese sido originalmente para el cuerpo de una chica de 16, pero el cuerpo de Hiro es menudo a sus 18 años; sus piernas se balancean juguetonamente. El miembro de Tadashi comienza a ponerse duro ante la idea de pasar sus dedos por sus muslos, al interior de su short, tal vez pasar su lengua por ellos, tan cerca del sexo de Hiro.

—Sabes que sí. Fred los hace para mi cada vez que tiene una fiesta. Cree que así evitará que lo acuse con Honey.—

Tadashi piensa en Fred viviendo rápido y sin límites.

Psycho Killer (Hidashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora